Bullrich y Milei en Bahía, una comparación inevitable
El sábado estuvo la candidata de Juntos y hoy regresa el libertario, ambos con convocatorias que mostrarán el pulso de la calle. ¿Será un anticipo de lo que sucederá en las urnas? Además, las chances de Héctor Gay para entrar al Parlasur.
Jefe de Noticias de La Nueva. Analista político y conductor del programa de actualidad "Allica y Prieta a las 12" que se emite por La Nueva Play. Ha hecho coberturas políticas en el país y en el extranjero.
Son días muy movidos para la política bahiense, a casi un mes de las elecciones generales del 22 de octubre. Los dos candidatos presidenciales más votados en agosto en la ciudad decidieron venir a fidelizar público y tratar de captar nuevos votantes.
El sábado Patricia Bullrich congregó a decenas de personas en Zelarrayán y Cuyo, en el marco de una caravana en combi por diferentes ciudades de la provincia. Allí instó a redoblar el apoyo a Juntos porque, según aseguró, son los únicos que pueden "terminar con el kirchnerismo".
El ascenso de Bullrich en las urnas locales es la clave para que Nidia Moirano pueda retener la intendencia para el Pro. En las primarias quedó demostrado que el tractor de esa boleta es la exministra de Seguridad y que el desafío de la senadora es conservar el mayor porcentaje de votos. Es decir, que la corten lo menos posible.
A los amarillos bahienses les vendría bien una nueva visita de "Pato" antes de los comicios, aunque la propia presidenciable le confió a La Nueva. que duda de esa posibilidad. La carrera por la Casa Rosada quizás la obligue a una mayor presencia en los distritos grandes del Conurbano y en las provincias de Córdoba, Santa Fe y Mendoza, tres jurisdicciones fundamentales donde Javier Milei se llevó la PASO y hay un fuerte voto antiperonista para disputar.
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Cuando todavía no se habían apagado los ecos de su visita, comenzó a circular un flyer convocando a un encuentro público con Milei. El líder libertario encabezará una nueva caravana en Bahía, pactada para hoy a partir de las 17, por el centro de la ciudad. En la caja de una camioneta circulará por avenida Cerri, calle San Martín, dará una vuelta a la Plaza Rivadavia y retomará por Chiclana (pasará a metros del "Café de la Libertad", sede de campaña) para regresar hacia avenida Cerri.
Oficialmente, no está prevista ninguna otra actividad ni contacto directo con los medios.
Hay una gran expectativa en el mileísmo bahiense, por dos razones. La primera es tratar de repetir, o superar, la demostración de apoyo que tuvo lugar en la previa de las PASO, en la zona del Paseo de la Mujer. El mismo Milei reconoció, después de ganar las primarias, que había quedado impactado con la respuesta de la gente de Bahía.
La segunda, y donde más debe trabajar el equipo local de LLA, es que diga o haga algo que permita potenciar la figura de Oscar Liberman, su candidato a intendente, quien quedó bien posicionado de cara a las generales pero necesita subir su nivel de conocimiento para que el electorado lo identifique más claramente como el referente del "León" en Bahía.
En la visita anterior Liberman estuvo en la camioneta, parado detrás del postulante presidencial, pero sin un rol protagónico. Ahora tiene una nueva oportunidad para aprovechar y levantar el perfil.
El 13 de agosto, el bahiense perdió 1 de cada 5 votos obtenidos por el sello nacional en este distrito (54 mil sufragios consiguió Milei y, Liberman, 43 mil) y sus dos rivales, Moirano y Federico Susbielles, harán lo que esté a su alcance para potenciar ese corte. Sobre todo, el titular portuario, principal beneficiario el mes pasado de esa circunstancia.
Por lo pronto, lo que surgirá luego de la recorrida de esta tarde, inevitablemente, es una comparación. En segundas y terceras líneas de Juntos por el Cambio se preguntaban qué sentido tenía llevar a Bullrich a un parque sin la menor garantía de que podría mejorar o al menos empatar la movida mileísta del 30 de julio. Para colmo, al día siguiente se confirmó la vuelta del libertario. Sin dudas habrá un juego de contrastes.
¿La movida callejera será un anticipo de lo que ocurrirá en las urnas en Bahía? Demasiado arriesgado hacer ese pronóstico.
