UNS y UTN: trabajo a contrarreloj tras lo que el temporal se llevó
Recuperar los daños causados por el trágico 16D es el objetivo. Lo que pasó, lo que se hizo —y hace— y lo que vendrá para iniciar las clases a tiempo. El caso de la UPSO.
Periodista. Círculo de Periodistas Deportivos de Bahía Blanca. Fue redactor de la revista Encestando (1985-2000). Desde 1987 trabaja en el diario La Nueva Provincia (hoy La Nueva.). Pasó por las secciones Deportes, La Región y La Ciudad, donde se desempeña actualmente. Está especializado en periodismo agropecuario desde 2001. Miembro de la Asociación Bonaerense de Periodistas Agropecuarios. Responsable de las páginas webs de la Asociación de Ganaderos (AGA) y de Abopa.
“Estamos haciendo todo lo posible para llegar en condiciones al inicio de las clases. Esa es la realidad”.
Para el Dr. Daniel Vega, rector de la Universidad Nacional del Sur (UNS), la prioridad es recuperar los sitios dañados en la casa de altos estudios durante el trágico temporal del atardecer del 16 de diciembre último en nuestra ciudad, que se llevó la vida de 13 personas, numerosos heridos, provocó la caída de más de 14.000 árboles, innumerables destrozos en viviendas, sedes de entidades sociales y deportivas y diferentes empresas, así como pérdidas económicas multimillonarias.
“La UNS no quedó ajena a lo que pasó en el resto de Bahía Blanca. Prácticamente todos los edificios tuvieron algún grado de afectación”, añadió.
“Lo más importante lo vimos en las escuelas medias, donde se voló una parte importante del techo. Eso hizo que ingresara agua a la planta superior y se dañaran los cielorrasos y otros sectores”, indicó.
“También hubo daños en los patios internos, en particular en el jardín de infantes. Y en el campus del Palihue sufrió mucho la sala de lectura que habíamos inaugurado hace poco tiempo. Hubo roturas importantes en las aberturas, en los cielorrasos y los techos, así como en el salón del comedor de la Escuela de Agricultura”, señaló.
Respecto del costo estimado, el Dr. Vega señaló que se necesitarán, al menos, unos 300 millones de pesos para la recuperación.
Una pausa en el trabajo: Dr. Gonzalo Gilardi (izq.), subsecretario de Infraestructura y Servicios; Dr. Walter Cravero, secretario de la Secretaría General de Servicios Técnicos y Transformación Digital; Arq. Lía Costa Álvarez, directora de la Dirección General de Construcciones y Dr. Daniel Vega, rector de la UNS.
“Se trata de un valor estimado. No lo terminamos de cerrar porque, además, el escenario no ayuda. Por un lado cuesta mucho encontrar oferentes y, por otro, los precios de los materiales cambian todos los días. Es difícil tener un panorama claro”, explicó.
—¿Cómo se hizo para conseguir los recursos económicos?
—Por fortuna tenemos una institución muy ordenada desde el punto de vista administrativo y, por eso, contábamos con ahorros.
“Además, desde el Estado nacional nos adelantaron parte de los fondos que nos debían. Cerramos el año anterior con un rojo importante (del Estado), con deudas por gastos de funcionamiento de tres meses y del financiamiento de programas especiales, pero a los pocos días del temporal me llamó el subsecretario de Políticas Universitarias (NdR: Alejandro Alvarez) para avisarme que iban a hacer un adelanto para atender la coyuntura con miras al inicio de actividades. Nos transfirieron esas tres cuotas por un monto de alrededor de 300 millones de pesos. Con ese dinero estamos atendiendo la urgencia”.
—¿Algunos trabajos se realizan con personal de mantenimiento de la UNS?
—Dependiendo del tipo de daño, hubo casos donde nos arreglamos con personal de mantenimiento y, en otros, estamos licitando la obra integral. Justamente, en el tema de los techos para determinados sectores teníamos contratada una empresa para mantenimiento y, hoy, son ellos quienes están haciendo las refacciones.
La sala de lectura de la UNS se había inaugurado en agosto de 2021.
“Por otro lado, en el caso de las escuelas medias hemos contratado a una empresa, porque está claro de que es complejo trabajar en altura. En esta circunstancia, nosotros nos hicimos cargo de la compra de las chapas”.
—Uno de los milagros del temporal fue que sucedió un sábado…
—También hubo mucha suerte, porque un lugar donde sí teníamos estudiantes era el predio de residencias; dos de las casas de allí sufrieron daños importantes. En una, donde un árbol prácticamente la partió al medio, no había estudiantes alojados que, generalmente, son de programas de intercambio internacional.
