El mensaje de la FUAR que llegó a los clubes bahienses y de la región
La institución sin fines de lucro asiste a 32 lesionados del rugby. Hoy se jugará el torneo de golf a beneficio, en el Club de Golf Palihue.
Ante buen marco de público se presentó anoche en nuestra ciudad la Fundación de la Unión Argentina de Rugby (FUAR), institución sin fines de lucro que ayuda a los lesionados graves del rugby. Es, junto con el Fondo Solidario, la red de contención social, espiritual y económica que existe en el rugby argentino para quienes sufrieron discapacidad.
En la sede de Sociedad Sportiva el acto comenzó con palabras del presidente de la Unión de Rugby del Sur, Antonio Soriano, quien agradeció la presencia a los clubes, el apoyo de los sponsors y al club anfitrión por haber brindado sus instalaciones de manera desinteresada. También reconoció el trabajo de Alejandro Marini, Martín Azpiroz y Oscar Doria para concretar la llegada de FUAR y la realización del torneo de golf que se disputará hoy en el Club de Golf Palihue, que tiene como objetivo recaudar fondos para la fundación.
“Tenemos representantes de casi todos los clubes de la Unión. Gracias por estar hoy acá. También quiero agradecer a la gente del Club de Golf, Hugo Borelli y Miguel Donadío. Han sido aliados fundamentales. Sin el Club de Golf este evento hubiera sido imposible de llevarse a cabo”, expresó Soriano, quien acto seguido procedió a un intercambio protocolar de obsequios con Jorge Allen, presidente de la institución que trabaja por los lesionados.
“La inquietud de la FUAR pasa por dos puntos principales: recaudar para los lesionados y segundo tratar de que nos conozcan. Por eso hemos traído a Nacho Rizzi, gerente general de la fundación, para que conozcan cómo funciona la FUAR”, afirmó Allen.
Luego tomó la palabra el propio Rizzi, lesionado del rugby cuando jugó en Francia a fines de los ochenta.
Luego de dos años de recuperación en ese país, regresó a la Argentina e impulsó la creación de la Fundación Rugby Amistad en 1992. Que en 2015 dio lugar a la actual FUAR, que a diferencia de la antigua fundación depende de la Unión Argentina.
“Quiero agradecer que estén el Ruso Marini y José Luis Veiga a quienes conozco hace mucho años, de cuando no existía la FUAR y nos costaba un montón visitar a los lesionados porque no teníamos plata. Hoy para nosotros la FUAR es un sueño hecho realidad, viajar, estar, ir a donde nos llaman” afirmó Rizzi, quien además es una de las caras de la faz administrativa de la fundación.
“La misión principal de la FUAR es mejorar la calidad de vida a los chicos. Nuestra vida cambia literalmente al estar en silla de ruedas. Tenemos un montón de… No sé si decir problemas, diría obstáculos. En muchas cosas necesitamos más de lo normal. La mitad de nuestros chicos lamentablemente no mueven los cuatro miembros, por lo tanto hay que vestirlos, asistirlos, darles de comer y para eso se necesita un asistente, cuyo costo es bastante elevado y no todas las obras sociales lo cubren. Lo que queremos es que a ninguno de nuestros 32 chicos le falte algo”, dijo ante un auditorio integrado por jugadores, entrenadores y dirigentes.
“Desde el minuto uno que nos enteramos de la lesión de un jugador estamos con la familia, con la unión, con el presidente del club, con su entrenador para conocer los detalles. Y desde ese momento, nosotros decimos que le damos la mano (al lesionado) para no soltársela más. El compromiso es para toda la vida. Es porque hay un compromiso de todos los miembros de la FUAR de no abandonarlo y estar siempre con ellos, todos los días”, agregó.
“Estos 32 chicos a los que asistimos en la actualidad reciben un apoyo económico mensual. Gracias a la cena, en la que nos fue muy bien, podremos pagarles hasta fin de año 170 mil pesos por mes a cada uno. Pasado eso, volveremos a 130 o 140 mil. Pero es sólo un apoyo económico. Queremos que no les falte nada y que tengan una buena calidad de vida. Hay quien necesita una cama ortopédica o una silla (de ruedas) ultraliviana o especial, también se le acerca”, dijo Rizzi.
También se refirió al Fondo Solidario, que se le cobra a todo aquel jugador de rugby con el fichaje.
“El fondo solidario lo administramos nosotros. Es un fondo que se nutre del fichaje de todos los jugadores del país. Y lo administramos para todo aquel jugador que no tenga obra social y sufra una lesión leve o grave. Cubrimos a través de un reembolso”, explicó.
Testimonios
Así como Rizzi abordó los aspectos relacionados a la funcionalidad y alcances de la FUAR, la jornada también aportó el testimonio de jugadores bahienses que sufrieron lesiones graves como Alejandro Marini (jugó en Sociedad Sportiva) o José Luis Veiga (Universitario).
“Cuando me lesioné hacía muy poco que estaba en el club. A mí me ayudó Rugby Amistad, que estaba con Nacho (Rizzi). Y también tuve un apoyo tremendo de mi club, donde descubrí mucho más el rugby a partir de la lesión y disfruté de trabajar la lesión para mí y para el entorno que eran mi familia, mis amigos, mis nuevos amigos y toda una sociedad que te apoyaba. La FUAR sintetiza todo eso. Se formalizó. Al principio lo veía a Nacho haciendo todo a pulmón y hoy hay toda una estructura atrás que lo trabaja, que lo comunica. Se logró formalizar algo que por ahí antes era un tema tabú y hoy nos vemos todos en el mismo círculo”, dijo “El Ruso”.
Veiga, en cambio, formó parte de otra generación del rugby bahiense aunque su puesto en cancha fue el mismo que el Ruso Marini: segunda línea.
“Lo que es el rugby, la amistad y la pasión que generan el rugby no mueren con un infurtunio como el que en su momento tuve yo. Mi caso fue un 8 de octubre hace 44 años. Hace cuarenta y cuatro años no existía la FUAR, no tuve la posibilidad de tener una asistencia económica ni nada que me hubiera facilitado más las cosas. Fue todo a pulmón de familia. Hoy se generó una idea de que a partir de que el incidente se produce, se necesitaba algún apoyo. Por eso se creó la FUAR. La fundación hoy forma parte de todos los accidentados y de los que se pudieran accidentar mañana. Esto tiene que continuar. Es necesario que FUAR exista”, dijo “El Sordo”.
Otro de los testimonios fue el de Juan Pablo Bello, asesor de FUAR y padre de Jerónimo, el recordado primera línea de SIC quien falleció en 2019, tres años después de lesionarse en un scrum durante un partido del torneo de Buenos Aires.
“Mi hijo quedó cuadripléjico, estuvo dos meses terapia intensiva, luego un año en un centro de rehabilitación. Yo no estaba cuando se lesionó. Llegué a la medianoche al hospital y ahí estaban esperando como dos granaderos en el hospital, el presidente de la fundación en ese momento, El Gato (Ricardo) Handley y el presidente de la Unión de Buenos Aires, Lucho Gradín. Luego se acercó Nacho. Yo digo que desinteresadamente, porque la verdad lo que hace no tiene precio”, dijo.