Bahía Blanca | Domingo, 05 de mayo

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Educación: un desafío, una oportunidad, una responsabilidad

Este año, 67.117 estudiantes de nivel inicial, primario y secundario de escuelas públicas y privadas iniciaron el ciclo lectivo en los diferentes establecimientos de Bahía Blanca.

Por Claudio Martini / Jefe de Región Educativa 22

El derecho a la educación de niñas, niños, jóvenes y adultos, establecido por la Ley 13.688 de nuestra Provincia, es una realidad efectiva, tangible y cotidiana.

Esto implica una política educativa que concentra todos sus recursos para que las escuelas estén abiertas y haya clases todos los días con más y mejores aprendizajes.

Una política educativa que recupere e intensifique los saberes socialmente relevantes y las prácticas de enseñanza para el logro de los aprendizajes esperados en cada uno de los niveles y modalidades.

Como afirma el ministro Alberto Sileoni: “La escuela tiene un umbral ético más alto que la sociedad” y, en tal sentido, para custodiar la democracia que hemos logrado, necesitamos encarnar la justicia social, más igualdad y más oportunidades.

Continuamos avanzando en esta gestión, con más educación de calidad para un pueblo solidario, en el que la cultura del trabajo y el estudio permiten soñar un destino común de desarrollo y bienestar.

En el 196° aniversario de nuestra ciudad, el desafío que nos convoca y une como comunidad educativa, es el trabajo comprometido para que las escuelas permanezcan siempre abiertas y enseñando; lugares en el que todas y todos se sientan bienvenidas y bienvenidos, convocadas y convocados a disfrutar de enseñar y aprender con otros, investigar, estudiar, diseñar, planificar, crear presentes y futuros posibles.

Efectivizar el derecho a la educación es nuestro compromiso junto al de todos los habitantes de nuestra Región Educativa, de nuestra Provincia y de nuestra Nación.

La calidad educativa esperada está asociada a la justicia social, la inclusión y la igualdad; más y mejor enseñanza dan como resultado más aprendizajes y mejor retorno a la sociedad, al trabajo, a la familia.

Podemos alcanzar el país que soñamos desde nuestras escuelas, poniendo en valor el tesoro de todas las disciplinas en todos los niveles y modalidades -riqueza inigualable de nuestro sistema educativo-, incorporando a las familias en el compromiso de educar a sus hijas e hijos, evaluar en clave de mejora, cumplir efectivamente con el calendario escolar,  mejorando continuamente las condiciones para enseñar y aprender, concretando así y dando sentido a una política de Estado.

Situados en el presente ciclo lectivo y haciendo realidad estos compromisos, hemos proyectado y diseñado un tiempo para la profundización de la enseñanza, haciendo hincapié en la alfabetización inicial para 1° y 2° año del Nivel Primario y una fuerte intervención en 4° y 5° año de Nivel Primario y Secundario.

La certeza está puesta en reponer saberes, resignificarlos y profundizarlos; intensificar la enseñanza en todos los Niveles y Modalidades es nuestro gran desafío para lograr los cambios necesarios que sólo se dan de la mano con otros y otras y en equipo. Problematicemos la queja, logremos un equilibrio entre el lugar en el cambio y los cambios en el lugar.

La gramática escolar actual incorpora cambios culturales basados en la ampliación de derechos, la perspectiva de género, el abordaje de la ESI en forma transversal; la educación ambiental tomará potencia en todas las instituciones.

Estamos construyendo una nueva forma de habitar la escuela con obligaciones nuevas, pero desde la convicción que la educación es un derecho para todos y todas.     

La exigencia está reñida del rigor, las prácticas deben estar basadas en la hospitalidad, deben salir de la zona de confort, tienen que estirar los límites, deben desafiarnos, motivarnos, sin duda una seducción cultural. La educación es un derecho colectivo y es obligación de todo el Sistema Educativo, garantizarlo.

Para ello la DGC y E propone seis líneas de trabajo que orientarán el sentido y el quehacer de la continuidad en esta etapa:

1) Garantizar el ejercicio del derecho social a una educación pública de calidad desde los tres años hasta la finalización del nivel secundario.

2) Profundizar la articulación entre educación, trabajo y producción.

3) Fortalecer la formación docente.

4) Continuar con el plan integral de mejora y mantenimiento de infraestructura y equipamiento escolar. Escuelas bonaerenses conectadas.

5) Potenciar el gobierno educativo territorial e institucional en pos de más y mejores aprendizajes.

6) Consolidar el sistema integral de información y evaluación, para la mejora de la gestión educativa.

Las y los educadores estamos comprometidos con el desarrollo integral de nuestros estudiantes. Es nuestra indelegable tarea, enseñar para lograr más y mejores aprendizajes, diseñar propuestas pedagógicas que promuevan prácticas transformadoras que caracteriza a nuestro sistema educativo.

Estas propuestas deben estar siempre enmarcadas en proyectos institucionales que les den sostén, continuidad al desarrollo local y permitan articular el trabajo.

Un verdadero sistema formador integrado y con base territorial es el desafío que nos plantea la realidad, se planifica, se anticipa y se responde a las necesidades contemporáneas de la población.

Una reflexión final enmarcada en el férreo convencimiento de que las escuelas  son, por sobre todas las cosas, territorios de paz y convivencia democrática: “la escuela debería ser el lugar en el que queremos estar”.

Frente a ciertas propuestas que confrontan, dividen e intranquilizan, buscamos seguir consolidando una tradición colectiva, solidaria, que convoca a todas y todos, que incluye, acompaña y confía: una propuesta de cuidado que no se condice con la exacerbación del individualismo, la meritocracia y la competencia.

En este contexto, es necesario trabajar en profundidad la democratización de los vínculos, con claridad en las tareas y las responsabilidades, así como también, las normas y acuerdos establecidos.

Nuestro compromiso es fortalecer y ampliar el tramado de redes de los diversos actores de la comunidad, profundizando las relaciones de cooperación y confianza, notas identitarias de las relaciones hacia el interior del sistema educativo y de cada escuela.

Enseñar es un acto de amor; por lo tanto es un acto de valor…