Bahía Blanca | Viernes, 11 de julio

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Las tierras ociosas esperan un destino

Incorporar las tierras ociosas es clave para un mejor funcionamiento de la ciudad

   Desde el área de Planeamiento Urbano municipal se anticipó que el club Olimpo no hará uso de las tierras del ex ferrocarril bahía Blanca al Noroeste –sobre calle Malvinas--, y que las mismas seguirán asignadas a funcionar como espacio público.

   De esta manera se abre una nueva instancia en una polémica que más allá de la entidad que involucra, el fastidio de los vecinos o las solicitudes pendientes para hacer uso del lugar, la realidad es que resulta insostenible que el estado nacional no tome una resolución para unas tierras que, más allá de su valor, conforman una verdadera barrera al desarrollo urbano.

   A poco de pasar todos esos bienes a poder del estado nacional, a mediados de la década del 40, comenzaron a plantearse propuestas de uso que nunca encontraron una respuesta.

   En 1949, por caso, el Ministerio de transporte de la Nación, presentó un proyecto para “reordenar el caos ferroviario local”, con obras que mejoraban la maraña de arterias ferrocarrileras que obstruían su expansión y “crean problemas a su seguridad, evolución inmobiliaria y tranquilidad”.

   La propuesta se basaba en el levantamiento de varios ramales ferroviarios, creando una única estación Central a la altura de la lanera San Blas.

   Las ciento de hectáreas ociosas que fueran propiedad del Bahía Blanca al Noroeste y del Ferrocarril del Sud serían incorporadas a la trama urbana, con planes habitacionales, recreativos, educativos.

   A lo largo de los últimos 70 años lo único que ha conseguido de los entes administradores de esos bienes ha sido el silencio y la indiferencia.

   Quizá sea momento de platear otros recursos, invocar la afectación que significan al ordenamiento local, los constantes actos de vandalismo y la necesidad de tierras que tiene Bahía Blanca.