Emoción y recuerdos en la vuelta del catamarán Currú Leuvú II
Como hace veintiocho años, una mañana de noviembre el catamarán Currú Leuvú II, nave emblema del curso de agua más importante de la Patagonia, el río Negro, volvió a navegar.
Cerca del mediodía de una jornada cargada de fuertes sentimientos, la embarcación partió desde el muelle de lanchas maragato hacia su similar ferroviario, al pie del puente ferrocarretero Comandante Luis Piedra Buena. Desde ambas márgenes, gente que caminaba por el lugar y ocasionales automovilistas frenaban su andar para ver a la imponente nave surcando nuevamente las aguas y, seguramente, recordar bellas épocas de infancia.
Quince minutos habían pasado desde el mediodía cuando el catamarán amarró en puerto, donde era esperado por una concurrida comitiva, encabezada por el gobernador rionegrino Pablo Verani y acompañada por máximas autoridades provinciales, municipales de la comarca, personal de Viarse, invitados especiales y vecinos de ambas ciudades.
Al son de la banda de música de la Policía de Río Negro, el Currú Leuvú II inició su ingreso a la zona central del río, como hace 28 años, a las órdenes de Fernando Campisi --hijo del antiguo capitán Hugo Campisi-- y con la presencia de Edgardo Bagli, uno de los gestores de la llegada de esta embarcación.
Luego de recorrer el río a la altura de la zona urbana de ambas ciudades, la nave llegó al muelle de pasajeros de la capital rionegrina, donde se realizó el acto central, para luego celebrar el regreso del Currú Leuvú II con un lunch sobre la misma embarcación.
Fue una celebración corta, sin estridencias, pero que logró condensar en sí misma el sentimiento de toda la comarca que vio nacer al catamarán Currú Leuvú II desde que fue adquirido, en la década del '70, durante la administración del por entonces gobernador rionegrino Mario Franco, por sugerencia de Edgardo Bagli.
La fabricación de la nave, especial para el río Negro, se realizó exactamente en el año 1975 en Buenos Aires, en el barrio de La Boca. El "nacimiento" fue de mellizos; hoy, el "hermano" de la embarcación patagónica vive, en excelentes condiciones de conservación, en el delta de El Tigre.
Antes de arribar a la zona de la comarca Carmen de Patagones y Viedma, el Currú Leuvú II llegó, arriba de un buque de grandes dimensiones, a Bahía Blanca. Allí fue trasbordado a una nave menor, llamada Cándido Della Sala, que lo condujo hasta llegar a 10 kilómetros de distancia de la costa maragata, mar adentro.
Allí permaneció dos días, a la espera de mejores condiciones climáticas --había un temporal-- para ingresar al río. Cuando calmó, por intermedio del marino Bruce "El inglés" Trousdell, de Bahía San Blas, Fernando Campisi (padre), Fourmantin y Hugo Campisi lo trajeron hasta Viedma.
La llegada del catamarán al muelle de Viedma contó con la presencia de unas 15 mil personas, quienes se congregaron el 25 de septiembre de 1975 para darle la bienvenida por primera vez.
En el olvido
El rescate del Currú Leuvú II se produjo luego de que la nave pasó un lustro amarrada en la costa maragata, virtualmente abandonada a pesar de su valioso potencial turístico, y dos años en reparación.
A partir del mañana habrá excursiones todos los fines de semana, hasta los primeros días del mes próximo, en que los paseos serán diarios (menos los lunes) desde las 16.
Las excursiones, en los días en que haya mucho caudal de agua, serán río arriba; de lo contrario, serán en dirección a la desembocadura.
Cada vuelta durará una hora y cuarenta minutos, y tendrá un costo de 8 pesos para los mayores y 5 para los menores (con precios especiales para grupos, delegaciones y establecimientos educativos).
En la embarcación, los pasajeros pueden encontrar una confitería abastecida con todo tipo de bebidas y comidas rápidas, además de eficientes guías turísticos.
El objetivo es, a corto o mediano plazo, colocar televisores con señal satelital, como también ubicar alguna isla en la que se pueda desembarcar durante algunos minutos a los pasajeros, para sumar nuevos atractivos.
Una acertada idea
Para Edgardo Bagli, un reconocido vecino de la comarca gestor de la construcción y llegada del Currú Leuvú II al río Negro, en 1975, el comienzo de esta nueva etapa de viajes fue un momento de inocultable satisfacción.
"Estoy realmente muy emocionado, porque poner el catamarán en el agua y al servicio de la gente era un objetivo vital. Siento que, con el retorno del ferrocarril y el catamarán andando, ahora debemos replantear seriamente nuestra opción turística", destacó.
