Bahía Blanca | Miércoles, 30 de julio

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Vera, Campana y Bahía: diferencias y similitudes de tres fenómenos devastadores

Las tres ciudades vieron caer cientos de milímetros de lluvia en pocas horas. ¿Qué dicen los expertos?

Archivo La Nueva.

Luego del temporal que tuvo a casi toda la ciudad bajo el agua, la localidad de Vera, al norte de Santa Fe, comienza a recuperarse lentamente, tal como lo hizo Bahía Blanca tras el trágico 7 de marzo.

En las últimas horas, una pregunta surgió respecto a la posibilidad de que el fenómeno se asimile a lo que ocurrió en nuestra ciudad o en la zona de Zárate y Campana hace tres semanas.

En ese sentido, cabe mencionar que si bien los orígenes de todas esas tormentas son similares, así como las consecuencias, el desarrollo de las mismas encuentra algunos puntos de diferenciación entre sí.

La observadora meteorológica Vanessa Balchunas marcó algunas similitudes y diferencias entre los eventos climáticos que se desarrollaron en Bahía Blanca, en Campana y en Vera.

Sobre lo ocurrido en Bahía Blanca con el temporal que dejó decenas de muertos y cientos de evacuados, explicó: "El origen del fenómeno estuvo en dos áreas de baja presión, una al norte y otra al oeste, que sumadas al ingreso de altas presiones desde el (océano) Atlántico bloquearon el ingreso de aire del sur. Por lo tanto, favorecieron la persistencia del aire cálido, húmedo e inestable".

"Esto generó, de una manera abrupta y torrencial, chaparrones intensos que perduraron en el tiempo por la imposibilidad de la masa de aire para trasladarse por ese bloqueo y por un permanente ingreso de aire cálido del norte que favorecía la durabilidad de esa masa de aire", agregó la especialista.

Esa masa de aire dura en el tiempo por la dificultad para que el aire frío llegue al lugar donde se encuentra.

Y en este sentido, Balchunas marcó la primera similitud con la situación en Campana: "Allí se dieron condiciones específicas para que un intento de recambio de masa de aire llegara de manera persistente pero sin posibilidades de que la masa de aire cálido se barriera rápidamente. Ahí también se dio este fenómeno de chaparrones intensos en cortos períodos, que originó las mismas consecuencias".

Y añadió: “hay otra similitud y es que se dieron las mismas consecuencias en lugares en donde ya ha habido problemas de inundaciones, favorecidas por los desagües de diferentes cursos de agua en esas zonas".

La situación en Vera (provincia de Santa Fe) también fue por demás de complicada, con la caída de más de 400 milímetros de lluvia en casi 6 horas.

Al respecto, Balchunas detalló: "El fenómeno tuvo su origen en una situación de inestabilidad con un intento de ingreso de aire frío también. Pero dicho ingreso generó un intercambio en la atmósfera que permitió la formación de una celda de tomenta, favorecida con ciertas características que le dan, por su durabilidad y por la violencia de las situaciones que trajo aparejadas, la característica de súpercelda como la llamaron. Esto generó complicaciones no solamente con los acumulados sino con todo lo que tiene que ver con la circulación del fenómeno atmosférico en general".

Estas situaciones, remarcó la observadora meteorológica, se originan por bloqueos atmosféricos en la región pampeana que permiten que los eventos severos se desarrollen en otoño y que, regularmente, se ven influidos por corrientes marinas o por diversas situaciones que no necesariamente tienen que ver con las condiciones locales del tiempo, como pueden ser El Niño o La Niña.

"En este caso, sin ninguno de estos fenómenos presentes, la variabilidad local tuvo su máxima expresión".

El cambio climático

Las inundaciones que afectaron a Vera, Bahía Blanca y Zárate no son fenómenos aislados, sino síntomas del calentamiento global y el cambio climático, explicó la abogada ambientalista y ecoinfluencer Natalia Mazzei.

“Cada vez vemos con más frecuencia fenómenos climáticos extremos como incendios, sequías e inundaciones con mayor intensidad y daños”, indicó.

Y agregó: “Estos eventos reflejan la ruptura del equilibrio natural del planeta debido al aumento de gases de efecto invernadero desde la Revolución Industrial, que generan un incremento de la temperatura global y afectan los patrones de precipitaciones”.

Mazzei alertó sobre el negacionismo climático, un discurso que minimiza o niega la existencia del cambio climático pese a las evidencias científicas.

Frente a argumentos como “hace frío, entonces el calentamiento global no existe”, la especialista recomienda apoyarse en datos científicos que demuestran un aumento constante de la temperatura y la frecuencia de eventos extremos en distintas regiones, que varían según sus características locales.

“Hay que reconocer que el cambio climático ya está aquí y preparar las ciudades y regiones para enfrentar sus consecuencias. Esto incluye obras de infraestructura, planificación urbana y equipos interdisciplinarios para diseñar soluciones específicas”.