Bahía Blanca | Miércoles, 10 de septiembre

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Otra prueba para Lola, trasplantada de corazón: su familia vivió dos siniestros en un año

La pequeña, cuya historia conmovió a los bahienses en 2016, por haber atravesado un trasplante de corazón, está bien al igual que sus padres Flavia y Darío y su hermana Mía. Sin embargo, el año pasado la familia pasó por un incendio. Esta vez, el agua inundó la vivienda.

 

Lola y sus papás, en el inicio de clases. Empezó 5º grado dos días antes de la inundación.

"Gracias a Dios estamos bien. Desperté con el ladrido del perro que se había subido a la cama de Lola porque había agua en el piso

Flavia Sapienza, mamá de Lola Derromediz, la chiquita que 2016 fue intervenida por un trasplante de corazón luego de estar en emergencia nacional en el Incucai (hoy tiene 9 años) contó que la experiencia fue de doble impacto ya que el año pasado, la familia pasó por un incendio en el que también atravesaron días de incertidumbre y sufrieron pérdidas materiales.

"Cuando desperté a Mía, mi nena más grande, el agua nos llegaba a los tobillos", dijo sobre la vivienda ubicada en Felipe Varela al 1100 (a la altura de Av. Alem al 3000).

En esta ocasión, Darío (papá de las nenas y quien no estaba con ellas en ese momento) las llamó por teléfono, desesperado ya que la hermana de Flavia, quien vive atrás, tenía la casa llena de agua y su ex marido estaba yendo a socorrerla.

"Cuando salimos, en el patio, el agua nos llegaba a la cintura. Salí con Lola a upa, Mía cargó a uno de los perros y Darío, al otro. Nos fuimos con lo puesto y una muda de ropa cada una", narró.

"A la tarde volvimos para ver hasta donde había llegado el agua, pero no pudimos entrar hasta el sábado", contó.

Lola limpiando su casa, tras el segundo siniestro en menos de un año.

Los colchones y la televisor alcanzaron a resguardarlos en altura, al igual que los útiles de las nenas.

"Cuando por fin entramos a casa estaba cubierta de barro: la escobilla para limpiar el inodoro estaba debajo de la cama de las nenas y había bloques de Lola en el baño. Todo revuelto", recordó.

"Era un desastre. Todo estaba en cualquier lado, fue shockeante", comentó.

Ahora Flavia y las nenas limpian y tratan restaurar lo que se pueda más allá de haber tirado muchas cosas. Los muebles quedaron en pie igual que la heladera, aunque hinchados.

"Estoy desinfectando a full, como cualquiera tiene que hacerlo, pero con Lola, y por su inmunosupresión tengo que tener todavía más cuidados" dijo.

El año pasado, en abril, pasaron por un incendio del que no lograron establecer las causas. 

"Después de esto, ya somos a prueba de todo. Hemos recibido ayuda para limpiar, de familiares amigos y gente de la iglesia", comunicó.

"Es una prueba más y como digo siempre 'Si tiene un valor económico es barato. Si se puede comprar, es barato. Lo digo por las cosas que hemos pasado en materia de salud tanto Lola como yo", dijo.

El caso de Lola que conmovió al país

Nació el 27 de abril de 2015 en el Hospital Español de Bahía Blanca con una miocardopatía no compacta congénita que puso en riesgo su vida y obligó a su familia a superar momentos muy duros.  

En el quinto mes de su desarrollo Lola dejó de ganar peso y los profesionales aconsejaron la colocación de un marcapasos. El recurso funcionó unos meses pero luego debió someterse a una operación a través de la cual le colocaron un resincronizador cardíaco.

Luego de eso tuvo otra recaída. El cardiólogo indicó una internación urgente en el Hospital Penna. Ingresó con insuficiencia cardíaca y renal y deshidratación. 

El 8 de mayo de 2016 la familia se trasladó junto con Lola en un avión sanitario al Hospital Italiano.

Al día siguiente los médicos anunciaron que el trasplante era impostergable y Lola ingresó en la lista del Incucai de pacientes en Emergencia Nacional.

Lo único que podía salvarla era la llegada de un órgano. Había varios factores en contra para Lola, a la hora de encontrar donante.

Por un lado, solo podía recibir un órgano de otro niño y además su grupo sanguíneo (B+) no era de los más frecuentes y el donante debía ser compatible.

Y el Ángel donante, como lo llamó Flavia, hizo su aparición. Contra todo pronóstico, el corazón para Lola apareció y el trasplante fue exitoso.  

La familia de Tiziano, el donante pediátrico, los contactó y hasta hoy mantienen una amistad.

La pequeña bahiense festejó sus 5 años en Buenos Aires, de forma virtual. En 2020 estuvo tres meses en el Hospital Italiano capitalino, en grave estado de salud. Le dieron el alta el 19 de marzo. 

En 2021, Lola formó parte de la obra audiovisual “Entrevidas”, del director Pablo Doudchitzky, sobre donación de órganos.

Donar órganos es donar vida, y el corazón de Tiziano, hoy en el pecho de Lola, puede seguir latiendo.