—¿Cuál fue la respuesta a la convocatoria realizada desde la sede de Avda. Alem 1253?
—Estamos orgullosos. Y por eso aprovecho para agradecer al personal de la Cooperativa Obrera, de Cáritas y de la red de voluntarios, quienes colaboraron con nosotros, tanto en la logística como con la difusión para que todo funcionara. Fue un desafío.
“Hubo mucha participación dentro de la comunidad universitaria; incluso, de gente que no pertenece a la UNS pero que se sumó para colaborar no sólo acercando alimentos y diferentes tipos de elementos, sino clasificando y distribuyendo. Si bien la institución estaba ahí atravesando un momento difícil, entendimos que era importante darle una mano a los más necesitados.
“La función de la UNS no es sólo educar, sino hacerlo con formación social y empatía para atender casos como, por ejemplo, el temporal”, sostuvo el Dr. Vega.
“Y aquí es importante agregar un punto: la función de la UNS no es sólo educar, sino hacerlo con formación social y empatía para atender casos como, por ejemplo, un temporal. Es decir, el objetivo es brindar educación de calidad, pero también formar ciudadanos. En ese sentido, la apertura que ha tenido la universidad cuando han surgido este tipo de inconvenientes nos llena de orgullo.
“En la pandemia también hubo muchos voluntarios, docentes y no docentes, que pusieron en riesgo su salud, distribuyeron medicamentos y acercaron comida a gente en situación de vulnerabilidad, que no tenía la posibilidad de salir de sus hogares, además de muchas iniciativas relacionadas con la función propia de la universidad que, con investigación y desarrollo, también tuvo contribuciones.
“Hoy podemos decir que se ha consolidado una red de voluntarios que demostró ser importante para atender este tipo de situaciones”.
—De acuerdo con las obras programadas, ¿comenzarán las clases en tiempo y forma?
—Estamos haciendo todo lo posible para que sea así. La realidad es que el contexto es complejo.
“Hay licitaciones que se caen porque es muy difícil sostener un precio por dos o tres meses hasta que se cumplen los trámites administrativos. Pero somos optimistas en que vamos a llegar con las instalaciones en buenas condiciones”.
—¿La UNS tenía otros trabajos planificados? ¿Se ha afectado eso también?
—Sí. Tuvimos que postergar varios. Uno en particular tiene que ver con la puesta en valor de la Casa de la Cultura, en Alem 925. Tiene serios problemas estructurales en los cimientos y queríamos hacer una primera intervención para, más tarde, mejorar la fachada y la pintura, ya que se trata de un lugar representativo de Bahía Blanca por su valor cultural e histórico. Eso, lamentablemente, quedó pospuesto. Hoy, la prioridad es otra.
—¿Se debieron reprogramar las licencias del personal?
—Sí. Mucho personal ha quedado y está en guardia siguiendo las refacciones en los distintos sectores. Vale citar también que, seguramente, nos vamos a encontrar con sorpresas.
“Ahora estamos atendiendo los grandes problemas, pero la realidad es que hubo tantas voladuras de techos y de material pesado que aún hoy aparecen chapas perforadas, así como otras aberturas dañadas. Eso lo seguiremos descubriendo en el día a día y lo resolveremos de a poco”.
En la UTN
“Tuvimos bastante fortuna tras gestionar rápidamente los fondos ante el rectorado. Los recibimos, realizamos las compras de materiales y empezamos con las refacciones. Creo que vamos a salir rápidamente de la emergencia, por lo menos a nivel UTN”.
Lo dijo el Ing. Mec. Alejandro Staffa, decano de la Facultad Regional Bahía Blanca de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN FRBB), cuya entidad tuvo daños en las tres sedes, especialmente en 11 de Abril 461.
“Se rompieron mámparas y los policarbonatos que daban sobre la medianera y se volaron vidrios. Incluso, hubo un tirante que se clavó en la cubierta del techo que une los dos edificios”, describió.
El Ing. Alejandro Staffa, decano de la UTN, junto a la jefa del Departamento Obras y Proyectos, Ing. Verónica Marco Domecq, en la terraza del edificio de aulas de la sede 11 de abril 461.
“También se estropeó una membrana, se dobló la antena de la radio, con vidrios, puertas rotas y mucho ingreso de agua. Y se rompieron los sistemas de ventilación de las cubiertas”, amplió.
En este caso, el presupuesto asignado para la reparación es del orden de los 12 millones de pesos.