En este sentido, indicó que el Currú Leuvú II está ahora a disposición de viedmenses y maragatos --los cuales, según consideró, todavía no conocen las bondades del río-- y los eventuales visitantes.
También atribuyó los méritos por el regreso del barco a los "herederos de los primeros tripulantes", entre quienes citó a los Fourmantín, los Abel y los Campisi.
Recordó que hace casi 30 años, la llegada del catamarán significó un momento importante, una línea que marcó un antes y un después para el río, ya que --dijo-- "produjo un verdadera revolución".
"A partir de allí, empezaron a venir las lanchas, creció la motivación para ir al río y, sobre todo, comenzaron las edificaciones en la ribera. Por otra parte, la llegada del ferrocarril a Patagones alejó del río a la gente, en la década de '60, pero en la del '70 se volvió al río", destacó Bagli.
Se esperanzó, además, en que la reanudación de los viajes en el barco sea definitiva, a fin de que no haya sido en vano el esfuerzo de "mucha gente, del gobierno de Río Negro, de la Municipalidad de Patagones y de Mario Franco, quien hace 30 años mandó traer un navío de las características del Currú Leuvú II".
"El sector privado tendrá que hacer su aporte", concluyó.
Impresiones sobre regreso
* "Quienes tendrán este catamarán a su cargo seguramente lo adaptarán para que las parejas enojadas puedan hacer las pases mientras pasean por el río, o algunos para empezar un futuro. También para que los chicos se diviertan con músicas actuales y, por supuesto, para que los que no somos tan chicos --pero tampoco tan viejos-- podamos escuchar nuestras canciones y recordar los últimos 40 años de nuestras vidas.
"Esto forma parte de los sueños de quienes creímos en el catamarán cuando lo trajeron, que era una novedad, y en quienes apostamos a `resucitarlo'. Hay que aprovechar todo lo que tenemos naturalmente, para ir agregando valores de belleza" (Pablo Verani, gobernador de Río Negro).
* "Este es el resultado del esfuerzo, del sacrificio y del compromiso, fundamentalmente por el gran trabajo que realizó la gente de Vialidad de Río Negro.
"El catamarán es un símbolo que forma parte del patrimonio cultural que tenemos en Río Negro, y principalmente en Viedma, por eso quiera Dios que los concesionarios sepan que esto tiene que servir no sólo para que ellos tengan una gran rentabilidad, lo cual es razonable y lógico, sino para que Viedma y Río Negro tengan un nuevo símbolo que los identifique" (Miguel Pedranti, titular de Vialidad de Río Negro Sociedad del Estado, encargada de la reparación de la nave).
* "Ahora mi deseo es poder trabajar, poderles mostrar la belleza que tenemos en nuestro río a la gente de Carmen de Patagones, Viedma y todos los turistas que vengan.
"Hace 2 o 3 días que no duermo pensando, porque uno quiere que salga todo bien. Para estas cosas tengo la conducta de mi papá: me gusta tener la embarcación prolija, limpia, con todos los requisitos; esto es algo muy importante para mí, porque llevo gente y, ante cualquier desgracia o cualquier cosa que pase, la responsabilidad es mía.
"Quiero agradecer a todas las autoridades, a todos los periodistas y medios que todos han colaborado, a las municipalidades de Viedma y Patagones, a la Subprefectura y a toda la gente de la comarca, porque todo el mundo está contento. Me ven en la calle y me saludan, me felicitan por lo del catamarán. Esto te da ganas de ir haciendo estas cosas" (Fernando Campisi, uno de los emprendedores de la recuperación del catamarán).
* "En estos momentos siento una profunda alegría y estoy tratando de tomarme el tiempo y tener la tranquilidad de disfrutarlo (el viaje). También tengo mucha gratitud hacia la gente que colaboró y a la que nos dio mucha fuerza para lograr esto; entre ellos, a la Provincia de Río Negro, a las municipalidades y a la Nación; entre todos, pudimos arreglar este catamarán que es de todos, y no de Campisi ni de Roa o la fundación Canoas.
"Es un sentimiento de toda la comunidad de Viedma y Carmen de Patagones el recuperar un elemento que nos identifica, como este barco que forma parte de nuestra historia misma. Como el puente ferrocarretero o el Cerro de la Caballada, el catamarán es evidentemente algo que está metido muy profundamente en la identidad de viedmenses y maragatos" (Miguel Roa, uno de los emprendedores de la recuperación del catamarán).
Javier Cambarieri/Agencia Patagones