Asaltaron un local de cobro de servicios

Redacción de La Nueva.

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Un nuevo robo a mano armada en un local dedicado al cobro de servicios e impuestos, se registró ayer a la mañana en la zona céntrica de la ciudad, donde dos delincuentes redujeron a siete personas y escaparon con un botín de 30.000 pesos en efectivo y cigarrillos.

El audaz atraco se cometió minutos después de las 10, en el comercio denominado Tru Kiosco, que funciona en la calle 19 de Mayo 172 y pertenece a Griselda de Frattini y a su marido, donde además existe un centro de recepción de Rapipagos.

“Tenía el negocio lleno de gente y entraron los tipos; uno pasó por atrás de una columna y el otro por adelante del mostrador. Dijeron: 'esto es un asalto, dame todo lo que tengas'”, expresó la damnificada a un cronista de este diario.

En ese momento, además de la mujer se encontraban su esposo y cinco clientes.

“Yo estaba acomodando los cigarrillos y lamentablemente no llegué a guardar la plata en la caja fuerte. Se llevaron todos los cigarrillos y la plata, que serían más de 30.000 pesos”, afirmó.

Explicó que si bien la gente tenía dinero para abonar servicios, ninguno de los clientes fue blanco de los ladrones.

“A ellos no les sacaron nada; nos encerraron a todos en el baño. Nos seguían apuntando con el arma y pedían a gritos los celulares. Se llevaron el mío y el de mi marido, pero yo tenía el teléfono fijo”, dijo Griselda de Frattini.

Describió a los malvivientes como individuos de unos 30 años de edad y que no hablaban con ningún acento particular.

“No fueron violentos, pero nos tuvieron todo el tiempo apuntándonos con el arma. Sabían lo que venían a buscar, porque fueron derecho a la caja fuerte”, señaló la víctima.

Agregó que “no sabemos cómo se fueron, porque en un momento quise abrir la puerta del baño y nos seguían apuntando”.

“Pasó un ratito y llamamos al (servicio de emergencias) 911, pero la policía tardó en llegar porque le pasaron mal la dirección y se perdió un poco de tiempo”, continuó.

En este sentido, trascendió que los móviles del Comando de Prevención Comunitaria (CPC) habrían sido enviados en primera instancia a la calle 17 de Mayo (paralela a la avenida Buenos Aires y al canal Maldonado), aunque luego se rectificó la información y les dieron la dirección correcta.

Con motivo de la tensión nerviosa sufrida a raíz del asalto a mano armada, una clienta se descompensó y debió recibir asistencia médica.

“Una mujer se descompuso en el baño, porque le agarró un ataque de nervios y se desmayó. Fue un momento feo y difícil. Ese instante en el que te apuntan con un arma es horrible”, contó la propietaria del quiosco.

La mujer no salía de su sorpresa por la osadía de los delincuentes, que no se amilanaron ante la importante presenca de personas que había en el comercio.

“No pensé que con tanta gente adentro del negocio podia llegar a pasar. Hace un año y medio que tenemos el local y por suerte es el primer robo”, dijo.

“No sé cómo voy a seguir; mañana veremos”, reflexionó por último.