Bahía Blanca | Sabado, 27 de abril

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Calle Manuel Dorrego: un molino con altura, el glamour del art decó, un toque ferroviario y un último suspiro

Una calle que fue protagonista durante gran parte del siglo XX y que busca recuperar su presencia.

"Cada calle tiene su secreto, cada casa su historia por contar" Eduardo Galeano

Cortita y al pié. Así es la calle Dorrego, que nace en Yrigoyen y termina su historia en Brandsen, frente al paredón que cierra lo que eran los jardines de la Estación Sud.

Su nombre rinde homenaje a Manuel Dorrego, político y militar argentino, figura relevante durante la lucha por la independencia. Fue gobernador de Buenos Aires en 1820 y en 1828. Enfrentado con Juan Manuel de Rosas, fue derrocado por Juan Lavalle, quien además ordenó su fusilamiento, en uno de los crímenes más penosos de nuestra historia.

Recorrer Dorrego es tener una lectura muy particular de la ciudad. Porque es una calle que desde fines del siglo XIX y hasta mediados del siglo XX tuvo una vida por demás intensa al ser una de las que comunicaba al centro con la estación de trenes, punto central de todo el movimiento de pasajeros. Por eso tenía una fuerte impronta comercial y edilicia, la cual disminuyó sobre la segunda mitad de ese siglo, con la pérdida de protagonismo del ferrocarril.

Si bien sus primeras cuadras se han poblado de edificios en altura, las últimas mantienen gran parte de aquella fisonomía de antaño, en una ciudad que no ha crecido particularmente hacia ese sector pero que empieza a tomar nuevamente protagonismo, con emprendimientos que traccionan y alientan el desarrollo urbano.

De molino al Dios del tiempo

"En cada calle de cada ciudad hay un rincón que nos hace esperar algo" Italo Calvino

Una de las señales positivas que ha tenido Dorrego es la reconversión de una esquina emblemática que llevaba décadas de abandono, ocupada por las ruinas del histórico molino harinero La Sirena, de Luis Godio.

Molino La Sirena, Gral Paz y Lavalle, demolido.

 

La fábrica fue desmantelada a principios de la década del 80 y parcialmente demolidas sus instalaciones.

Debieron pasar tres décadas hasta que finalmente en 2016 se puso en marcha un complejo edilicio –Crono—que incluye locales comerciales, oficinas, consultorios y dos torres de viviendas. Este tipo de intervención es de las que comienza a modificar el paisaje urbano, poner en valor el sector e impulsar nuevas inversiones.

Hay además un detalle no menor que es el tratamiento dado a la esquina, retirando el edificio unos metros hacia adentro del terreno, de modo de generar veredas anchas que toman forma de plazoletas y mejoran la calidad de ese espacio.

Vereda-plazoleta

La geometría y el glamour de las estrellas

"Las ciudades se componen de muchas cosas; no solo de formas geométricas, sino de deseos, recuerdos, intenciones." Italo Calvino

A esta altura de esta experiencia de caminar la ciudad con la mirada presta a los detalles, sin el apuro del día ni la obligación de llegar, es contundente el desarrollo que el art decó ha tenido en la ciudad. Una presencia que es además de calidad, donde cada vivienda es única en su diseño.

La geometría del art decó

Con auge en la década del 30, es simple identificar este estilo por su carácter geométrico, de guardas, escalones y triángulos. Sus aires de glamur se relacionan con las ciudades en el cual se impuso, por caso Miami, Hollywood y Nueva York. Por eso tener una fachada art decó era ser parte de un mundo de entretenimiento, de grandes estrellas, de sueños e historias.

La vidriera irrespetuosa

La ciudad, cada cuadra, es una constante mezcla de épocas, de maneras de construir, de formas de expresarse. De huellas de un pasado lejano, de detalles y formas.

Desde fines del siglo XIX y hasta mediados del XX fueron empresas de capitales ingleses las que marcaban el ritmo del progreso, propietarias del ferrocarril, de los puertos, de los servicios de agua, gas y electricidad y del tranvía.

Tanque ladrillero, legado ferroviario
Empresas Eléctricas de Bahía Blanca.

Por eso es simple encontrar marcas de ese paso, en las obras relacionadas con el funcionamiento del ferrocarril y los servicios. Desde un tanque agua ladrillero hasta un oxidado poste para la electricidad.

El último suspiro

En la esquina con Lavalle se ubica el edificio donde durante muchos años funcionó la empresa Ferrandi Hnos, dedicada a las pompas fúnebres. Hoy el inmueble, mantiene sus características originales, con otro uso usos y plagado de frases y murales.

Funeraria Ferrando, Lavalle y Dorrego

En diagonal se ubica un comercio que acaba de cumplir 50 años de existencia, dedicado a la venta de bebidas. Se llama El Palacio del vino”, porque su fundador y todavía propietario es de apellido Palacio. Lo anecdótico es que en algún momento de la década del 70, cuando el negocio abrió, hubo una idea de ponerle como nombre “El último suspiro”, en parte inspirado por la vecindad de la empresa fúnebre.

La vecindad

Un de las propuestas atractivas de la calle son las viviendas típicas del siglo pasado, las casas de inquilinato, con fachadas de aires italianos cargadas de ornamentos y molduras, las que marcaron toda una época de la arquitectura local.

Verlas remonta la memoria a otras épocas, de siestas largas y veredas anchas para sacar sillas y disfrutar del fresco de la tarde. Ni mejor ni peor, distinto.

La mujer de mil colores, los pasillos de Cantarelli

A mediados de la década del 30 el comerciante Marzio Cantarelli inició la construcción de varias viviendas diseñadas por el arquitecto Guido Buffalini, ocupando una gran manzana limitada por calles Dorrego y Corrientes, entre Las Heras y Belgrano.

Pasillo peatonal

La organizó en “tres manzanas de lindas y alegres casitas”. El diseño del conjunto generó una singularidad: dos pasillos en medio de cada manzana, de calle a calle, uno en Dorrego 250, el otro en Las Heras 540.

Otra propuesta distinta: los murales, las figuras, en este caso el rostro de una mujer, flores y colores.

Puertas y puertas

Pocos elementos tan atractivos, artesanales y singulares como las puertas. Con sus estilos, de hierro, de madera, con vidrios, con particulares accesorios, sumando un paisaje aparte.

Final

“Caminando, caminándote/Mi calle que quizás/Yo pueda cambiar”. Andrés Calamaro.

La arquitectura como telón de fondo de cualquier caminata. Contando momentos, tiempos y formas. Dorrego tiene además una esquina muy significativa, la que genera cuando se cruza con Lavalle. Dorrego y Lavalle no es un lugar común en la historia argentina.

Fusilamiento de Dorrego, 1828

El último encuentro entre ellos, no presencial, ocurrió en 1828, cuando Lavalle ordenó fusilarlo. Por la grieta de entonces, Unitarios y Federales. Lavalle también sería asesinado, una bala en su cuello, 13 años después.

Dorrego es la suma de sensaciones, la vieja calle a la estación, el tributo al gobernador que ordenó establecer un fuerte en Bahía Blanca, una calle con industrias y con viviendas de barrio. Luna y misterio.

Bonus track

La enrredadera que se fue
Omnipresente balaustrada