Bahía Blanca | Lunes, 22 de septiembre

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Lionel Scaloni, su padre como ejemplo y una anécdota que siempre cuenta con orgullo

En cada charla que da o cuando surge la pregunta en una conferencia de prensa, el entrenador de la Selección Argentina se refiere al esfuerzo que hacía su “viejo” para que él pueda jugar al fútbol. Nunca es tarde para elogiar.

“Mi papá (Angel) venía de manejar 10 horas un camión lleno de piedras, y aún así se bajaba y me decía: ‘Vamos a entrenar, no hay tiempo que perder’, y me apuraba a salir de casa”.

Esa es una de las tantas anécdotas que cuenta Lionel Scaloni cuando se refiere a su padre, su ejemplo de vida y a quien le dedicó la consagración en el Mundial de Qatar.

“Tenía 13 años y vivía en Pujato, un pueblo donde nadie hablaba de Mundiales, pero yo soñaba con uno. Mi cancha era un garaje. Mi camiseta, la de Argentina, aunque jugara en Newell’s. Mi viejo no descansaba. Me llevaba a entrenar, me esperaba, y volvía a trabajar. Él tenía más hambre de fútbol que yo”, recuerda el técnico de la Selección Argentina en el sitio Enfoque Futbolero.

“A los 17 debuté como profesional. A los 29 fui al Mundial. A los 44 gané uno como entrenador. Y ese día, cuando Montiel metió el penal, no pensé en la Copa. Pensé en mi viejo, en el garaje, en ese niño que viajaba a dedo para perseguir un sueño”, refleja con orgullo.

“Desde que ganamos, no recuerdo haber pagado una comida en Argentina. La gente me abraza, llora y me dice: “Nos hiciste felices.” Y cada vez que lo escucho, me repito algo: valió la pena cada kilómetro, cada piedra, cada entrenamiento a oscuras”.