Bahía Blanca | Domingo, 06 de julio

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Hampshire Down: un camino a explorar para el consumo de proteínas

Aún con no pocos desafíos, la raza propone una transformación en el mercado local al ofrecer una alternativa rentable y sostenible frente a la tradicional ganadería bovina.

Aunque la cría ovina suele asociarse con la Patagonia y su producción lanera, esta raza carnicera ha conquistado el centro del país. / Fotos: Prensa Criadores Hampshire Down.

La Argentina, reconocida mundialmente por su prestigiosa carne vacuna, comienza a explorar nuevos horizontes en el consumo de proteínas. Y es en ese contexto que la carne ovina, con la raza Hampshire Down como abanderada, emerge como una opción prometedora que combina calidad, versatilidad y sostenibilidad.

Con avances genéticos que garantizan un producto de excelencia, los criadores de esta raza proponen una transformación en el mercado local, ofreciendo a los productores —aseguran— una alternativa rentable y sostenible frente a la ganadería bovina tradicional. Sin embargo, la masificación de su consumo en nuestro país enfrenta desafíos no menos importantes.

¿Qué distingue al Hampshire Down y cuáles son las oportunidades que este producto puede ofrecer al consumidor argentino?

Originaria del Reino Unido, la raza Hampshire Down llegó a tierras argentinas hace décadas, adaptándose con éxito a diferentes condiciones agropecuarias. Aunque la cría ovina suele asociarse con la Patagonia y su producción lanera, esta raza carnicera se ha desarrollado en el centro del país, ganando protagonismo en provincias como Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes.

Carlos Laborde, presidente de la Asociación Argentina de Criadores de Hampshire Down, destacó este crecimiento. “Cuando uno piensa en ovejas, generalmente vienen a la mente las extensas tierras patagónicas”, dijo.

“Sin embargo, el Hampshire Down ha demostrado ser una raza versátil, con un rendimiento cárnico que ha captado el interés de los productores en la región centro”, agregó.

El año 2024 marcó un hito para la Asociación Argentina de Criadores de Hampshire Down, que celebró su 80 aniversario.

En la última edición de La Rural de Palermo, los ovinos pisaron por primera vez la pista central, acompañados por un seminario sobre innovación en la producción ovina y visitas de criadores internacionales.

Carlos Laborde, presidente de la Asociación Argentina de Criadores de Hampshire Down.

Laborde destacó la importancia de esta participación histórica. “El ingreso de los ovinos a la pista central de Palermo refuerza el papel del Hampshire Down como protagonista de la ganadería argentina”, sostuvo.

La presencia de la jueza británica Allison Halcrow como jurado principal agregó un valor simbólico, consolidando los lazos entre la Argentina y la asociación madre en Gran Bretaña.

Consolidar la posición del Hampshire Down como referente en la producción ovina es el objetivo principal para el corriente año.

Según Laborde, uno de los pilares será un curso internacional de jurados que se realizará en Buenos Aires durante el primer semestre, con la participación de representantes de países como Uruguay, Paraguay, Brasil y Colombia.

“Queremos unificar criterios y generar un intercambio valioso de experiencias entre criadores de la región”, sostuvo.

El curso combinará teoría, visitas a establecimientos ganaderos y actividades de campo para profesionalizar aún más el sector. Por su parte, la participación en la edición 2025 de la muestra palermitana volverá a ser una vidriera clave.

“Palermo es nuestra gran plataforma para mostrar al público las bondades del Hampshire Down”, afirmó Laborde.

Además, durante el evento se presentará la marca certificada Cordero Cara Negra, que busca posicionar la carne ovina como un producto premium en el mercado local. Si bien el consumo de carne ovina ha crecido en nichos específicos, su integración en la dieta diaria de los argentinos sigue siendo un desafío.

Actualmente, la carne ovina se percibe como un producto estacional o gourmet, limitado a ocasiones especiales.

“Debemos transformar la cría ovina en una unidad de negocio sostenible y garantizar su presencia en góndolas y mesas argentinas, al igual que ocurrió con la carne de cerdo”, sostuvo Laborde.

La falta de promoción, la estacionalidad de la producción y la escasez de frigoríficos especializados son algunos de los obstáculos que enfrenta el sector.

Para revertir la situación se trabaja en estrategias que incluyen la promoción de cortes menos conocidos, como lo son el cordero entero o los cortes al vacío, ideales para preparaciones caseras.

Estas iniciativas no sólo buscan educar al consumidor, sino también diversificar las opciones disponibles en el mercado.

