Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Paso Urbano: la obra de los 11 puentes en 11 kilómetros llegó a un avance del 40 %

Se trata de la inversión más importante de la historia. Con la última actualización, ya supera los $ 12.400 M. Para fin de año se prevén habilitar colectoras.

El nuevo intercambiador de El Cholo. / Fotos: Pablo Presti-La Nueva.

Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com

   “En realidad, no es sencillo hacer una autopista en el medio de la ciudad”.

   Como al pasar, el Lic. Gustavo Trankels, jefe del Distrito 19 de Vialidad Nacional, con sede en Bahía Blanca, deja la frase mientras observa —en un puente ubicado a una altura de 12 metros— el incesante tránsito a la altura de la rotonda (que no es tal) de El Cholo, en la intersección de las rutas nacionales 33 y 3.

   Se trata de Paso Urbano, de sólo 11,082 kilómetros, a esta altura uno de los desafíos más importantes de la ingeniería y de la arquitectura en la historia de Bahía Blanca y una amplia región.

   Las imágenes que pueden verse desde arriba no dejan de impresionar y dimensionan la magnitud de una obra de características únicas que, con valores actualizados, ya insume un costo total superior de los 12.400 millones de pesos.

   “Cuesta construir una estructura monstruosa en medio de un área urbana”, insiste.

Lic. Gustavo Trankels, jefe del Distrito 19 de Vialidad Nacional.

   “Estos diseños geométricos no pueden ser repentinos, ya que no podés llegar a una velocidad superior a los 100 kilómetros y doblar a 90 grados, ya que representa un sinnúmero de complejidades por la cantidad de actores involucrados, en forma directa e indirecta, y condicionan la construcción de la infraestructura”, asegura.

   El Lic. Trankels alude, asimismo, a los 89 corrimientos de servicios que, hasta esta semana, se han tenido que afrontar.

   “Tal vez sean más hasta que se termine la obra. Algunos de ellos han sido muy complejos, ya que por aquí pasan poliductos que alimentan al polo petroquímico. No es un detalle menor por las correcciones en las trazas de las colectoras y demás”, añade.

   “Tenemos que hermanar distintos criterios para cada especialidad. Es decir, nosotros manejamos la cuestión vial, pero tenemos que interactuar con gente que sabe de oleoductos, electroductos y hasta de gas, todos con sus normas y requisitos. ¿Por qué tenemos que trabajar con ellos? Porque las tareas se deben hacer con determinados protocolos y a eso nosotros no llegamos. Debe ser así”, comenta el funcionario.

   “Por ejemplo: Este sector de la RN 33 y de la RN 3 (por El Cholo) estaba cruzado por cables. No podías elevarte (en obra) porque te los chocabas, y no podías cortarlos porque la ciudad se quedaba sin luz”, relata.

   “Consensuando las decisiones con EDES, hubo que hacer toda la traza de nuevo. Se trabajó muy bien, con microcortes, cambiando cables de media y de alta tensión y sin afectar la prestación del servicio”, cuenta.

   “Son cuestiones administrativas, económicas y legales. Y cada decisión que se toma desde lo técnico hay que acompañarla con la gestión de recursos; que tienen que estar, claro”, sostiene.

   Los trabajos se realizan, en forma majestuosa, en el primer tramo de la ruta nacional 33, que se inicia a unos 800 metros al noreste del paraje El Cholo, donde se encuentran la ruta nacional 3 y el denominado Camino Sesquicentenario, por un total de 6,7 kilómetros.

   En otro segmento se prevé, por una extensión de 3.496 metros, la autopista de la RN 3 que rodea a Bahía Blanca. El enlace entre ambos tramos es de 886 metros, para un total de 11,082 kilómetros.

   La obra está a cargo de una UTE controlada por Esuco SA, en la que participan Centro Construcciones SA y Tecnopisos SA.

   Por la cercanía del obrador, las tareas parecen concentrarse en torno a El Cholo. Pero no es así puntualmente, más allá del citado impacto que se aprecia a poco de transitar por ese estratégico enclave.

   A partir de la planificación de ventanas de trabajo, en el resto del segmento, que incluye 11 puentes, se están construyendo alcantarillas, y se trabaja en hormigón armado y en los corrimientos de servicios.

   Actualmente, por ejemplo, los trabajos giran en torno a un acueducto cercano a la rotonda de Bosque Alto.

