Tiempos de cercanía
Una mirada sobre el nuevo escenario político, outsiders, vecinalismo, Boleta Única y el fin de los partidos como los conocíamos.
Hace algunos años expresaba mi opinión en el artículo “El vecinalismo como nuevo paradigma social y político” (https://www.infobae.com/opinion/2021/07/11/el-vecinalismo-como-nuevo- paradigma-social-y-politico/) sobre como el avance tecnológico y el desgaste producido por la concentración de poder, dio lugar a un nuevo fenómeno social y político e interrogaba si había llegado para quedarse y transformar la política?
El tiempo trascurrido desde entonces, y los últimos procesos electorales han demostrado, que tanto a nivel global, regional como en nuestro país, la respuesta a aquel interrogante es: SI, se ha transformado la política y la forma de interactuar con los ciudadanos.
En primer lugar, el elector, fruto de ser un producto de la sociedad en la que vive, con muchas redes sociales, bombardeo mediático e informativo desde sus smartphones y computadores, se adapto al consumo efímero de información. Pre cocinada, empaquetada, lista para usar, sin mayor detenimiento en la profundidad del contenido, ni en la veracidad del mismo (de ahí el flagelo cotidiano de las fake news).
Esto sumado a un electorado en aumento de nativos digitales, y al acceso, a cada vez mas temprana edad, a estos dispositivos , ha configurado un publico o audiencia electoral, mas identificada al consumo de productos que de ideologías o partidos políticos.
En primer lugar esto puede advertirse en la pendularidad de las mayorías electorales, como los casos de Francia, Italia, España o hasta Reino Unido, por citar algunos casos foráneos..
En segundo lugar, se puede advertir en la fragilidad de la “pertenencia” a un espacio. Tanto de la población como adeptos a tal o cual partido, como también en la conformación de los mismos, los partidos que los integran y sus discursos políticos en permanente cambio, en solo un puñado de años.
En su momento, con un claro sesgo subjetivo, planteábamos el interrogante si el “vecinalismo” había llegado para quedarse. Hoy volvemos sobre la pregunta para replantearla: “la política de cercanía ha llegado para quedarse?”
Y la respuesta, cada vez más clara y cierta, parece ser la afirmativa. Cuando uno analiza el por qué una fuerza política que no tenia partido propio (LLA fue una alianza integrada por varios partidos menos conocidos que le brindaron su apoyatura jurídico política), o que una persona que no venia del mundo de la política, un “outsider”, o que un discurso con muy poco contenido doctrinario o ideológico y mucho mas orientado a lo emocional y a lo que esa “audiencia electoral estaba buscando”, puede advertir que la política, o mejor dicho, las necesidades políticas de la sociedad han cambiado.
Esto no es solo un hecho aislado en nuestro país, basta con ver otras experiencias a nivel regional o internacional, en donde el votante oscila entre opciones claramente opuestas, pero no por un convencimiento ideológico sino por una necesidad del momento (sus miedos, su sueños, sus limites, sus expectativas). Es así que por ejemplo en nuestros vecinos como Chile, ganó un candidato de izquierda, pero que al querer revalidar su apoyo ideológico con un referéndum para modificar la reforma de la Constitución, fue rechazado dos veces por la población. Se puede explicar porque la población que lo voto, lo hizo en defensa de otros intereses (el boleto estudiantil y otras cuestiones sociales) mas que por sus valores políticos.
Otro caso interesante fue EEUU cuando eligió a Biden, relegando una reelección de Trump para hoy estar voto a voto, entre este ultimo y Harris. O mas cerca, El caso de Brasil, donde luego de ser procesado, enjuiciado, estar privado de su libertad, y elegir masivamente el otro extremo ideológico con Bolsonaro, volvió a presentarse y ganar la presidencia Lula Da Silva.
O en el ámbito doméstico, donde luego de haber gobernado durante años (mas de una década)el kirchnerismo, vino el cambio auspiciado por Macri y sus aliados, que solo duro 4 años, para volver a votar a una fuerza de corte peronista liderada (al menos en los papeles )por Alberto Fernández y con Cristina Fernández como vicepresidente -nada mas y nada menos-, para culminar este proceso pendular en un ballotage, entre Milei y Massa, luego que en las generales ganara el cantidad peronista por casi 7 puntos (perdiendo luego en el ballotage por mas de 11 puntos).
Este repaso, no hace mas que poner en evidencia la falta de pertenencia ideológica que tiene actualmente el voto, y por otro lado, la falta de “fidelización del cliente”, como dirían en cualquier agencia de marketing, respecto de la audiencia electoral.
La política tradicional - y ahí se engloban, los políticos tradicionales “de carrera” que han pasado por varias fuerzas políticas, los partidos tradicionales y sus alianzas electorales, o lo que llamó en su campaña el presidente “la casta”- no ve aun como salir de esa situación en la que sola se metió, se cerró con candado y ahora esta presa. De ahí que las fuerzas tradicionales muestran un gran conflicto interno casi permanente (ejemplos sobran: interna de UCR, interna UCR-Cambiemos- Ari-Gen, fractura de Juntos, interna del PJ, FDT UP y socios, pluralidad de partidos de la izquierda ). En definitiva, “la política” aún sigue hablándole a la política, mientras algunos entendieron que hay que hablarle a la gente.
