Portazos y ruidos molestos en el consorcio político
La columna semanal del corresponsal de La Nueva. en la capital de la provincia.
Casi todas las estructuras político-partidarias enfrentan una contradictoria dispersión en plena etapa de crisis interna. Hay clima de rupturas por todos lados y, en ese contexto, no son pocos los que gestualmente acompañan en público y después lanzan filosas críticas en privado sobre la superficie bonaerense.
En ese sentido, los renovadores que responden a Sergio Massa parecen comenzar a afilarse las uñas para reposicionarse en la carrera por la sucesión 2027 en la Provincia dentro del entramado peronista, en medio de la grieta profunda entre el camporismo de Máximo Kirchner y el espacio que responde al gobernador Axel Kicillof.
Desde la cúpula massista bajan línea a sus alcaldes y dirigentes municipales: no firmar convenios para la construcción de viviendas con la Provincia por el atraso, en algunos casos de hasta 180 días, en los pagos.
La recomendación es que si el ministro de Infraestructura, Gabriel Katopodis, quiere una “foto territorial” con anuncios de obras que primero la administración bonaerense pague los fondos adeudados, ya que aseguran esas deudas impactan directamente sobre las finanzas distritales.
Dentro de la Gobernación, algunos funcionarios reconocen el incumplimiento, pero lo atribuyen al recorte de fondos nacionales dispuesto por la gestión libertaria y a la caída de la recaudación general, que afecta tanto a la Provincia como a los municipios.
“Estamos viviendo una situación de fuerte recesión económica, de caída de los ingresos, de caída del consumo y de problemas de la gente para llegar a fin de mes”, recuerda el principal faro gubernamental Carlos Bianco en calle 6, tras repasar distintos indicadores que dan cuenta del paso de la motosierra nacional sobre las arcas de las provincias.
Con prisa, Kicillof prendió el ventilador con cuestionamientos al proyecto de Reforma Laboral que propicia el gobierno libertario en el Congreso de la Nación, mientras observa de reojo el clima de ebullición ante inminentes definiciones partidarias en el PJ, buscando mostrar músculo político propio junto a su tropa de intendentes y legisladores del Movimiento Derecho al Futuro.
Frente a un contexto de posibles rupturas por infidelidades políticas que están a la orden del día, el Gobernador proyectaba un escenario menos hostil o, al menos, un poco más favorable que durante los dos últimos años dentro de la Legislatura bonaerense.
El quórum propio en el Senado, más la vigencia de una carta bajo la manga con sectores dialoguistas en Diputados, pueden ser herramientas claves para abrir debates sin importarle los obstáculos de la oposición libertaria y acelerar con aquellas reformas necesarias para fortalecer su imagen política y así poder anotarse en la carrera por las presidenciales de 2027.
Con elección de autoridades a mitad de camino en la Cámara Alta por dispersas desconfianzas internas, en Diputados debutó su renovada composición en las bancas para terminar de abrochar la elección de autoridades de bloques y aprobar sobre tablas un envoltorio de proyectos de distinto calibre que estaban al borde de perder estado parlamentario.
De ese modo, la agenda legislativa comenzó a bajar la persiana teniendo en cuenta los pocos días hábiles para cerrar el almanaque anual. Pero, justo antes de las fiestas y el receso de verano, Kicillof metió un veto parcial al presupuesto propio que recientemente se habían asignado los legisladores de la Casa de la calle 53, generando un fuerte contrapunto legal en torno a si el Ejecutivo está habilitado o no a realizar este tipo de observaciones.
Se encendió una mecha que puede desencadenar en una explosión doméstica tal vez incontrolable. Casi en paralelo, la nueva conformación en ambas cámaras se estaría preparando para debatir una agenda de innovaciones profundas durante el período de sesiones del año próximo.
Por ejemplo, un par de movidas están vinculadas -como ya lo anticipamos hace algunas semanas en esta misma columna- con un par de propuestas que piden reabrir el debate para propiciar una reforma de la Constitución bonaerense, vigente desde 1994, para impulsar una mayor autonomía municipal entre otras variantes políticas y sociales, y donde además podría incluirse el imperativo tratamiento por mitigar los efectos del cambio climático.
Por supuesto, todo eso dependerá de los tiempos parlamentarios. La encargada de reflotar el tema fue la diputada massista Sofía Vannelli -electa por la Sexta aunque es oriunda de la zona norte del Gran Buenos Aires- al afirmar que la Carta Magna “quedó vieja”, principalmente por el predominio de plataformas digitales y la necesidad de modernizar el Estado para adaptarse a la inteligencia artificial y los nuevos desafíos educativos y sociales en la era digital.
Como se sabe, el nuevo periodo de sesiones ordinarias en la Legislatura recién quedará formalmente inaugurado el primer día hábil de marzo próximo. Se trata de un tiempo administrativo más que suficiente para que los nuevos legisladores del oficialismo y la oposición puedan familiarizarse con el edificio (búsqueda de oficinas, asesores y empleados) antes del reparto de lugares en las comisiones parlamentarias permanentes.
También aprovechando el día de su cumpleaños, juró la mileísta María Fernanda Coitinho, oriunda del segundo cordón del Conurbano, y asumió formalmente una banca libertaria por el lugar que dejó vacante el legislador por el PRO en la Sexta, Gustavo Coria, tras pedir licencia para acompañar con un cargo al ministro nacional del Interior, Diego Santilli.