Bahía Blanca | Lunes, 29 de abril

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Prisión en suspenso y tareas comunitarias por realizar falsas amenazas de bomba

Una mujer fue sentenciada por realizar 23 llamados refiriendo la presunta existencia de un artefacto explosivo.

Fotos: Archivo LN.

La justicia le impuso una pena de tres años de prisión en suspenso y la realización de tareas comunitarias por dos a una mujer hallada culpable de realizar más de 20 falsas amenazas de bomba a entidades de nuestra ciudad.

El fallo, resuelto en un debate abreviado por el Tribunal Oral Federal, recayó en Juliana Gil Barrera, quien fue sentenciada por el delito de intimidación pública.

El juez de Cámara, José Fabián Asis, halló probado que la mujer realizó una serie de llamadas entre el 18 de agosto y el 9 de diciembre de 2021, manifestando en las comunicaciones tener información sobre la presunta colocación de explosivos en bancos del microcentro, en el Palacio Municipal y en la sede local del PAMI.

Según la descripción de los episodios, quien realizaba los llamados al 911 mencionaba en las distintas comunicaciones la presencia de un sujeto que portaba la presunta bomba. Indicaba también que supuesto responsable del atentado era el novio de una amiga o una expareja suya.

Los investigadores lograron identificar a Gil Barrera a partir de los informes proporcionados por las compañías telefónicas.

En la resolución el magistrado menciona que esos datos "permitieron comprobar que todas las comunicaciones fueron realizadas por la encartada, desde teléfonos celulares que le pertenecían o bien que utilizaba (entre ellos uno que pertenecía a su madre)".

Agrega que "se recolectaron numerosos elementos probatorios y conversaciones que corroboraron que la autora de los llamados era la procesada".

Una expareja de la imputada declaró que la mujer le debía dinero y "que en diferentes oportunidades concurrió a cobrar una deuda junto a la procesada a entidades bancarias pero que el trámite se frustraba por la existencia de amenazas de bomba".

También manifestó haberla visto cambiar el chip del teléfono y reconoció la voz de Gil Barrera en una de las grabaciones.

"Todos esos elementos, junto con las demás constancias de la instrucción, demuestran que realizó las comunicaciones descriptas, en los veintitrés hechos individualizados, las que tuvieron por fin crear alerta y preocupación en la comunidad, a través del temor generado en las personas presentes en las dependencias respecto a las cuales indicaba, infundadamente, que se estaban por producir los hechos delictuosos y con peligro para la integridad de numerosas personas y de los bienes".

En el debate abreviado la defensa de la mujer notificó que las tareas comunitarias ordenadas en el fallo serán cumplidas en un merendero local a razón de dos horas semanales.