   La mitad de los 27 kilómetros totales que se construirán como colectoras se encuentra desde las vías (cercanas a El Cholo) hacia la rotonda de Bosque Alto.

   “Parece que se trata de un tramo más simple en cuanto a traza, pero una parte del Sesquicentenario va en trinchera (un nivel por debajo de otro). Para eso hay que hacer terraplenes y demás contenciones que complejizan la obra”, sostiene —por su parte— el Ing. Silvio Maraschín, quien es el supervisor de Vialidad Nacional para Paso Urbano.

   “Sobre la rotonda de la ruta nacional 35 va todo en escama (NdR: paneles de hormigón) y hay que levantar el terraplén para que pase la autopista”, cuenta.

   Otra obra que se realizó, también sobre la RN 35, fue para el paso del gas. Asimismo, se trabajó en el corrimiento del caño de la tercera cuenca de ABSA, la que lleva los efluentes cloacales hacia la planta de General Cerri.

   “Es un servicio que no se puede interrumpir. Fue muy complejo y debimos hacerlo porque el caño iba a quedar debajo de los terraplenes. Eso fue durante la pandemia”, agrega Maraschín.

   La obra en los 11 puentes se encuentra en un 66 % de concreción, desde los pilotes hasta las barandas. La colocación del acero, en tanto, ya llegó al 70 %. Por su parte, ya se construyó el 76 % de todas las interferencias.

Vista de los puentes de la autopista que pasarán por encima de la futura rotonda de Don Bosco.

   Las diferentes estaciones del año también inciden en los tiempos.

   “La manipulación del corrimiento de los gasoductos de Camuzzi se articuló en un momento en que la empresa tenía menos consumo y pudo trabajar mejor en la red. Siempre está la intención de no generar problemas en el usuario”, asegura el Lic. Trankles.

   Para cuando arribe el verano, no necesariamente la mayor disponibilidad de luz asegurará una aceleración de los trabajos.

   “En algunas circunstancias sí, pero no en todas”, añade.

   “Para el caso del hormigón, cuando hace mucho calor no es aconsejable su aplicación y por eso hay que trabajar a la mañana, o a la tarde. Eso se maneja de acuerdo con los pronósticos del clima”, explica.

   Un detalle de obra no menor es que las colectoras serán construidas con el mismo material base de la autopista.

   “Las colectoras se harán todas con hormigón. Sólo la calzada principal de la ruta nacional 3 seguirá con asfalto, ya que ese proyecto se encuentra de esa forma”, sostiene el Ing. Maraschín.

   “La calidad del hormigón de Paso Urbano es muy elevada”, comenta.

Inicio de la rama que permite, viniendo desde Cerri, pasar por El Cholo y las vías con un puente (Nº 9) de 17 tramos.

   “Para eso se requieren tipos de agregados y formas de producirlos específicos para lograr una unión de calidad, ya que el período de diseño es de 30 años”, describe.

   “Para ese fin están, en el mismo obrador, los laboratorios que controlan los diseños de fórmula, para que, por ejemplo, el origen del árido utilizado sea de determinado sitio y no el de uso comercial”, agrega.

   “Es tecnología de vanguardia en la planta elaboradora de suelo. No se trata de una obra tradicional; una autopista como Paso Urbano lo fundamenta”, insiste.

Un detalle de obra no menor es que las colectoras serán construidas con el mismo material de la autopista: hormigón armado.

   La obra empezó en junio de 2018. Estuvo neutralizada por alrededor de un año (en 2019) y se volvió a trabajar en enero de 2020.

   “¿Cuándo se termina? En el contrato hay un plazo de obra, pero las complejidades de hacerla en un lugar urbano ponen las condiciones”, dice el Lic. Trankels.

   “Si este mismo trabajo se proyectara en el medio del campo se podría estipular cuándo se empieza y cuándo se termina, y sin mucho margen de error si se consideran 15 días efectivos de trabajo por mes atendiendo temas climáticos y demás. No es el caso”, añade.

Las pruebas de laboratorio de realizan en el propio obrador de la obra, en cercanías de El Cholo.

   De acuerdo con la marcha actual, por lo menos se deberán esperar dos años más para comenzar a elaborar una conclusión. En total, entonces, con neutralización y pandemia por medio, sería de alrededor de 6 años de obra.

