Bahía Blanca | Martes, 23 de septiembre

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Prueba Pastoril Bonaerense: con el foco puesto en alcanzar una carne superior

El proyecto fue pergeñado desde la Asociación de Angus y el CREA Sudoeste. Se inicia con la jura de clasificación en la cabaña La Soñada, en Olavarría, y concluye con el remate en el predio de la Asociación de Ganaderos.

El remate en la AGA, en el km. 8,5 de la RN 35. / Fotos: Darío Fariña / campoindustria.com

“Es una herramienta crucial para que los productores tomen decisiones informadas, seleccionando el reproductor que mejor se adapte a las necesidades de su rodeo, ya sea para mejorar el área de ojo de bife, la grasa intramuscular o la ganancia de peso”.

Para Martín Tinello —coordinador del Circuito Angus bonaerense— la Prueba Pastoril Bonaerense es algo más que un proyecto disruptivo para la ganadería argentina que, junto a representantes del CREA Sudoeste, sigue dando pasos firmes en la región productiva cercana a Bahía Blanca.

La jura de clasificación de este proyecto se realizó en la cabaña La Soñada, de la familia Alem, en Olavarría, en tanto que el remate de los toros (a los que se sumaron vaquillonas) se concretó en el predio de la Asociación de Ganaderos y Agricultores de Bahía Blanca (AGA), en el kilómetro 8,5 de la ruta nacional 35.

“A esta altura ya concluimos que el balance de la Prueba Pastoril Bonaerense es muy bueno. Los criadores y los cabañeros pudieron identificar el tipo de toro que mejor se adapta al campo La Soñada y a la crianza netamente a pasto”, agregó.

Uno de los pilares de la prueba es la vasta información que acompaña a cada animal.

“Todos los toros están acompañados de una interesante cantidad de datos, incluyendo DEP’s genómicos, calidad seminal, ecografías de carcasa, circunferencia escrotal e índices de producción para la ganancia diaria", detalló Tinello.

El principal desafío, según Tinello, es acostumbrar al productor a ver los toros con otros ojos, con una visión más orientada a la producción de un animal criado netamente a campo. “Estos toros, a diferencia de los de exposición, carecen de la preparación intensiva en encierro y suplementación, algo que los hace ideales para campos muy duros como los de Bahía Blanca, donde se necesita facilidad de adaptación”, afirmó.

“A pesar de tener entre 100 y 120 kilos menos de lo que sería un toro preparado para un remate de cabaña o de exposición, el valor reside en la genética y en la rusticidad”, insistió.

Martín Tinello, coordinador del Circuito Angus bonaerense.

El establecimiento de la prueba en nuestro territorio fue otro objetivo ambicioso, dado que la provincia es una de las regionales más grandes de la raza Angus. “Era una deuda del circuito Angus bonaerense que, ahora tras la unión con el CREA Sudoeste, está siendo muy exitosa”, afirmó Tinello, en diálogo con La Nueva.

“El interés creciente de los productores es prueba de ello, ya que muchos de quienes compraron están muy conformes con la salida de los animales a servicio y los buenos resultados en preñez y calidad de terneros”, añadió.

De cara al futuro, dijo que es optimista sobre el mercado de exportación para la carne vacuna argentina. “Es positivo. Lo confirmo”, dijo.

En tal sentido, desde la Asociación Argentina de Angus han constatado una avidez por la carne premium y por la Angus certificada para la hotelería y restaurantes de cinco estrellas; es decir, de calidad top en ferias internacionales.

Las juras de clasificación se realizan en la cabaña La Soñada, en Olavarría.

“El futuro es impresionante para la carne argentina, especialmente por la posibilidad de una buena recría a pasto”, sostuvo.

“No hay que olvidar que en los países asiáticos, millones de personas se incorporan anualmente a la clase media o media alta y desean consumir proteína vacuna de calidad y excelencia. La Argentina tiene una oportunidad única para crecer en volumen, en calidad y en cantidad con el desafío de aumentar la producción de novillos para exportación hasta los 520 kilos y mejorar la grasa intramuscular para garantizar la terneza”, explicó Tinello.

La docencia como eje central

Bernardo Laulhé, presidente de la Comisión de Ganadería Nacional de CREA, coincidió en el balance positivo y destacó la adaptación de los cabañeros respecto de la Prueba Pastoril Bonaerense.

“Lo que estamos viendo es que todos los cabañeros mandan los toros que se adaptan más a la propuesta que estamos haciendo para la prueba pastoril que, por ahí, son más moderados y más rústicos en razón de una mayor adaptabilidad a los campos”, aseguró.

“El principal desafío del proyecto es poner un animal distinto a lo que estamos acostumbrados, que sea mucho más adaptable para los campos de cría, donde se puedan desarrollar mejor y cumplir funciones que se adapten a esas características”, explicó.

“¿La respuesta de los productores? Es positiva. Los compradores del año anterior han reportado buenos resultados y mejor adaptabilidad del toro en los distintos rodeos y en los campos donde los llevaron”, sostuvo.

