Bahía Blanca | Martes, 16 de abril

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¿Cómo evolucionaron los aumentos a los jubilados en 2021?

Aunque hubo una recomposición, todavía no se pudieron equiparar viejas pérdidas generadas por los cambios legislativos en materia previsional, advierte un especialista local.

Francisco Rinaldi / frinaldi@lanueva.com

   Las jubilaciones terminaron el año con un leve aumento del 1 por ciento encima de la inflación, aunque las que superaron la mínima no pudieron compensar la pérdida acumulada durante todo 2020 ni, mucho menos, la de los últimos dos años del gobierno de Mauricio Macri, de acuerdo con estimaciones propias.

   Es que, en 2021, todas las escalas de haberes subieron a razón del 52,66% por aplicación de la fórmula de movilidad consagrada por la ley 27.609, aprobada por el Congreso hace poco más de un año. La misma se calcula en base a la evolución de los salarios (RIPTE) y la recaudación tributaria de la Anses por beneficio otorgado, sin moratorias.

   Como resultado, el haber mínimo quedó en 29.061 pesos en el último mes de 2021, cerrando en $ 37.061 al sumar el bono de $ 8.000 del último mes del año. En marzo, abril y mayo se dieron otros tres ($ 1.500 cada uno), y uno más en agosto de $ 5.000. Sin embargo, como se dan por única vez, no inciden en el cálculo de la movilidad.    

   Con todo, con una inflación oficial que cerró en un 50,90%, los jubilados tuvieron una recomposición real del 1,17%. En 2020, el año más complicado de la pandemia, la mínima (sin bonos), había “empardado” a una inflación baja comparando con los niveles actuales (36,1%), corolario del desplome del 10% de la actividad económica producto del aislamiento.

   Pero para el resto de los haberes, siempre en 2020, la pérdida fue fatal: todos los tramos de haberes por encima de la mínima tuvieron que resignar entre 3,36 y hasta 8,63% de poder de compra, promediando un 7% en general.

   Más allá de los números, el columnista de LU2 y abogado previsionalista Alfredo Bernabei llamó la atención con respecto a la poca claridad de los índices utilizados en la fórmula previsional.

   "No puede existir falta de certeza en las variables que se ingresan en la fórmula de movilidad jubilatoria, aun cuando el resultado final haya sido positivo en términos de inflación. Esta circunstancia evidencia que los trabajos previos de las comisiones de expertos en la materia fueron deficientes, mal interpretados o desechados en el proyecto que se transformó en ley, obligando a que se intervenga la norma; directamente a través de la suspensión en su aplicación o indirectamente utilizando bases numéricas no transparentes, como aconteció en el número porcentual resultante para el cuarto aumento del año pasado (12,11 % aumento diciembre 2021)”.

   Capítulo aparte merecen los perjuicios a los pasivos que generan los cambios permanentes de las leyes jubilatorias, que derivan en un número de actualizaciones inferiores o por debajo de las correspondientes.

   “Lo que está mal es que ante cambios en la legislación no se respeten los correctos empalmes en la ley. Y esto aconteció tanto con el gobierno actual (ley suspendida/aumentos por decreto) como con el anterior, donde el perjuicio para los pasivos fue una constante. De hecho, la Justicia reconoció este planteo, pero ello genera problemas para los jubilados, quienes no tienen el tiempo a su favor”, finalizó Bernabei.