Se licitan las primeras obras de pavimentación de la actual gestión municipal

Mario Minervino

mminervino@lanueva.com

Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.

Como todos los gobiernos municipales de los últimos 40 años, le toca hoy a la gestión que lidera el intendente Federico Susbielles comenzar a dar respuesta una de las demandas y carencias más evidentes que tiene la ciudad: la pavimentación de sus calles.

Por eso se confirmó el llamado a licitación para el 10 y el 13 de mayo para la ejecución de 15 cuadras en distintos sectores de la ciudad, todas de hormigón, con un presupuesto de 1.298 millones de pesos. La convocatoria es parte de un plan de pavimentación total de 48 calles.

De acuerdo a los últimos datos conocidos, más de la mitad de las 13 mil cuadras existentes en la planta urbana son de tierra, cantidad que además se incrementa año a año con la conformación de nuevos barrios que, en general, no incluyen la pavimentación como parte del emprendimiento.

Pero además, de las 6 mil cuadras ya pavimentadas, un elevado porcentaje ha cumplido su vida útil, con lo cual sufren deterioros de manera constante y exigen tareas de reparación, repavimentación y bacheo, una intervención onerosa que muchas veces impide disponer de recursos para pavimentar nuevas calles.

Fondos de la provincia

Dos meses han pasado desde el anuncio conjunto entre Susbielles y el ministro de Infraestructura bonaerense, Gabriel Katopodis, del programa de pavimentación con una inversión de 3 mil millones de pesos aportados por el gobierno provincial.

De inmediato la municipalidad comenzó a preparar la documentación necesaria para la licitación, la cual estableció como primeras fechas de apertura el 10 y 13 de mayo próximo.

Más allá de ser considerada una obra prioritaria, la realidad es que el pavimento tiene un costo tan elevado que es difícil pensar en materializarla con recursos municipales. De acuerdo al presupuesto oficial, cada cuadra de hormigón tiene un costo promedio de 85 millones de pesos.

“Es la primera obra importante de esta gestión en materia de infraestructura y la organizamos en siete módulos o grupos de cuadras, de modo que puedan participar varias empresas y llevar adelante los trabajos de manera simultánea, todos con un plazo de ejecución de entre 100 y 120 días”, señaló el licenciado Gustavo Trankels, titular de la secretaría de Obras y Servicios Públicos.

Las 48 calles a intervenir se distribuyen en seis delegaciones municipales y han sido elegidas en base a criterios de valoración y necesidad relacionados con aspectos como generar una mejor conectividad, atender solicitudes vecinales, favorecer el transporte público y la recolección de residuos y mejorar el acceso a escuelas y centros de salud.

Desde el punto de vista técnico, 15 de las 48 cuadras serán de hormigón. El resto se intervendrá con pavimento asfáltico.

El detalle a pavimentar es el siguiente:

--En Noroeste, Roca, entre Chaco y Richieri; Patricios, entre Pacífico y Chaco; Blandengues, entre Chaco y Santa Cruz; Pacífico, entre Avenida Colón y Roca, y Pablo Acosta, entre Chaco y Pacífico.

--En Villa Rosas: Juana Azurduy, entre Montevideo y Saavedra Lamas; Honduras, entre las vías del ferrocarril y Félix Frías; Tomás Guido, entre las vías y Félix Frías; Chubut, entre las vías y Félix Frías, Saavedra Lamas, entre las vías y Félix Frías; Monteagudo, entre Esmeralda y Santa María; Juncal, entre Brickman y French; La Pinta, entre Brickman y French, Santa María, entre Brickman y French.

--En Centro: Caleu Caleu, entre Amancay y Pehuen, y Baigorria, entre Yapeyú y Pasteur.

--En Sesquicentenario: Felipe Varela, entre avenida Alem y Cerrito.

--En General Cerri: dos cuadras de Migueletes, entre Santa Rosa y 25 de Mayo.

Este primer llamado incluye Blandengues, entre Chaco y Santa Cruz; Pacífico, entre Avenida Colón y Roca; Migueletes, entre Santa Rosa y 25 de Mayo; Patricios, entre Pacífico y Chaco; Roca, entre Chaco y Richieri. El plazo establecido, según el caso, oscila de entre 90 y 120 días.

Un mote entre despectivo, favorable y engañoso

En 1971 la revista Siete Días, un semanario de gran tirada nacional, dedicó varias páginas a reflejar usos, modos y costumbres de Bahía Blanca. Inesperadamente la nota se convirtió en una bomba que movilizó a las fuerzas vivas y exigió a los editores una urgente “reparación”.

¿Qué había pasado? Un empleado de una zapatería entrevistado para la ocasión, mencionó su fastidio por ciertas “costumbres pueblerinas” locales, y cerró su comentario mencionando que Bahía Blanca siempre será “Una chacra asfaltada”.

Lo cierto es que esa denominación no era nada novedosa. En 1926, este diario alertaba sobre la necesidad de ordenar el caótico tránsito vehicular para no terminar siendo –publicó--“residentes libertinos de una chacra empedrada”.

Otra nota de 1942 refería la aparición de los primeros edificios en altura, mencionando que esa “modernidad” serviría para poner fin a “aquello de la chacra empedrada”.

Lo cierto es que lo que siempre se consideró como un calificativo despectivo, hoy muchos lo ven como algo positivo: una ciudad de escala humana, con un ritmo diferente al de las grandes urbes que le permite no resignar calidad de vida.

Lo único que cabría que adecuar es la cualidad adicional a la denominación de “chacra”. Porque lo de “asfaltada” es exagerada y lo de “empedrada” no es representativa.

“Una chacra de tierra”, quizá esté más cerca de lo real.