Bernardo Laulhé, presidente de la Comisión de Ganadería Nacional de CREA.

En este sentido, el directivo enfatizó el rol de la docencia. “Tratamos de ofrecer un toro con mucha información, algo que no hay mucho en el mercado y, también, hacer docencia hacia los productores”, afirmó.

“El objetivo es empoderarlo para que sepa lo que está comprando, con qué datos y de qué manera se adapta más a su campo con toda esa base de datos, los DEPs y el resto de la información que se aportan en las distintas juras”, comentó.

A pesar de que las ventas de estos toros pueden ser complejas por la novedad del proyecto, Laulhé está convencido de que la PPB llegó para quedarse. “Es una propuesta a largo plazo, porque hay que hacer docencia y eso es algo que lleva mucho tiempo; y es también a prueba y error", acotó.

“Tratamos de ofrecer un toro con mucha información, algo que no hay mucho en el mercado y, además, hacer docencia hacia los productores”, dijo Laulhé.

De esta manera, el feedback de los compradores es vital para la mejora continua. La meta es empezar a crear un poco el ojo de los compradores para renovar la concepción de que, si bien los toros que están puestos son excelentes, hay otra oferta donde podemos salir a buscar más adaptabilidad de los animales en nuestro rodeo”, describió Laulhé, en diálogo con La Nueva.

Con dos ediciones de importante repercusión y el compromiso de seguir aprendiendo y mejorando, la Prueba Pastoril Bonaerense se perfila como un motor de cambio para la ganadería local, impulsando la producción de genética adaptada y de alta calidad para exigentes mercados, sean nacionales e internacionales.

“La idea es darle más importancia a los datos”

“Este proyecto data de 2022. Nació de una conversación con Alfonso Bustillo, el presidente de la Asociación Argentina de Angus. Él me transmitió la inquietud de que no se realizaban pruebas pastoriles en la provincia de Buenos Aires, a diferencia de otras partes del país, y ahí le propuse hacerla en algún campo del CREA Sudoeste. Le interesó la idea, la elevó a la comisión ejecutiva de Angus y yo lo hice ante mis pares”.

Mariano D’Amore, representante del CREA Sudoeste y, además, presidente de la Asociación de Ganaderos y Agricultores de Bahía Blanca (AGA), contó la génesis de la Prueba Pastoril Bonaerense.

“Después de un año de trabajo, intercambio de información y de puntos en común para el reglamento, todo se plasmó en un convenio firmado en 2023. Y a finales de ese mismo año ingresó la primera camada de toros a la cabaña La Soñada, que está en el ámbito del CREA. La primera edición de la PPB comenzó en 2024. Y ahora terminamos la segunda”, agregó.

—¿Qué tiene de diferente este proyecto?

—Se incluyen muchas mediciones, específicamente cuatro más que otras pruebas. Una es la ganancia de peso diaria, ya que los toros tienen 4 o 5 pesadas durante su recorrido en el predio. Es crucial que sean criados completamente a pasto, sin ningún tipo de suplementación, y todos bajo condiciones semejantes: en el mismo lote, con igual recurso forrajero y agua y con las mismas distancias de traslado para ser comparables.

Mariano D’Amore, represente de CREA Sudoeste y titular de la AGA.

“También se realizan ecografías para medir la calidad de carne, incluyendo grasa intramuscular y espesor de grasa de cadera, lo cual se convierte en un índice. Al mismo tiempo, se hacen mediciones vinculadas a aspectos reproductivos como la calidad seminal y la circunferencia escrotal, que también se llevan a un índice.

“Finalmente, el elemento que conforma un dato global son las tres juras fenotípicas que se hacen durante la prueba, con otros tantos jurados para cada animal. Estos puntajes se suman a los tres anteriores (NdR: ganancia de peso, aspecto reproductivo y calidad de carne) para generar un índice que establece el ránking de los toros. Además, se incluye un riguroso y completísimo complejo sanitario con análisis de todo tipo; incluso, para detectar infectados de VDVB (NdR: Virus de la Diarrea Viral Bovina). Estos aspectos diferenciadores no están incluidos en otras pruebas”.

—¿Cuál es el objetivo final?

—El más importante es que los productores compradores adquieran los animales basándose en la información completa y detallada que esta prueba les brinda. Cada toro tiene un bagaje de información importante hasta, incluso, genómica, algo que proporciona información sobre la heredabilidad de sus características.

Instante del remate a cargo de Santiago Abdo, de Productores Rurales del Sud.

“Con esto buscamos cambiar el paradigma de la forma de comprar animales. Tradicionalmente, el productor argentino adquiere un toro en función de lo que ve, de la parte fenotípica, y no le da mucha importancia a los datos. Este es un aspecto cultural que queremos empezar a modificar. No digo que la parte fenotípica no sea importante, porque las características raciales lo son, pero también resultan cruciales los datos que la PPB genera. Puntualmente, queremos que las próximas generaciones de ganaderos les den más importancia a los datos”.