Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Alejandro Kohan: “La diferencia la hace el que se mantiene estable en un medio inestable”

El exitoso preparador físico pasó por nuestra ciudad, donde dio una charla sobre coaching y PNL. Su carrera, conceptos y más en una extensa entrevista: River, Independiente, Enzo Fernández, Tagliafico...

Alejandro Kohan en su paso por Bahía. Foto: Emmanuel Briane-La Nueva.

(Nota publicada en la edición impresa)

Alejandro Kohan es para todos "El Profe Kohan". 

Dueño de un palmarés de lujo, marca y marcó una época en el fútbol argentino integrando más de un cuerpo técnico exitoso y dejando su huella en el trabajo con el grupo, desde su lugar de preparador físico y algo más.

Por enumerar algunos de sus logros podemos decir que ascendió a Primera junto a Matías Almeyda con River y Banfield; fue campeón de la Copa Sudamericana con Ariel Holan en Independiente y con Hernán Crespo en Defensa y Justicia, con quien también dio la vuelta olímpica en San Pablo.

 Además, trabajó junto a César Luis Menotti, Daniel Passarella y Hugo Tocalli, entre otros.

En su reciente paso por la ciudad, donde brindó junto a su esposa Claudia Roth una charla de Coaching Deportivo y PNL (Programación Neuro Lingüística) para más de 70 entrenadores y deportistas, se prestó amablemente a un mano a mano con La Nueva. 

Didáctico, simple pero profundo, recorrió su carrera, pasado, presente y futuro. Se emocionó hasta las lágrimas al hablar de su maestro Luis María Bonini; repasó los ascensos y las Copas; los recuerdos y vivencias con Nicolás Tagliafico, Enzo Fernández y Dani Alves y consultó con sincera preocupación y sorpresa por qué Bahía no tiene equipos en la elite del fútbol y el básquet nacional.

Qué hay detrás de este Profe ganador: pasen y lean...

-¿De qué se trata el curso que estuvo dando junto a su esposa?

-Son herramientas de comunicación simples pero muy potentes para mejorar la relación con uno mismo y con los grupos que interactúa, para ayudar a las personas a poder alcanzar sus objetivo y metas y desarticular algunos bloqueos que interfieren en el poder llegar adonde uno quiere llegar.

-¿Qué fue lo que te marcó o llevó a querer profundizar en esto?

-Hubo eventos que fueron actuando de disparadores, me fueron resonando para tomar conciencia de que tenía que tomar más herramientas para mejorar todo lo que sucede del cuello para arriba en mis jugadores.

-En ese sentido, ¿Qué técnico te marcó en tu carrera?

-Un entrenador que me impactó mucho por su capacidad de motivación y comunicación en lo grupos fue César Menotti. Me impactaba la claridad que tenía para comunicar su idea, transmitir e inspirar confianza en los grupos. Y otro evento que para mí fue muy trascendente fue todo el tránsito de River por la B Nacional, por el nivel de tensión emocional que tuvimos que vivir. Fue muy fuerte.

Kohan (derecha) junto a Almeyda y Amato, en su paso por River.

-¿Qué veías en Menotti?

-La claridad y la simpleza con la que transmitía su idea o sistema de juego. Como desdramatizaba el fútbol, le baja tensión a momentos que por ahí en otras circunstancias se viven momentos muy fuertes, y naturalizaba el juego como parte de la vida. Y después las metáforas que usaba para explicar algunas situaciones diarias.

-¿Y esos días en River, cómo fueron?

-Fue un año muy fuerte. Yo nací en Núñez y seguí a River toda la vida, soy socio del club. El descenso fue un impacto muy fuerte para todos los que amamos al club y después el retorno fue un compromiso enorme para todos los que estábamos involucrados, porque queríamos que River vuelve en el menor tiempo posible. Sabíamos que era un año, 38 fechas, y todas eran finales porque los rivales se preparaban para un evento histórico. Cada partido tenía una carga emotiva enorme, los rivales compensaban la falta de nivel técnico porque para ellos era el partido de sus vidas. A veces eso hacía que en la cancha se emparejen las situaciones. 

-¿Y el después, una vez que se logró el ascenso?

-¡¡Ufff...!! Fue un alivio, obviamente. No fue una celebración, fue un alivio. Había que cumplir el objetivo, fue como sacarse un edificio de los hombros.

-Esa foto del festejo de ustedes en el final, saltando a festejar desde el banco, marca un poco el desahogo que significó…

-Sí. Eso fue: un desahogo. Lo que tuvimos todos fue un desahogo por ver a River otra vez en su lugar, ahí nos quedamos tranquilos.

El Rojo y el Verde

El último trabajo en clubes del Profe fue en Ferro Carril Oeste, junto a su hijo Tobías, luego de una gran experiencia en Independiente, Defensa y Justicia y San Pablo de Brasil junto a Ariel Holan y Hernán Crespo, respectivamente.

-¿Qué te dejó ese paso por Independiente y qué te genera verlo así hoy?

-El año 2017 fue un año inolvidable para toda la gente de Independiente por ese equipo, ese grupo, el rendimiento que tuvo, la manera de lograrlo, lo que se logró en el Maracaná, todo. En ese 2017 hubo muchos chicos que venían de las inferiores del club y otros que venían del proceso anterior con Gaby Milito, que yo digo que el trabajo de él fue una plataforma muy importante para lo que nosotros después pudimos conseguir. Lamentablemente después el club quedó muy comprometido a nivel económico por muchos años. Ojalá que lo pueda solucionar porque es un club muy grande y que tiene un poder resurgimiento asombroso. Yo creo que lo va a resolver.

