Bahía Blanca | Sabado, 04 de mayo

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La inseguridad, el desafío: hay un robo violento cada 20 horas

Mientras buscan corregir la prevención, la fiscalía de asaltos mejoró el post-delito en 45 días, con investigaciones ágiles y un trato directo con víctimas y testigos.
Nueva modalidad. Con la flamante unidad especializada en asaltos, el fiscal -en este caso Mauricio del Cero- entrevista a las víctimas y a testigos en el lugar.

Juan Pablo Gorbal / jgorbal@lanueva.com

La puesta en marcha de una fiscalía especializada en robos con armas fue positiva para la represión del delito en la ciudad. Se creó el 4 de enero pasado -solo por designio del destino un día después del asalto que derivó en la muerte del joven Leandro Fernández- y ya se advierten resultados, con diez detenciones y una fluidez en las investigaciones que no había antes de la centralización.

El fiscal Mauricio del Cero, titular transitorio de la unidad, y dos instructores trabajan sin horario. Se presentan en los lugares del hecho, entrevistan en persona a las víctimas y formalizan las declaraciones sin la necesidad de trasladar a los testigos a la sede oficial. De esa manera, surgen detalles espontáneos -que de lo contrario se pierden- y se acortan los tiempos procesales. Por otra parte, estiman que con esta modalidad se bajó un 30% la "cifra negra" de estos delitos, es decir hechos que antes no eran denunciados o directamente no trascendían.

Las acciones para mejorar el post-delito parecen encaminadas, al menos en los pasos previos a la fase punitiva, aunque hay otros dos desafíos: uno, urgente, sobre cómo abordar de manera más efectiva la prevención y otro, no menos importante pero más complejo, acerca del cumplimiento de la pena y la resocialización de los presos.

Son 47 los asaltos con armas registrados en Bahía desde el 4 de enero y hasta el miércoles pasado, según datos reunidos por el ente, a los que accedió La Nueva.

Del total, 27 se registraron en enero y 20 en poco mas de medio mes de febrero, lo que reporta un atraco violento cada 20 horas en este mes. El pico fue en la primera semana de febrero, con 13 delitos, y luego la cifra decayó.

Más del 20% de los hechos ya tiene detenidos, porcentaje que se podría incrementar al doble, teniendo en cuenta que hay un 20% más de casos con pedidos de detenciones no resueltos y otros en los cuales hay sospechosos. Y a contramano de la sensación general, es muy bajo el índice de menores involucrados, que apenas supera el 6%.

El informe, preliminar, divide casi en partes iguales el tipo de arma que usan los ladrones: 51,06% son de fuego (en 24 robos) y 48,94% son impropias (cuchillos, botellas rotas), con un total de 23.

¿Qué hacer?

El reto de ahora en más -y en el que trabajan las autoridades- es buscar mecanismos más efectivos para evitar que estos hechos se produzcan, aunque está claro que es imposible la tolerancia cero, porque no existe ni en el lugar más seguro del planeta. La saturación policial puede ser útil, de alguna manera, para frustrar los denominados delitos al voleo, en situaciones de calle, como por ejemplo cuando un motochorro le roba la cartera a una mujer que espera el colectivo.

La principal traba surge en evitar los hechos planificados, o con un mínimo de organización, que muchas veces importan más riesgo, en especial los asaltos a las familias en sus viviendas. En este caso las fuerzas de seguridad están más limitadas, porque, por ley, tienen prohibido hacer tareas de inteligencia, al menos que sean ordenadas por un juez, hecho que generalmente sucede con un delito consumado, y para profundizar una investigación.

Solidificar el intercambio de información con el Servicio Penitenciario, para estar al tanto de altas y bajas en la población carcelaria, con la modalidad a la que se dedican los delincuentes que egresan, y recomponer el averiado sistema del Patronato de Liberados, a fin de obtener un mayor control de procesados en libertad o con arresto domiciliario, serían dos alternativas, aunque, claro, para ello es necesario voluntad política para avanzar, gente capacitada para su cometido y, lo más difícil, disponer de una mayor cantidad de recursos.

En el Patronato de Liberados local, por caso, a fin de 2015 había apenas 40 profesionales -con una carga de solo 6 horas por día- para tutelar a 999 personas, entre pospenitenciarios, salida transitoria, arresto domiciliario y tareas comunitarias.

Los Consejos de Seguridad, como el que creó el intendente Gay y se procura organizar en el Concejo Deliberante, pueden ser otra herramienta válida para mejorar el intercambio de datos y enfrentar esta batalla con mayor entereza.

Lo más “agitado” sucede a mitad de la semana

Martes y miércoles son los días con una mayor cantidad de asaltos a mano armada en lo que va de 2016.

De los 47 hechos consumados entre el 4 de enero y el 17 de febrero, once fueron los miércoles y diez, los martes.

Luego figuran los domingos y los lunes, con 7 hechos.

La falta de fiscales, una complicación que no es menor

La mayoría de los fiscales debe atender su unidad y subrogar en otra, con el consecuente perjuicio que eso supone para lograr investigaciones más eficientes.

Desde hace más de dos años se esperan nombramientos (hay cinco vacancias, además de licencias), pese a los reclamos que se han hecho, encabezados por el fiscal general Juan Pablo Fernández.

Hoy, por caso, el fiscal Del Cero no solo tiene a su cargo la fiscalía de robos con armas, sino que también es titular de la de delitos sexuales y cubre la licencia de su colega Christian Long en homicidios.

Cristian Aguilar está a cargo de las UFIJ Nº 1 y 18; Eduardo Zaratiegui, de la 2 y la 4; Gustavo Zorzano, de la 3 y la 10 y Olga Herro, de la 7 y la 8.

Las autoridades tienen expectativas que en abril pueda destrabarse alguno de los trámites para incorporar funcionarios y así descomprimir la tarea de quienes deben investigar los delitos.