El drama de un comedor comunitario: “La gente tiene hambre y no podemos más”
Roperito Solidario prepara una olla popular en forma diaria para familias de los barrios 9 de Noviembre, Stella Maris o Altos de Sánchez.
Un difícil momento está atravesando el comedor Roperito Solidario. Si bien viene trabajando desde hace mucho tiempo ayudando a familias de los barrios 9 de Noviembre, Stella Maris o Altos de Sánchez, pero a partir de la trágica inundación del 7 de marzo los pedidos de ayuda se multiplicaron y están a pocos días de no tener más comida que entregar.
Normalmente, la entidad que funciona en Matheu 2.258 entrega porciones de comida caliente en horas de la noche, aproximadamente a partir de las 20, algunas veces por semana. Sin embargo, desde hace unos días sus integrantes preparan una olla popular en forma diaria, cocinando cinco discos de alimento para entregar a personas necesitadas.
Esto provocó que sus bolsillos hayan llegado a un punto de no poder más. Según sus propias estimaciones, en tres días más ya no estarán en condiciones de repartir comida y, por eso, están pidiendo la colaboración de la comunidad en un momento más que complicado para la ciudad.
La demanda de ayuda es general, pero especialmente piden alimentos, como carne, osobuco, menudos de pollo o lo que sea. También necesitan una heladera, porque la que utilizaban se quemó durante la tormenta y hoy no tienen donde dejar la mercadería; por el momento, cuentan con la colaboración de vecinos del lugar, que les guardan la comida en sus casas.
La modalidad es muy simple: comienzan la preparación de la olla popular sobre las 16 de cada día y, al caer la tarde, con la comida terminada, cargan todo en una camioneta y recorren los barrios tocando bocina. Cuando los vecinos escuchan, salen de sus casas con tuppers, recipientes o lo que tengan a mano para recibir su porción caliente.
“Tratamos de salir cuando llega la noche, porque es el momento en que cae el frío. Normalmente, no llegamos a hacer cinco cuadras antes que se nos termine la comida. Se trata de familias muy numerosas y terminamos dejando siete u ocho porciones por casa. Además, no siempre podemos dejarle alimentos para cocinar, ya que muchos ni siquiera tienen una garrafa o una heladera donde guardarla”, cuenta Fernanda, una de las colaboradoras.
Normalmente se entrega la porción de comida, con una bolsa con pan y otra con fruta. “Tratamos de que tengan una comida completa”, explica.
Los beneficiarios de Roperito Solidario no son solo afectados por el temporal; al menos, no en su totalidad. “Hay mucha gente en el barrio con necesidad, con hambre, pero desde siempre, más allá de las inundaciones. Viven en ranchitos o casas muy precarias. También colaboramos con otras cosas, pero el tema ahora es la comida”, dice.
Fernanda destaca que en la entidad hacen “todo a pulmón” y que en un principio les daba vergüenza pedir ayuda.
“Pero la gente tiene hambre y, por suerte, ahora nos ayudan. Desde otros lugares no recibimos mucho”, lamenta.
Para colaborar, se puede hacer una transferencia al alias roperitosolidario1. “De a 100 pesos vamos juntando para comprar lo que falta, porque siempre algo falta. También tenemos casos de personas que no tienen para cargar una garrafa, y nosotros sacamos de nuestro bolsillo para ayudarlas”, resume.
También se puede ingresar en el Tik Tok de la entidad, daiana.13daiana; o comunicarse al teléfono +54 9 2914 60-6588.