La Catedral Notre Dame de París ya luce su nueva aguja
La colocación ed la aguja es todo un símbolo de la obra de recuperación
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Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
El incendio que afectó a la catedral Notre Dame de París tuvo acaso su momento más dramático con la caída de su gran aguja, diseñada en 1859 por el célebre arquitecto Eugène Viollet-le-Duc.
Luego de varios meses de trabajo, la semana última se han retirado los andamios y apareció a la vista este elemento de 96 metros de alto, uno más de los muchos que se han reconstruido desde el siniestro ocurrido en 2019.
La aguja está hecha de madera y sigue el modelo de Viollet-le-Duc que sustituyó a la propuesta gótica original.
La aguja marca un hito en la restauración de la catedral, confirmando la decisión de las autoridades francesas de reconstruirla "idénticamente" a como estaba antes del incendio.
Una avalancha de propuestas se sucedió para su reemplazo, la mayoría de ellas con un lenguaje propio del siglo XXI. Sin embargo las especulaciones terminaron cuando el presidente Emmanuel Macron confirmó que sería idéntica a la original.
El camino
Si bien se esperaba que las obras de la Catedral estuviesen terminadas para los Juegos Olímpicos de París 2024, ahora se anunció que la reapertura será en diciembre de 2024, aunque los trabajos de renovación continuarán hasta 2028.
La aguja está rematada con la recreación de la cruz original y con un gallo dorado diseñado por el arquitecto Philippe Villeneuve, ya que el original fue declarado insalvable. Ese gallo es el emblema francés de la vigilia y la resurrección de Cristo. En la Edad Media era el símbolo de la fe y de la esperanza. Durante el Renacimiento, empezó a ser parte de la identidad francesa.
La figura lleva en su interior fragmentos de la corona de espinas de Cristo y restos de san Denis y santa Genoveva. Villeneuve dijo que las "alas de fuego" del gallo son un recordatorio de que "la catedral puede renacer de las cenizas, como un fénix".
Como parte del proyecto de restauración, también se están renovando la explanada y los alrededores. El arquitecto belga Bas Smets será encargado finalmente de transformar un estacionamiento subterráneo en un centro de visitantes y poner en valor la plaza seca.