Bahía Blanca | Sabado, 04 de mayo

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Lo de Tiro fue muy “sintético”: perdió un partido que mereció ganar

El aurivioleta desperdició más de diez chances claras frente al arco rival y cayó 2-1 ante Deportivo Roca. Si ganaba podía llegar a la cima, pero ahora quedó séptimo.
Entre capitanes, el balón. Fermando Cafasso domina ante la presión de Fernando Fernández. Tiro no pudo aguantar la diferencia parcial.

Por Sergio Daniel Peyssé / speysse@lanueva.com

“No sé cuántos partidos más vamos a ganar como estos. Tiro jugó muy bien; mucho mejor que nosotros, que sufrimos en todo momento y lo ganamos con dos arremetidas”.

El comentario de Diego Landeiro, DT de Deportivo Roca, varios minutos después del cotejo, me dio la plena seguridad de que lo que escriba en este análisis no iba a quedar como un “disparate”.

Se pueden buscar diferentes formas y modismos para describir con palabras una realidad, pero cuando hay una sola causa para explicar lo que sucedió y no lo que realmente tendría que haber sucedido, sobran los detalles y las justificaciones. Lo del conjunto auriovioleta fue tan sintético como el piso del estadio Luis Maiolino: mereció ganar, pero increíblemente perdió.

Once situaciones clarísimas de gol contra tres del adversario. Y en el inicio de la segunda etapa, cuando el dueño de casa estaba desorientado, mareado y desordenado, Trecco (dos veces) y Abaca, desperdiciaron los mano a mano que hubiesen secado del todo al Naranja.

Es difícil halagar al que perdió y no tener argumentos para reconocer las bondades del que triunfó. Pero el partido fue así. Tiro, con un 3-4-1-2 compacto y elástico, gozó de tiempos y espacios para cobrar un cheque con el monto que quisiera, pero las definiciones apresuradas y la falta de puntería donde menos tenía que fallar, fueron alarmantes y determinantes.

El “Depo”, acelerado y sin ideas, buscó siempre por el mismo lado: centro a la olla. A Landeiro no le importó perderlo por goleada cuando el rival era rapidísimo en las contras y, con el ingreso de Germi, decidió apostar a un 3-4-3. Sí, al todo o nada.

A los 25, pelota envenenada al área, rebotes, dudas, muchas camisetas naranajas y gol de Volken. La tormenta no iba a desaparecer. Siete minutos más tarde, otro esférico en llamas, las estrellitas de colores invadieron el horizonte de los defensores tirenses y frentazo demoledor de Morán.

La historia variaba dentro y fuera de la cancha. Porque Tiro, de poder haber quedado primero en el grupo con 26 puntos, retrocedía hasta el séptimo lugar y salía de la zona de clasificación a dos fechas del final de la fase regular. El reglamento no va a cambiar, y al fútbol siempre se va a ganar con goles. Hay que entenderlo Tiro, más allá de que jugadores, dirigentes y cuerpo técnico, se hayan vuelto a Bahía sin entender el increíble partido que perdieron...