Kohan celebra junto a Ariel Holan, en Independiente.

-¿Me decías que lo de River fue un desahogo, ese título en el Maracaná que fue entonces?

-Ese día Independiente volvió a abrazarse con su historia. Porque ya había salido campeón en el Maracaná en el 95 (por la Supercopa). Yo viví un día enormemente especial porque el profesor que me introduce en el fútbol, Luis María Bonini, que es de acá cerca de Punta Alta, había sido el preparador físico ese año y había hecho la entrada en calor en el Maracaná, con el Zurdo López como entrenador, y a mí me tocaba la de 2017. Luis había partido hacía un mes, entonces era un día muy emotivo. Que tantos años después fuera yo el que estaba haciendo esa entrada en calor como lo hizo él, en el Maracaná, contra Flamengo y volver a ganar, fue muy especial.

-¿Qué tenía ese grupo?

-Compromiso, actitud e intensidad.

-Todo...

-Todo...

Su maestro y más

-Te llevo de nuevo a Bonini, ¿cómo era Luis como persona y como profe?

-Para mi fue un padre, el me introdujo al fútbol en el año 92. Yo lo conocí en un gimnasio de Buenos Aires que iban muchos deportistas. Yo siempre le pedía por favor que quería trabajar en el fútbol y me llevó a Ferro, fue asistente de él, y después en el '96 me llevó a Independiente. Fue un maestro para mí. Un conductor de grupos como no he visto, una llegada con el jugador, un carisma, una seguridad en sí mismo, un profesional superlativo. Un maestro. Un verdadero maestro.

Luis María Bonini, su gran maestro.

-¿Qué fue Defensa para vos?

-Es un club al que quiero mucho, ya había estado con Ariel Holan en 2015 y logramos clasificar por primera vez a la Copa Sudamericana. Y haber coronado con el primer título internacional, un título realmente complicado, fue un logro de chicos que hicieron un enorme esfuerzo. Con Enzo Fernández que estaba empezando, con Braian Romero que estaba a full, bueno tendría que nombrarlos a todos. Un grupo inolvidable.

-¿Te llamó la atención lo de Enzo?

-No, lo de Tagliafico tampoco. Yo con Nico ya había estado en Banfield, ascendimos con Matías Almeyda, jugando un fútbol de alto nivel. Y me acuerdo que en las sesiones de coaching el tenía un cuaderno en donde había escrito sus objetivos y eran: ascender con Banfield, ir a un equipo grande y lograr un campeonato (lo cumplió con Independiente), ser jugador de Selección y jugar una Copa del Mundo. Consiguió todo. Es increíble, se propuso eso y trabajó para eso.

Con Crespo y la Sudamericana.

-¿Crees que hoy lo mental equiparó en importancia a lo físico?

-Por supuesto que la parte física es fundamental, como lo técnico y lo táctico, todo… Pero en el interior de cada persona está la diferencia que hace la diferencia y en la estabilidad de mantenerse estable en un medio tan inestable. Ahí está la diferencia que puede hacer la diferencia: estar tranquilo en la intranquilidad.

-Perdón que sea repetitivo, pero en ese sentido se me vuelve a ocurrir Enzo Fernández y el Mundial...

-¿Viste? Lo jugó con fluidez, con naturalidad. Eso es lo que tiene lo grandes deportistas. En ambientes tensos y totalmente inestables mantienen una fluidez, calidad de movimientos y una eficacia en la toma de decisiones que los hace diferentes. Y en esto obviamente tiene mucho que ver el manejo de sus emociones y su desarrollo cognitivo.

-¿Cuánto se puede trabajar eso o viene con cada uno?

-Se debe entrenar. Como entrenamos todo lo otro. Yo digo que cada uno debe tener su forma de autoalinearse con vos mismo cuando te desalineas. Bueno, cada uno debe tener su cable a tierra a diario y practicarlo todos los días.

-Siempre se remarcó tu llegada al grupo, ¿Es tu fortaleza como profe?

-Es algo que disfruto. Es lo que más me gusta del fútbol: la relación con los jugadores. Es lo que más extraño cuando no estoy trabajando: el vestuario, el vínculo del día a día con el jugador, el poder asistirlo, apoyarlo, verlo lograr objetivos. 

Kohan escucha, Dani Alves habla...

-Te pido que me nombres uno, dos o tres jugadores que te hayan sorprendido…

-Muchos me marcaron. Más allá de lo que pasó ahora a nivel personal, el último que me voló la cabeza fue Dani Alves en San Pablo. Me pareció extraordinario. No por nada es el jugador en actividad que más títulos tiene.

-¿Qué te sorprendió particularmente?

-Llegaba una hora antes a los entrenamientos y empezaba a preparar su cuerpo y su cabeza para la práctica. Y cuando empezaba el entrenamiento era el primero que se ponía a prestar atención en las consignas de los ejercicios, de por qué y para qué se hacía cada uno. Y después en la experiencia que tenía, nos tocó ganar un título para San Pablo después de más de años y me acuerdo lo tranquilo que estaba antes de la final. Me decía 'Profe lo único que tenemos que hacer hoy es lo mismo que hicimos para llegar hasta acá, es volver a hacer todo lo bueno que nos trajo hasta acá, es solo un partido más'. Y ahí entendías por qué logró todo lo que logró. Era estar tranquilo en la intranquilidad, creo que ese es el peldaño mayor de la excelencia deportiva.

-La última: ¿qué tiene que tener un profe para ser un buen profe? 

-Amor profundo por lo que hace y dedicación.