Quienes también miran el desempeño de los candidatos presidenciales en esta región, ya que de ese arrastre depende su propia suerte, son los aspirantes a senadores bonaerenses por la Sexta Sección. Se trata de una de las elecciones más relevantes a nivel zonal pero poco y nada se habla de ella.
Hay seis bancas en juego para la Cámara Alta, donde un total de 46 legisladores de toda la Provincia pueden agilizar o trabar cualquier iniciativa de la Gobernación de turno. Además, son puestos muy preciados por sus beneficios laterales: asesores, choferes, viáticos, pasajes... muchos recursos para una actividad que en general pasa inadvertida, sin rendir demasiadas cuentas.
Actualmente Juntos por el Cambio y Unión por la Patria tienen 3 bancas cada uno, con mandatos que vencen en diciembre. En JxC son senadores Nidia Moirano, Andrés de Leo y David Hirtz, mientras que por el peronismo aparecen Marcelo Feliú, Ayelén Durán y Alfredo Fisher.
Si el 22 de octubre se repitieran los resultados de las primarias, cambiaría esa composición. Ingresarían dos legisladores por Juntos, la radical Nerina Neumann (oriunda de Darregueira) y el vidalista Alex Campbell (dirigente de San Fernando acomodado en la nómina de nuestra región); así como dos por UxP, que en este caso renovarían, ya que se trata de los bahienses Feliú y Durán; y dos por La Libertad Avanza, el oficial retirado de la Armada, Sergio Vargas, y Silvana Ventura.
El sistema de cálculo para proyectar cuántos candidatos puede meter cada fuerza es engorroso de explicar, pero toda proyección lógica indica que lo más probable es que la tendencia se mantenga y los ingresos sean 2, 2 y 2.
Acerca de la Legislatura provincial, un dato adicional: como en cada año electoral, la actividad legislativa se reduce. ¿Cuántas sesiones ordinarias hubo en cada una de las cámaras en este 2023? Tan solo una en Diputados y también apenas una en Senadores. Y ya estamos a fines de septiembre.
Después algunos se preguntan de dónde viene el enojo de la sociedad con la política.
Otro gran protagonista de la política local y regional en estos años ha sido, y es, Héctor Gay. El 10 de diciembre dejará la jefatura comunal y hoy tiene una postulación para el Parlasur. ¿Cuáles son sus chances?
Primero hay que decir que los tramos de candidaturas para ese organismo, dentro de la lista sábana, son dos. Están los candidatos al Parlasur por Distrito Nacional (primer cuerpo de la lista detrás de presidente y vice) y quienes se postulan por Distrito Regional (un cuerpo de la boleta antes que el gobernador). Gay figura en este último, dentro de Juntos por el Cambio.
Argentina tiene 43 bancas en ese parlamento, distribuidas de este modo: una por cada provincia (24 en total, de distritos regionales) y 19 por distrito nacional.
Como Gay compite por la representación de la provincia de Buenos Aires, solo hay una banca en disputa. En las PASO, el postulante más votado en ese tramo fue Gustavo Arrieta (Unión por la Patria) con 2,9 millones de votos, seguido por la suma de los entonces precandidatos de Juntos, el bullrichista Gay y la larretista Danya Tavela (2,6 millones, divididos en 1,4 millones para Gay y 1,2 para Tavela). En tercer escalón quedó Héctor Gálvez, de La Libertad Avanza, con 2 millones de sufragios.
Entre Arrieta, Gay y Gálvez solo uno llegará a dicho parlamento. Y, al tratarse de un tramo de la sábana muy poco relevante para el público, la suerte de cada uno está atada a la performance de sus candidatos presidenciales. Hoy el dirigente peronista, originario de Cañuelas, cuenta con las mayores chances. Pero el partido, claro, no está resuelto.
El Parlasur tiene sede en Montevideo y sesiona una vez al mes. Los delegados argentinos no cobran sueldo, aunque tienen cubiertos los costos de traslado, alojamiento y viáticos. Según el sitio web del ente, sus objetivos son velar por la democracia, la libertad y la paz, así como promover la integración entre los pueblos.
En términos reales, sus decisiones no tienen ningún impacto en las sociedades latinoamericanas. Con malicia, algunos lo llaman el "all inclusive uruguayo".