Desde el punto de vista ambiental, la producción ovina presenta ventajas significativas.

Comparada con otras carnes, su huella de carbono es menor, y su manejo contribuye a la conservación del suelo y los recursos naturales. Además, para los pequeños productores el ovino representa una opción viable, con menores costos de inversión y una rotación más rápida.

“En el espacio que ocupa una vaca pueden criarse hasta 12 ovejas. Y su producción es tres veces más rápida que la de un ternero”, destacó Laborde.

Estas características hacen del Hampshire Down una opción ideal para regiones con suelos menos productivos o climas adversos, aportando rentabilidad y sostenibilidad a la producción agropecuaria.

Así, el Hampshire Down está liderando un cambio en la producción y consumo de carne ovina en Argentina. Con una estrategia basada en la mejora genética, la profesionalización y la promoción, el Hampshire Down busca posicionar esta carne como una alternativa cotidiana, nutritiva y sostenible.

 “Los desafíos son grandes, pero las oportunidades lo son aún más”, dijo Laborde.

Con iniciativas que incluyen campañas educativas, acuerdos internacionales y el fortalecimiento de la marca Cordero Cara Negra, la carne ovina se perfila como una apuesta segura hacia un agro más diverso y sostenible, listo para conquistar el paladar de los argentinos.

La historia más reciente

La raza Hampshire Down encontró un hogar próspero en la Argentina desde su introducción en el siglo XIX.

Originaria de Inglaterra, estos animales sentaron las bases de una nueva clase, donde inicialmente se realizaron cruzamientos debido a su vigor híbrido y, más tarde, se establecieron como una raza definida, adaptada a las condiciones locales, mediante la continua mejora genética.

Sin embargo, en la década de 1990, el cierre del ingreso de animales provenientes de Inglaterra debido a una enfermedad similar a La Vaca Loca, conocida como Scrapie, limitó el acceso a nuevos ejemplares y material genético, restringiendo así las líneas disponibles.

Después de años de trabajo conjunto entre la Asociación de Criadores de Hampshire Down, el Senasa, el Servicio Sanitario Británico, la Embajada Británica en Argentina y productores de ambos países, se logró reglamentar un nuevo protocolo sanitario en 2022.

En el espacio que ocupa una vaca pueden criarse hasta 12 ovejas. Y su producción es tres veces más rápida que la de un ternero.

Lo concretado permitió la reapertura del ingreso de material genético desde el Reino Unido, con la primera importación realizada ese mismo año, dando lugar a los primeros animales nacidos con sangre 100 % inglesa en la región.

Este hito no sólo benefició a la raza Hampshire Down, sino que también estableció un precedente para la apertura de barreras sanitarias en países del Mercosur. Además, fortaleció los lazos entre productores y asociaciones de ambos países, fomentando el intercambio de conocimientos y oportunidades comerciales.

La llegada de genética inglesa revitalizó la industria ovina en la Argentina, ampliando el horizonte comercial y promoviendo el progreso del sector ganadero. En este contexto, la participación de la Asociación en eventos como Expoagro y las Nacionales en Corrientes destacan el compromiso con la mejora genética y la promoción de la raza. (Fuente: Expoagro).

Indices productivos y reproductivos

La raza Hampshire Down se caracteriza por vellones de finura media (24-31 micras), buena longitud (8-11 centímetros), alto rendimiento al lavado (65-70 %) y buen grado de resistencia.

La carne magra tiene un valor nutricional promedio de 18,2 % de proteína y 12,5 % de grasa y, para la carne semigrasa, de 16,4 % de proteína y 26,4 % de grasa.

Algunos índices productivos y reproductivos, que son parámetros ideales en sistemas de producción con manejo técnico adecuado, son los siguientes:

—Período de gestación: 146 - 156 días (cinco meses).
—Intervalo entre partos: no mayor a ocho meses.
—Número de crías por parto de 1,5.
—Intervalo entre partos 233 días.
—cordero destetado de 28 Kilos.
—Corderos destetados de 3,3 corderos por oveja.
—Destete a los 64 días de edad.

Los sistemas productivos actuales presentan un bajo porcentaje de parición y este factor, en los ovinos, origina un bajo crecimiento de los rebaños familiares.

Este aspecto es fuertemente influenciado por los altos índices de mortalidad.

Por otra parte, el peso vivo y los rendimientos son bajos e influyen en la producción de carne de ovinos. (Fuente: ruralytierras.gob.bo).