Bahía Blanca | Lunes, 14 de julio

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La infancia de Bahía, en emergencia: ¿Y a mí cuándo me toca jugar?

En la ciudad hay niñas y niños que no tienen posibilidad de reclamar su derecho al deporte o al juego, porque antes necesitan conseguir qué comer o ropa para ir a la escuela. 

Fotos: Archivo La Nueva.

Silvina B. Juárez / Especial para "La Nueva."

  “Recuerdo un Día del Niño, festejando en el barrio Esteban Napal, fuimos varios voluntarios y preparamos  juegos y cosas ricas para ofrecer. Nunca nos imaginamos que íbamos a llegar a ver semejante situación: vinieron chicos descalzos”, contó Daiana Brandan, trabajadora social, referente del Consejo Local de Niñez y Adolescencia e integrante de la ONG Creer Sí.

   Precaria atención sanitaria. Vaivenes en educación. Alimentación poco saludable. Trabajo infantil. Se tratan de algunas de las situaciones que manifiestan derechos vulnerados de las infancias de nuestra ciudad.

   “Declaramos a la niñez en emergencia. Ya se suman más de mil días sin respuestas oficiales. Vemos no sólo que la niñez está siendo afectada sino los programas que se encargan de brindar contención. Están colapsados y se trabaja, básicamente, con emergencias, sin posibilidades de abocarse a la prevención”.

   Brandán también comentó que los trabajadores encargados de los Programas Locales cuentan con cada vez menos posibilidades y herramientas para afrontar la situación, incluso cobran sueldos que están debajo de la línea de pobreza. Quedan sólo seis Programas Envión, que son los únicos destinados a adolescentes. Se trata de equipos que no están completos y trabajan en forma precaria, pese a la voluntad y vocación de los referentes.  

      “Creer Sí, por ejemplo, es la única ONG que brinda tratamiento psicológico a menores abusados, pero no es advertido por el Estado. Mientras ellos mismos nos mandan casos para que nos hagamos cargo, nosotros trabajamos ad honoren”.

   Sin oportunidad de planificar estrategias de trabajo, las infancias más pobres tienen su futuro marcado.

   Se trata de niñas y niños que no tienen posibilidad de poder reclamar su derecho al deporte o al juego, por ejemplo. Porque antes que jugar o practicar una disciplina, necesitan conseguir qué comer, o ropa para ir a la escuela. 

   “Más del 60% de la población infantil vive en condición de pobreza, según datos de UNICEF. Pero no es necesario ver ejemplos lejanos, hay chicos pidiendo a toda hora en el centro, o vendiendo medias. Eso es trabajo infantil, y lo hacen porque no les queda otra. No tienen otra salida. No podemos mirar para otro lado”, cerró.