Alertan sobre el riesgo de las áreas marinas protegidas en Argentina
La falta de monitoreo, producto de la interrupción de fondos y campañas científicas desde fines de 2023, pone en peligro a estos ecosistemas vitales.
Investigadores del CONICET alertaron sobre la grave situación de las Áreas Marinas Protegidas (AMPs) argentinas, fundamentales en la lucha global contra el cambio climático por su capacidad de almacenar “carbono azul”.
La falta de monitoreo, producto de la interrupción de fondos y campañas científicas desde fines de 2023, pone en riesgo estos ecosistemas vitales.
El océano juega un rol crucial en la mitigación del cambio climático, absorbiendo entre el 25 y el 35 por ciento del dióxido de carbono (CO2) generado por la actividad humana.
Dentro de este proceso, el “carbono azul”, almacenado en el fondo del mar por más de 100 años, emerge como un elemento de vital importancia. A diferencia del carbono almacenado en árboles o suelos, este tipo es capturado de la atmósfera por los ecosistemas marinos, siendo los manglares, las marismas y los pastos marinos los más eficaces para este proceso.
El descubrimiento
El Océano Antártico, por sí solo, ha acumulado el 45 por ciento del total de CO2 absorbido por los océanos, consolidando su relevancia como regulador climático global.
En Argentina, un equipo de investigación del CONICET ha estado estudiando durante años la captura y movimiento de este carbono azul en los fondos oceánicos de la región austral.
Un estudio reciente, publicado en la revista Scientific Reports, destaca que las Áreas Marinas Protegidas argentinas son reservas clave para avanzar en la mitigación del cambio climático.
Estas áreas son capaces de regular el clima global y almacenar hasta 6 kilogramos por metro cuadrado de carbono entre los tejidos animales y los sedimentos superficiales (en los primeros 10 centímetros).
La investigadora Lucía Bergagna, primera autora del trabajo y becaria doctoral en el CADIC-CONICET, explicó que las AMPs están "atrapando carbono desde la atmósfera, a través de un proceso conocido como 'bomba biológica de carbono'". De este modo, proteger estos ecosistemas significa retener ese carbono en los fondos marinos.
Luciana Riccialdelli, investigadora en el CADIC-CONICET, enfatizó la importancia de proteger las AMPs argentinas: "es fundamental para conservar tanto sus componentes biológicos y físicos como los procesos ecológicos que en ellas ocurren. El objetivo es asegurar el funcionamiento saludable de estos sistemas y su preservación a largo plazo”.
Además, estas áreas forman parte de una red de conservación en la región subantártica, clave para el equilibrio ecológico del extremo sur del planeta y la salud global de los océanos.
Peculiaridades
Generalmente, los ecosistemas marinos reconocidos por atrapar y retener grandes cantidades de carbono (manglares, pastos marinos, marismas) son costeros y dominados por plantas en regiones cálidas y templadas.
Sin embargo, el estudio argentino reveló una particularidad: las AMPs de Argentina, ubicadas en mar abierto en la región subantártica, donde las plantas no están presentes, también almacenan cantidades considerables de carbono.
Este carbono se encuentra tanto en los sedimentos como en organismos que componen estos ecosistemas, como las estrellas de mar, los corales y las esponjas. La vasta dimensión de estas AMPs, que abarcan más de 60 mil kilómetros cuadrados (un área similar a la provincia de Formosa), contribuye significativamente a esta capacidad de almacenamiento.
Recortes
Desde la Revolución Industrial, el aumento exponencial de gases de efecto invernadero ha acelerado el calentamiento global, haciendo de la protección de ecosistemas capturadores de carbono una prioridad.
Argentina cuenta con 63 Áreas Protegidas Costero Marinas (APCM), que incluyen parques nacionales, reservas provinciales y municipales, reservas de biósfera y sitios Ramsar.
No obstante, la comunidad científica y organizaciones ambientales han lanzado una advertencia: desde diciembre de 2023, algunas de estas áreas no están siendo monitoreadas por falta de fondos.
Gustavo Lovrich, investigador del CONICET y co-autor del estudio, detalló la crítica situación: "En 2022, por ejemplo, se hizo una única campaña científica al área Yaganes, financiada únicamente con fondos propios de la APN y el CONICET".
Lovrich añadió que la campaña planificada para 2023 fue postergada a 2024, y luego "la presidencia de APN decidió no ejecutar esos fondos a fin del año pasado. Tampoco se van a ejecutar las campañas restantes”.
La situación se agrava con la confirmación de Lovrich sobre la detención de los análisis pendientes de campañas anteriores, incluida la de 2022, que se realizaban con fondos de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (I+D+i).
"Hay muy pocas chances de que esos fondos se ejecuten porque la Agencia I+D+i detuvo los pagos desde enero de 2024 y, además, por las políticas de reducción del gasto público/déficit fiscal cero", sentenció el científico.
La preservación de las AMPs es clave en la lucha contra el cambio climático, y la interrupción de su monitoreo representa un serio revés para el conocimiento y la protección de estos vitales sumideros de carbono azul en Argentina.