Habrá habilitaciones parciales antes de fin de año

   “La obra es tan grande, compleja y comprimida que cada vez que pretendemos movernos le pegamos a algo (sic). Pero la idea es que, en función del avance, iremos habilitando, necesariamente, tramos nuevos para poder trabajar en otros lugares”, asegura el Lic. Trankels.

   “Por ejemplo, en la ruta nacional 3 se van a hacer las colectoras de acá a fin de año, a fin de derivar el tránsito y hacer las intervenciones hidráulicas que aún faltan”, sostiene.

   “Se usarán las colectoras en calidad de desvío. Es decir, la gente utilizará la obra como necesidad nuestra”, agrega el Ing. Maraschín.

La imagen permite apreciar los puentes 11, 9 y 10 (de izq. a der.) que cruzan la vía Darregueira.

   “También trataremos de que los puentes que se vayan terminando se puedan poner en servicio, pero para conectar todo resta un tiempo aún”, asegura.

   “De todos modos, cuando algo se habilite tendrá que ser con todos los estándares de seguridad, señalización y transitabilidad adecuados. Por ejemplo, internamente debemos tener en cuenta que si alguien, por alguna razón, se queda detenido en el puente tiene que haber un encargado para destrabar ese nudo”, afirma el supervisor.

   “¿Si se habilitarán sectores parciales? Mirá, del Sesquicentenario tiene que salir (el suelo para) el terraplén que permita terminar El Cholo. Es decir, no habrá habilitaciones parciales de la obra principal, sino que se trabaja para una conclusión uniforme”, comenta.

   ¿Cuánto suelo hay que mover sólo para este procedimiento? Se trata de un millón de cubos. Es decir, insume el traslado de 166.000 camiones cargados con tierra. Es otra forma de dimensionar sólo un tramo de Paso Urbano.

   “El resto de las colectoras van a empezar a habilitarse como servicio, porque el tránsito no se puede interrumpir y porque la actual traza, en algún momento, deberá demolerse para construir la nueva”, agrega el jefe del Distrito 19 de Vialidad Nacional.

“El arribo de fondos asegura la continuidad”

   La inversión del ministerio de Obras Públicas de la Nación en Paso Urbano, que supera los 12.400 millones de pesos, se realiza con certificaciones mensuales.

   El derrame de dinero mensual en la ciudad es (en promedio) de $ 350 millones. Debe contemplarse que en algunos meses se factura por $ 230 M y, en otros, poco más de $ 400 M. ¿La razón? Depende de la marcha de los trabajos y de las eventualidades climáticas para concretarlos.

   A aquellos $ 350 M deben sumar los sueldos del personal de Vialidad Nacional afectado —en forma directa— a Paso Urbano. Y los convenios de cesión de tierras de determinados sitios. Un detalle: Ante el pedido de VN a sus propietarios, en ningún caso —hasta el momento— se debió llegar al juicio y a la expropiación.

   Está claro que el arribo de los fondos resulta clave para la continuidad de la obra en tiempo y en forma.

   De manera directa, en Paso Urbano trabajan alrededor de 120 empleados. Y otros 80 en forma indirecta también están afectados a diferentes tareas. En períodos clave, como cuando la planta de suelo está a pleno, el número de empleados se prevé ampliar.

“Tengo alguna tranquilidad respecto de la continuidad de la obra”, dijo el Lic. Trankels.

   “Cuando asumió el presidente (de la Nación, Dr. Alberto A. Fernández) dijo que le iba a dar prioridad a la obra pública; y cumplió, porque los recursos llegaron. Luego, el ministro de Obras Públicas (Gabriel Katopodis) vino cuando Paso Urbano estaba neutralizado y nos aseguró que íba a ponerlo en marcha. También cumplió. Y el administrador de Vialidad Nacional (Gustavo Arrieta) la tiene como la obra más importante del organismo”, cuenta.

Silvio Maraschín (izq.), Adrián Velázquez y el director Gustavo Trankels, responsables de la obra Paso Urbano por VN.

   “Esas valoraciones, del máximo nivel de decisión política del país, no son menores. Si hay que priorizar obras, esta lo es”, dice.

   Aunque admite: “Obviamente que no se puede desconocer el contexto en el que nos encontramos, ya sea nacional y del exterior”.