"Reloj de Arena": 11 años de lucha contra la economía de exclusión
Surgió el 14 de marzo del 2011 y actualmente funciona en la sede de Cáritas, ubicada en Rodríguez 78.
Por Pablo Andrés Alvarez / palvarez@lanueva.com
Aquel sueño de luchar contra la economía de la exclusión y la inequidad y con la posibilidad de cobijar en un único lugar a microemprendedoras artesanales locales acaba de cumplir 11 años.
Se trata del local “Reloj de Arena”, que logró incentivar y poner en marcha los valores de la Economía Solidaria gracias a la conjunción de diversos programas del Estado y del acompañamiento de Cáritas.
La mayoría de los proyectos se capitalizó a través de créditos de la CONAMI (Comisión Nacional de Microcrédito) y se equipó en parte merced al aporte del Banco de Herramientas, que en los últimos días entregó 4 maquinarias a las productoras textiles.
Reloj de Arena surgió el 14 de marzo del 2011 en la isla central del Mercado Municipal, en Donado 151, a partir de la necesidad de un grupo de trabajadoras de La Feria del Lago, de comercializar sus productos de forma diaria y sin depender de las condiciones climáticas.
Actualmente, con la ayuda de Cáritas Diocesana Bahía Blanca, funciona en Rodríguez 78, en la propia sede de la institución católica.
Y con la particularidad de que las mismas manos que producen los artículos, son las que diariamente los ofrecen al público en el local; un día cada una. Todas comercializan los productos de todas.
“Básicamente éste es un local de microemprendedoras artesanales de producción propia. Actualmente somos 8 las que exponemos y vendemos nuestros productos, pero llegamos a ser 10”, contó Isabel Llanquihuen, quien se sumó hace 6 años a este proyecto.
“Cada una fabrica su producto, desde la compra de la materia prima hasta la presentación final en mostrador”, agregó Noemí Di Meglio, otra de las emprendedoras.
En el local exhiben productos textiles (con artículos que van desde los más chiquitos hasta adolescentes), plantas, muñecos de manta polar, tejidos, cosmética natural, bolsos y mochilas y un espacio de sublimación para personalizar productos o vestimenta.
“Obviamente que se pueden sumar más emprendedoras. Nosotros pertenecemos a Ecosol y quien quiera incorporarse debe contar su proyecto, con la única exigencia de ser monotributista y tener la libreta sanitaria para poder atender. La idea es que los productos no se repitan, pero no se le cierra la puerta a nadie”, señaló Llanquihuen.
Reloj de Arena funciona de lunes a viernes, de 9 a 13 (también los sábados en ese horario) y de 16 a 20.
“Nos turnamos entre todas los emprendedoras. Cada una tiene un día fijo y otro que lo vamos rotando”, añadió Di Meglio.
El local se está recuperando del golpe que significó atravesar la pandemia.
“Estuvimos mucho tiempo cerrados, por lo que ahora estamos en la tarea de que la gente vuelva, pero estamos saliendo a flote de a poco. La gente debe saber que somos muy competitivos con los precios y la calidad de los productos es muy buena”, dijo Llanquihuen.
Obviamente que la inflación también juega en contra de microeconomías como éstas.
“Nos favorece no tener intermediarios en la cadena de comercialización. La venta es directa y eso nos permite tener precios buenos. Desde Ecosol hay un banco de herramientas, que ayuda a las emprendedoras en la fabricación de sus productos”.
También coordinan con el Centro de Formación Profesional 402 para el dictado de cursos que permiten capacitarse.
“Siempre buscamos que la oferta de productos sea lo más amplia posible, porque eso nos permitirá ayudar a más gente necesitada que quiere tener su propio emprendimiento”.
Cuentan que los sábados abren un puesto en el Puerto de Ingeniero White, que está funcionando muy bien.
“Necesitamos que la comunidad siga eligiendo este tipo de comercio para generar más fuentes de ingresos estables a sus vecinas”, cerró Llanquihuen.