Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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El licenciado Ramiro Santiago y tres años difíciles de olvidar

Tras completar su carrera deportiva en la NCAA de los Estados Unidos, ahora el bahiense recibió su diploma en la universidad de Harding. "Lo mejor está por venir", avisaron él, su papá Sebastián y el abuelo Rafael, desde el cielo.

Morena, Pedro, Ramiro, Ana y Sebastián. Fotos: gentileza familia Santiago y Harding

El 25 de febrero metió sus últimos puntos en la NCAA, la mejor liga universitaria de básquetbol del mundo. Será inolvidable.

Sin embargo, Ramiro Santiago completó este fin de semana su vida universitaria y pudo así cerrar una etapa tan sacrificada como placentera, que lo pone en el pedestal familiar y lo erige de ejemplo para la sociedad.

"No tengo palabras para describir lo que fueron estos últimos cinco años de mi vida. Fue increíble. La ceremonia fue excelente, como en las películas, y cuando dijeron mi nombre se me puso toda la piel de gallina. Encima escuchaba que en la tribuna estaban toda mi familia y amigos gritando a full. Fue un momento que obviamente no voy a olvidar nunca", le dijo Ramiro a La Nueva. desde los Estados Unidos.

Unos minutos antes, el bahiense de 24 años años subió al escenario principal del auditorio en la Harding University, un establecimiento educativo ubicado en Searcy, ciudad del estado de Arkansas. Le entregaron el diploma de licenciado en Comercio Internacional, tras haber aprobado el último examen con el 87,7 %.

"Si no hubiese estado mi familia presente también iba a ser especial, pero así tomó otra magnitud. Realmente, que ellos puedan conocer dónde estuve viviendo estos últimos años, especialmente para mi mamá, fue un alivio grande. Ellos no se esperaban ver semejante universidad, lo grande que es y el nivel que tiene. Que puedan disfrutarlo, por lo menos por dos o tres días, es felicidad plena para mí", agregó.

El bahiense, de "gala", en pleno campo de juego

Su papá Sebastián, su mamá Ana y sus hermanos, Morena y Pedro, estuvieron presentes. Se sintió una ausencia física, bien presente en el escolta formado basquetbolísticamente en el El Nacional y Villa Mitre, con paso previo por Seward County Community College antes de recalar en Harding.

"Me acordé mucho del abuelo en este momento, más que nada cuando iba caminando con el título hacia mi familia. De haber estado me hubiese dicho que lo mejor está por venir. Me hubiese encantado que esté acá conmigo, pero yo creo que desde arriba me está cuidando y está haciendo posible que me pase todo lo que me está pasando", mencionó en alusión al icónico periodista Rafael Emilio Santiago, quien falleciera en 2021.

Su pasado es fantástico y su futuro una incógnita, aunque su convenio con la agencia GP Sports lo ayudará a tomar una decisión. 

"Voy a extrañar muchísimo, mucho, mucho, mucho, mucho, todo —subrayó—. Desde el mínimo detalle hasta despertarme a las 5 de la mañana para entrenar en las mejores instalaciones del mundo. Pasar tiempo con mis compañeros en el vestuario, en los viajes, en los aviones; cada momento en estos últimos años fue muy especial y se va a extrañar. Acá conocí a mi novia... Fue la mejor etapa de mi vida hasta el momento. Pero lo mejor está por venir, como decía mi abuelo y como dice mi papá también".

El auditorio de la Harding University, en los Estados Unidos

"La emoción que sentimos jamás la habíamos vivido. Ver cómo los profesores venían a decirnos cosas hermosas de Rami, demostrándole cariño continuamente... Me di cuenta de que lo que intentamos hacer como padres dio sus frutos, todos lo quieren y nos felicitaron por su forma de ser", comentó su mamá Ana en diálogo con este medio.

"La Universidad me dejó perpleja, es sacada de películas, bellísima, todo está en el lugar que debe estar, cada flor, cada árbol, cada fuente, ¡cada tarro de basura! Desde el momento que entramos al auditorio hasta que levantó su título para mostrárnoslo no pude dejar de llorar. Ahora tengo un licenciado en casa, decir que estoy orgullosa es poco. Todo lo que hemos vivido en estos días fueron cosas inolvidables y hermosas", agregó.

Su papá también se mostró orgulloso y no es para menos.

"Además de lo obvio que es lo emocionante e inexplicable de ver a tu hijo recibirse, que lo haga en una universidad de las dimensiones y del nivel que tiene esta es algo tremendo. No se puede creer, tenés que ir en auto por las dimensiones que tiene, cada carrera tiene su edificio, la cafetería tiene dos pisos, la parte de compras de recuerdos de la universidad parece una sucursal de un negocio de ropa", describió Seba.

Uno de los 458 triples que lanzó en Harding, donde disputó tres temporadas

"La cancha es enorme, estilo NBA, piso impecable, con gradas parecidas al Dow Center pero a gran escala. Al lado tiene dos más para entrenar. El vestuario con sala de video y la parte de recuperación post-partido. Todo se activa con una tarjeta y una clave que solamente los jugadores tienen acceso. Es algo increíble", contó el exjugador.

"La universidad de Ramiro está entre las diez mejores para estudiar Business en Estados Unidos. Nos quedamos impactados con el auditorium donde se hizo la entrega de títulos. Todo maravilloso. Superó totalmente nuestra expectativa y estamos agradecidos de poder haber venido porque no nos podíamos perder esto, y lo bueno es que lo pudimos hacer todos, vinimos toda la familia para poder disfrutar del momento más importante o uno de sus momentos más importantes de su carrera y de su vida", completó.

Ramiro junto a su compañero Stetson y la familia Smithson

Mientras Sebastián y Ana acompañaban a la distancia, desde Bahía Blanca, hubo una familia que lo adoptó en norteamérica: los Smithson.

"Hemos tenido el privilegio de conocer a Ramiro Santiago y conocerlo es amarlo. Pasaron rápido estos últimos tres años. Mi hijo y Ramiro se hicieron amigos inmediatamente, nos hemos divertido mucho juntos, compartimos comidas, barbacoas, vacaciones y muchas risas. ¡Dicen que haces amigos para toda la vida en la universidad y estoy de acuerdo!", comentó la mamá de Stetson, compañero del bahiense en Harding.

"Ahora tuvimos el privilegio de conocer a sus padres y hermanos. Fue un momento lleno de gratitud, amor y aprecio. Nos hicimos amigos al instante. Esto no fue un adiós, sino un abrazo, y tal vez una lágrima, hasta que nos veamos de nuevo. Estamos emocionados de ver a dónde te lleva la vida, el básquet y los viajes, te extrañaremos en casa, siempre serás parte de nosotros. ¡Te queremos!", firmó.

De película.