“En Montevideo 340, donde está el Centro de Extensión Universitaria y se encuentran los laboratorios, se destruyeron los vidrios de las escaleras que dan hacia el patio. Los portones de los laboratorios y los vidrios traslúcidos se rompieron, así como varios cielorrasos. También se mojaron equipos de informática. Aquí, la evaluación es de unos 6,2 millones de pesos”, explicó el Ing. Staffa.
“El daño mayor fue en el Parque Industrial, donde tenemos el centro de capacitación de oficios industriales y se voló todo un ala de aulas”, sostuvo.
“También se cayó un árbol y se rompieron equipamientos de aulas, cañones, computadoras y demás. En este caso, la inversión es de 41 millones de pesos”, detalló.
En el lugar también existe una unidad de desarrollo industrial y tecnológico, donde hay centros de mecanizado y herramientas especializadas para matricería. Este sector no tuvo grandes daños, pero sí en vidrios, portones y demás.
“Comenzamos a trabajar en forma inmediata, ya que ciertas tareas se podían resolver con personal propio de mantenimiento de la jefatura de obras”, dijo el Ing. Staffa.
“Sufrieron muchos los equipos que tienen computadoras, ya que todo lo relacionado con la electrónica cuando se moja se pierde. Por fortuna, y dentro del contexto general, bastante bien nos ha ido con un fenómeno tan impresionante, que tuvo tanto impacto en clubes y e instituciones”, aseguró el directivo.
—¿En cuánto tiempo tuvieron respuesta al pedido de ayuda?
—A los 12 días. En forma inmediata al hecho le informamos al rector de la Universidad Tecnológica Nacional, Ing. Rubén Soro, sobre la situación.
“El recibió también un informe de la Facultad Regional de Avellaneda, que sufrió daños de consideración, acaso más importantes en infraestructura que en nuestra ciudad. Al instante, el Ing. Soro hizo gestiones ante la subsecretaría de Políticas Universitarias, a cargo de Alejandro Alvarez, quien nos llamó y se comprometió a hacer un aporte para subsanar el tema. Con ese compromiso, el rector decidió adelantar las partidas presupuestarias para que los trabajos comiencen cuanto antes, ya que no se podía esperar.
Daños en las aulas de la UTN en el Parque Industrial.
“Así, la UTN, de su presupuesto 2023, destinó una partida para Bahía Blanca y Avellaneda, y el Estado se comprometió a reponer ese monto (NdR: alrededor de 59 millones de pesos). Confiamos en que eso va a suceder”.
—¿Algunos trabajos se hicieron con personal de la UTN?
—Comenzamos a trabajar en forma inmediata, ya que ciertas tareas se podían empezar a resolver con personal propio de mantenimiento de la jefatura de obras.
“Por ejemplo, en la unidad de desarrollo tecnológico del Parque Industrial directamente comenzaron a colocar los vidrios y a reponer los portones. Y algunas de las partes de los techos, sin daño total, se recompusieron.
“Del departamento Compras se adquirieron los materiales indispensables para construir las aulas nuevas en el Parque Industrial, así como debimos hacer las contrataciones de trabajo con empresas especializadas. Hoy estamos en plena ejecución de las reparaciones. Por fortuna, cuando los edificios están desocupados es más sencillo para trabajar; eso ayuda”.
—¿Cuánto tiempo más les insumirá?
—Entendemos que será lo que queda del corriente mes y febrero.
—¿Afectará el inicio de clases?
—Entendemos que no respecto de las actividades de aula y que vamos a estar en condiciones de iniciar plenamente. Incluso, mientras se construyen las del Parque Industrial, las tareas aúlicas las podremos llevar a Montevideo 340.
—¿Se han postergado otras obras?
—No. Un trabajo planificado es la construcción del ascensor en el edificio de calle Montevideo 340, para dar accesibilidad a los discapacitados y adultos mayores a la planta alta. Eso está en ejecución y pensamos concluirla en este marzo.
—¿Cuál fue la participación de la UTN tras el temporal?
—Salimos a dar respuesta al mismo instante. Trabajamos en torno a la solidaridad con quienes la estaban pasando mal. Desde ingeniería eléctrica aportamos la unidad móvil de generación de energía y la llevamos a varios barrios para dar luz.
Donaciones de la comunidad en Alem 1253, este lunes 18 de diciembre.
“Nuestra sede de 11 de Abril tuvo energía a los dos días y el centro de estudiantes instaló una logística de carga de celulares. También se participó en la colecta, junto con la UNS, de Avda. Alem 1253”.