En ese punto, la estrategia comunicacional de LLA en 2023, tiene muchos puntos de coincidencia con la lógica del vecinalismo. El hablar directo al elector de sus necesidades y salirse de la lógica institucional partidaria e ideológica. Claramente que hay otros puntos que son de gran distancia, como la visión federal, la necesidad de sostener ciertos aspectos de la función pública en el cuidado de la sociedad, obras publicas básicas, educación y salud pública y la autonomía provincial y municipal.
Pero también es cierto que ambas líneas políticas, coinciden en un dato vital, en realidad, necesidad de la sociedad: La eficiencia en la utilización de los recursos públicos, la lucha contra la corrupción y la menor interferencia posible del estado, más allá de donde es totalmente innecesario. También resultan coincidentes, quizás porque ambas líneas (vecinalismo y fuerzas políticas no tradicionales) en el cambio de los instrumentos de votación para una mayor transparencia y la eliminación del clientelismo electoral y otros fraudes y mecanismos distorsivos de la democracia
Quizás la mayor diferencia que se puede observar es una cuestión vinculada al “acercamiento”. El vecinalismo parte de los intereses locales de los vecinos. Orientado a la realidad de cada distrito. El discurso del partido gobernante actualmente, es una visión “macro” para llegar a un resultado económico “esperado” sin detenerse en las particularidades sociales de cada distrito o región, muchas de las cuales afrontan actualmente grandes esfuerzos.
La realidad, es que pese al paso de los años, desde aquella crisis política, económica e institucional del año 2001 luego del que se vayan todos” y haber pasado mas de dos décadas, sigue existiendo un electorado “cansado” y descreído respecto de la clase política tradicional. Dato no menor resulta ser que solo en la provincia de buenos aires, existen mas de 50 espacios vecinales vigentes y otra cantidad casi igual en proceso de reconocimiento (sobre 135 municipios). Estos sumado a mas de una veintena de partidos provinciales no tradicionales. Y esta situación se repite en otras provincias como Córdoba, cuna quizás del vecinalismo, Jujuy o Entrerríos.
En aquella nota que mencionara al principio, enunciábamos varios de los problemas que tenia el vecinalismo, que hoy, parecerían ser virtudes: El no encasillarse ideológicamente, el responder a necesidades sociales del electorado, hoy resultan ser valores valiosos. El no tener que responder a una estructura o “una casta”, parecería que revalorizó la esencia del vecinalismo.
Esto sumado a la reciente aprobación en la cámara de diputados de nación de la boleta Única Papel (BUP) que hace mas de 8 años el vecinalismo defiende, propone y pregona en cada espacio de discusión, parecería que ahora, SI es el momento del vecinalismo y los espacios de cercanía.
Esta nueva realidad, va a generar en primer lugar que la gente tenga que elegir obligatoriamente con dos instrumentos de votación (boleta única nacional) y otra (ya se boleta única o sabana) en la provincia de Buenos Aires (aun se sigue discutiendo en la provincia si se aprueba la BUP o se sigue con la “sabana”) pero que será solo de dos cuerpos (legisladores seccionales y concejales) y que no tendrá arrastre de los candidatos y partidos nacionales.
Es decir que las elecciones próximas si bien, no se llegó al óptimo o ideal (del modelo de BUP que implementa Santa Fe), si se comienza a regionalizar la elección provincial, con lo cual, cada elector va a ver en la papeleta quienes son los legisladores que los representan a nivel seccional, obligando a los partidos a no poner “paracaidistas” en regiones que no son de origen.
Esta situaciones, cambian el tablero político, no solo a la hora de elegir sino también a la hora de tomar decisiones políticas, ya que el poder de “la lapicera”, al menos en la provincia, se debilita sensiblemente, permitiendo una mayor y mas equilibrada oferta electoral, en donde va a pesar mucho mas lo que digan y ofrezcan los candidatos a su electorado, y si son realmente conocidos en su ciudad o sección, más que por estar “colgado” o pegado a una boleta nacional.
Son tiempos de cambios, pero fundamentalmente tiempos de cercanía. Los dirigentes y vecinos que se vuelquen a la política, que entiendan esto, tienen la oportunidad mas clara de los últimos años de la democracia, para acceder a la representación de sus vecinos. Claro que conlleva una gran responsabilidad, fruto también de la volatilidad del elector y de la proximidad que brindan las redes sociales. Es tiempo de cercanía, transparencia, eficiencia y retroalimentación con el electorado.
El que lo entienda, estará al frente los próximos años dirigiendo los destinos políticos de su ciudad, región, provincia o país.
Hoy si, los espacios vecinalistas, y los espacios no tradicionales, son una alternativa real, democrática, e inter-ideológica orientada a las necesidades de la gente. Cuanto más se mantengan fieles a sus consignas y escuchando a las necesidades de su electorado , más van a perdurar. Cuanto mas se “partidicen” o se vuelvan parte del problema (“casta”), mas efímeros serán.
Facundo Zaldua ABOGADO
Apoderado de Partidos Vecinales 5/11/2024