Bahía Blanca | Viernes, 04 de julio

Bahía Blanca | Viernes, 04 de julio

Bahía Blanca | Viernes, 04 de julio

El legado de un padre

.

El legado de un padre El legado de un padre

Estos días hice un ejercicio, con cada padre que tuve que interactuar les pregunté: “decime algo puntual que estés haciendo o hayas hecho por tu/s hijos/as”; la idea del ejercicio era que cada uno pueda registrarlo, a veces la velocidad torna lo importante en algo intrascendente, cuando en verdad tiene un gran valor.

“Me ocupo de cocinar todos los días las cenas”, “lo acompaño a todos los entrenamientos y partidos de básquet, nutricionista, gimnasio y lo acompaño en su sueño de llegar a las grandes ligas”, “estoy ahorrando para que cuando se reciba pueda irse a hacer un posgrado”, “la voy a buscar a todas las fiestas de 15 y llevo a todas sus amigas”, “aunque no lo creas le tomo lección a la antigua”, y además en todos casi de forma unánime expresaron palabras tales como “amor, límites, responsabilidad, respeto y confianza”.

En tiempos donde desconectarse de una pantalla parece imposible, en tiempos donde se valora exacerbadamente lo material: ¿Cuál es la mejor herencia que un padre puede dejarles a sus hijos/as?

Padre, papá, papi, pa, unas pocas letras que combinadas alcanzan para significar una relación, un vínculo que trasciende lo biológico, pues ser padre va más allá de fecundizar, inseminar o donar, ser padre implica el deseo de serlo, responsablemente, involucrándose de forma activa. 

En este siglo no alcanza con proporcionar bienestar económico, suministrar recompensas y sanciones, y si bien hoy es habitual ver hombres en el pediatra, cambiando pañales, en los actos escolares o en la puerta del boliche, el eje del vínculo es mucho más profundo.

Ser padre es una experiencia única que no permite divorcio ni desencuentro, vivencia generosa que habilitaba a quien la ejerce la posibilidad de conocerse a sí mismo, en sus virtudes y miserias. Ejercer la paternidad de forma permanente y presente implica la capacidad de dar, de nutrir, de orientar, de acompañar, pues esa es la forma de dar vida, con cada acción a cada instante.

Ser padre es también desertar, desertar de las urgencias y los gustos personales, desertar de espacios sociales y también de ambiciones laborales, pues un padre protagonista discierne entre aquello de lo que puede desertar y ausentarse para involucrarse a tiempo completo en lo intelectual, emocional y físico que demanda un hijo.

En tiempos donde los vínculos se miden en costo-beneficio, en el que los amigos se reclutan en redes sociales, en los que una persona pareciera tener valía por la cantidad de seguidores y, el bienestar es equiparable a la cantidad de bienes materiales que se posee o a lo acumulado en un plazo fijo, propongo una “chequera emocional”.

Afecto, respeto, responsabilidad, confianza, límites asertivos, ejemplos, tiempo, son valores y acciones inherentes a un vínculo; resulta imposible asignarles un valor y absurdo depositarlos en un banco; se atesoran, se cultivan, se acrecientan, son esos valores los mejores recursos que podemos recibir como herencia de un padre. ¡Feliz día!