Alejandro, 20 años, una vida
Alejandro Mirochnik nunca imaginó que el 18 de julio de 1994 su vida cambiaría para siempre. Un coche bomba destruyó la AMIA y quedó atrapado en un ascensor.
Periodista, conductor y realizador televisivo, columnista en medios de difusión nacional. Nativo de Coronel Dorrego, alterna residencia entre Sauce Grande y Capital Federal. Conduce el ciclo ESAS PEQUEÑAS COSAS en BVC Bahía Blanca.
María del Carmen y Saúl son los padres de Alejandro. Florencio Favarolo, el abuelo puntaltense, trabajó durante años en la Base Naval de Puerto Belgrano.
“Me gusta la ciudad y el balneario Arroyo Parejas, siento que soy de allí”, dice Alejandro Mirochnik, quien en algún momento pensó en irse a vivir a Punta Alta. De chico, solía visitar la casa de los abuelos, donde conoció a los Leguizamón, una familia vecina del barrio Mora, con la que forjaron una amistad que aún perdura.
En los años 90, Alejandro vivía en La Matanza, trabajaba en la AMIA y practicaba triatlón, disciplina que combina maratón, ciclismo y natación.
Nunca imaginó que aquel 18 de julio de 1994 su vida cambiaría para siempre. Un antes y un después, distinto y definitivo. Antes: entrenamientos, metas deportivas; después: la explosión, el polvo en el aire, los escombros, la lucha por respirar bajo toneladas de muerte y desolación.
Esa mañana, un coche bomba destruyó la sede de la AMIA en la calle Pasteur y apagó 85 vidas. Alejandro trabajaba en una oficina del quinto piso y quedó atrapado en el ascensor. En esa jaula de hierros retorcidos, escuchando sirenas y los gritos desesperados de sus compañeros pidiendo auxilio, con una pierna gravemente herida, resistió como pudo durante diez horas bajo los escombros. Hasta que, al atardecer, un bombero escuchó ruidos, pidió silencio y los rescatistas lograron sacarlo con vida.
María del Carmen y Saúl se enteraron del atentado por la radio. Comenzó entonces el calvario de averiguar si su hijo había sobrevivido o estaba en la morgue, como su tío, que era mozo en la mutual.
Lo de Alejandro fue un milagro. Sobrevivió, pero con heridas profundas, especialmente en las piernas, las llaves maestras de su pasión por el triatlón.
Un año después de la tragedia, cuando lo entrevistamos por primera vez para televisión, era un muchacho triste, con la mirada perdida, mezcla de dolor y desafío. “Para mí –nos dijo– hay una realidad y un sueño: volver a correr triatlón”.
Más que un deseo, ese desafío fue su brújula. Alejandro no se rindió. La meta fue volver a correr y nosotros emprendimos la tarea de registrar con la cámara encendida su epopeya a lo largo de dos décadas.
Comenzamos a filmarlo en 1995: apenas podía caminar. Retomamos en 1998, cuando empezó a enseñar natación en clubes deportivos. Entre 1999 y 2004, lo seguimos en sus primeras competencias en La Plata y Mar del Plata, en su vuelta al triatlón. Cada nuevo fragmento de su vida era una pieza más del documental que se iba construyendo a su imagen y semejanza: paso a paso, con paciencia y esperanza.
Con el tiempo, Alejandro se convirtió en mucho más que un atleta: profesor de educación física, guardavidas en Santa Teresita e instructor en la Cruz Roja. En 2011 lo filmamos en el triatlón de Claromecó; en 2015, registramos su trabajo como director de un centro de rehabilitación para jóvenes con discapacidad en La Matanza. Y en 2016 cerramos el último capítulo en la Maratón de Buenos Aires.
Para entonces, junto a su compañera Marcela, comenzaban a cursar la carrera de Psicología Social. Se recibieron en 2019 y partieron hacia Córdoba, a Cura Brochero, cerca de Mina Clavero, donde actualmente viven, disfrutan del paisaje y de la actividad deportiva al aire libre.
Testimonio en carne viva que resucitó de los escombros, la historia de Alejandro es una declaración de vida. En estos años de filmaciones y amistad, nos enseñó que el mayor desafío no es tanto llegar, sino la decisión de no rendirse y seguir adelante.
Alejandro Mirochnik estará el próximo jueves 17 de julio en Bahía Blanca y Médanos, participando de los actos conmemorativos por un nuevo aniversario del atentado a la sede de la AMIA.
El documental está disponible en el enlace que comparto y será emitido en horario especial el viernes 18, a partir de las 23hs, por Canal 4 BVC.