En la UPSO
“No sufrimos daños importantes en la delegación administrativa de la UPSO en Bahía Blanca. Algo en un portón, así como ingresos de agua. Nada muy importante. No hemos tenido que recurrir a solicitar financiamiento y ya terminamos con los arreglos encarados. A los 10 días del temporal ya estábamos funcionando nuevamente”, dijo la Dra. Andrea Savoretti, rectora de la Universidad Provincial del Sudoeste.
“En el resto de las localidades sede el temporal también afectó, pero en ninguno de los edificios de la UPSO. Definitivamente, no tendremos problemas para el inicio de las clases”, aseguró.
La Dra. Savoretti —en diálogo con La Nueva.— destacó el aporte llegado desde localidades de la región, donde se realizaron colectas para Bahía Blanca.
“No hemos tenido que recurrir a solicitar financiamiento (por los daños) y ya terminamos con los arreglos encarados”, manifestó la Dra. Savoretti.
“En muchos casos las concretaron docentes o alumnos de la UPSO, y gente de la comunidad no universitaria, quienes nos pidieron autorización para usar las sedes como lugar de recepción y, luego, se enviaron los camiones a Bahía Blanca”, sostuvo.
“Desde Casbas y Coronel Pringles, por ejemplo, llegó una cantidad importante de los artículos demandados. Quiero decirlo: siempre nos quejamos de lo que funciona mal, pero esto ha funcionado muy bien. La gente ha sido solidaria para con Bahía Blanca”, concluyó la rectora.
La economía que viene (para las universidades)
“Todo indica que trabajaremos con un presupuesto de prórroga, el que fue definido a mediados del año 2022 con una pauta inflacionaria del 60 % anual y, al final, se terminó con alrededor de 200 %”, dijo el Dr. Vega.
“Lo que más nos preocupa es la incertidumbre, porque demás está demás que con ese presupuesto no nos alcanzará para funcionar, sino que vamos a necesitar algún tipo de refuerzo; y aun aplicando un marco de muchísima austeridad”, sostuvo.
“Pero lo peor es no saber el número final y cómo va a evolucionar la inflación, que es la otra gran variable que hace difícil la planificación”, concluyó el directivo.
“Nosotros cerramos el año 2023 con problemas presupuestarios y, por supuesto, funcionar con uno de prórroga será complejo de gestionar”, añadió el Dr. Vega.
Para el Ing. Staffa, las expectativas para el corriente año son bajas en función de lo anunciado por el Gobierno nacional.
“No obstante, el Consejo Interuniversitario Nacional está llevando adelante gestiones ante el subsecretario de Políticas Universitarias (Alejandro Alvarez) para revertir el criterio y que el presupuesto se ajuste por inflación”, aseguró.
“En particular, la UTN ya tomó algunas precauciones como, por ejemplo, reducir los gastos de movilidad de la primera reunión del consejo superior La integran 30 decanos de las facultades regionales, docente, no docentes, estudiantes y graduados de todo el país. Se realizará a fines de febrero y esta vez será en formato virtual”, indicó.
“En dicha reunión se distribuye el presupuesto anual de la universidad. Será entonces una oportunidad para tomar verdadera dimensión del estado económico financiero de 2024”, indicó el Ing. Staffa.
“Es muy incierto saber lo que va a ocurrir”, aseveró la Dra. Savoretti.
“Creemos que el nivel de gastos de este año tendrá que ser muy cuidado. Vamos a tener que ajustarnos a la realidad inflacionaria y del potencial incremento que nos tendrá que dar el gobierno provincial”, señaló.
Dra. Andrea Savoretti, rectora de la UPSO.
“Ya empezamos una política de austeridad, aunque la verdad es que en nuestro caso es difícil, porque el nivel de recursos que manejamos es bajo en relación al despliegue territorial que tenemos pero, igualmente, siempre existen alternativas para reducir”, sostuvo.
La directiva comentó que se procurará seguir llegando a todas las localidades del SOB.
“No creemos que tengamos inconvenientes con las actividades curriculares permanentes en dictados de carreras, aunque sí los recursos se verán afectados en relación a lo que ingresaba a través del Ministerio de Educación de la Nación”, explicó.
“En este contexto de mismo presupuesto de 2023, suponemos que los programas especiales no se van a ejecutar. Eso tiene que ver con ciencia y tecnología, extensión universitaria y acciones con la comunidad. Para eso estamos trabajando en la búsqueda de recursos para coordinar esfuerzos con los municipios y con algunos actores del sector empresario”, concluyó la Dra. Savoretti.