Bahía Blanca | Martes, 15 de julio

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“Tatín” De Mattía: “Hice muchos goles, pero en El Ciclón la rompí, jugaba de 9”

Muy querido en el ambiente, Juan Carlos repasa su carrera, sus inicios y debut en Primera en Olimpo, su feliz estadía en Carmen de Patagones y su presente, donde se deleita viendo jugar a sus 5 nietos en Bella Vista.

La pelota en la mano y el Parque Infantil, en el barrio La Falda, de fondo, donde “Tatín” De Mattía solía jugar “picados” con amigos. Fotos: Emmanuel Briane y Archivo La Nueva.

Por Javier Oscar Schwab / [email protected]

(Nota publicada en la edición impresa)

 

   Parado en la puerta de su casa recibió un paquete de cadetería que rápidamente ubicó debajo del brazo izquierdo. Inmediatamente empezó a sonreír.

   ¿El contenido? De los regalos más preciados por un jugador de fútbol: botines nuevos.

   “Tatín” de Mattía imaginó la felicidad de su nieto de 6 años, Milo y, seguramente, recordó sus inicios, cuando un par de zapatillas era lo que había para jugar en el baby del club La Falda.

   “En casa no faltaba nada, pero al fútbol jugaba en zapatillas. Recién usé botines cuando llegué a Olimpo, en 1962. Es el regalo más lindo”, afirmó Juan Carlos.

   Y cuando dice “más lindo”, es porque piensa en sus nietos: son 5 y todos juegan en Bella Vista.

   “Bautista, de ‘9’ como me gustaba a mí; Tomás,  de '5'; los mellizos (Martiniano y Valentino, 11 años), y el más chiquito, Milo (6)”, dijo.

   -Son tu debilidad.

   -Sí. Ahora no los puedo ver porque no puedo entrar. Todos tienen algo especial, son muy educados y buenos para recibir consejos.
“Milo aún no entiende mucho. Le pega la pelota en la cara y le dice al profe que tiene que cobrar penal. Y agrega: ‘lo pateo yo… (risas)”, cuenta.

   De Mattía jugó 158 partidos en la Liga del Sur –convirtió 64 goles- entre Olimpo, Liniers, Pacífico y Puerto Comercial; y dos de ellos en el seleccionado liguista.

   Y tuvo una época de esplendor, entre 1975 y 1977, en la Liga Rionegrina, con la casaca de El Ciclón.

   “Soy feliz por lo que me dio el fútbol. Tengo muchos amigos y me quieren en todos lados”, afirma “Tatín”, quien cumplió 72 años el pasado 31 de mayo.

   -¿Qué te genera el barrio?

   -Alegría. Vivo en la casa que era de papá (Guido). Compartí  la felicidad con mi esposa María Eva, quien falleció en 2008. Fruto de ello tenemos tres hijas (ver foto) maravillosas: Luciana (41), María Elvira (39) y Gina (30).

   "Ando con achaques pero estoy entero, y eso que por el futbol soporté siete operaciones; y tengo una prótesis de titanio".

   -¿Te retiraste en 1982?

   -En Comercial. Jugaba con Alejandro Dichiara, Juan Bazerque y Adolfo Crocci, entre otros. Venía de Pacífico, tenía algunos problemas de rodilla y en el primer partido, sin querer, Horacio Robledo, de Sporting, me pegó un patadón. Sentí dolor, pero seguí. Después se hizo una sinovitis crónica. El doctor me dijo que no podía jugar más: ‘Tenés los meniscos rotos’. Pero no me podía bajar así nomás.

   "El 'Cholo' Tunessi, un señor, me había pagado por adelantado, y cuando me lesioné le quise devolver los cheques. No los aceptó, entonces decidí arriesgar. Jugué infiltrado, luego descansé y más tarde me agarró una infección en la pierna. Había hecho un gol contra Olimpo y un día le dije a (Héctor) Persevalli, el DT: 'No puedo más'”.

 

   -La gente te recuerda como un gran jugador; pero, ¿cómo surgió el apodo?

   -Jajaja. Por un cómico chileno, Tato Cifuentes. Iba a la casa de un zapatero vecino,  mientras él trabajaba yo cantaba: ‘Soy Tatín, el chiquitín’. El zapatero empezó a decirme  ‘Tatín, Tatín, Tatín’… Y quedó".

   “En casa mi familia me dicen ‘Tato’. Mi papá, cuando estaba enojado, me llamaba Juan Carlos, ja ja ja”, recordó.

   Cursó en la Escuela N° 29 y jugaba un Intercolegial cuando un señor de apellido Giorla lo invitó a sumarse a Olimpo.

   “A mí y otro compañero. Si vienen a Olimpo les damos botines. Imposible decir no. Jugaba al baby en La Falda, era algo desconocido. Quedamos los dos, pero mi compañero era hincha de Bella Vista, se fue. Empecé en sexta a los 13 años y al siguiente (1963) se creó la séptima y salimos campeones. Le ganamos a Huracán en cancha de Comercial".

   -¿Cuándo debutás en Primera?

   -En 1968. No había cambios. Me fui a un cumple de 15, me acosté tarde. En Punta Alta, contra Sporting estando en el vestuario llegó una notificación. Carapella me pedía para la primera porque había faltado un jugador.

   “El único que se sentaba en el banco era el arquero suplente (Guillermo Bossio). Atajaba ‘Pochi’ Sánchez y estaban Juan Gerardi, Juan Bazerque, José Luis Barrado, ‘Bambi’ Flores, 'Bicho' Mosconi, ‘Cabecita’ Gómez, entre otros. Jugué de wing derecho y Gerardi pasó de '4'. Me dieron dos o tres pataditas fuertes, un tal  Robañera (Ndr: Carlos). No toqué muchas pelotas, pero faltando dos minutos perdíamos 1-0 y ‘Pochi’ Sánchez, nuestro arquero, era figura.

   “En una de las últimas jugadas tiró un centro 'Cabecita' Gómez, le gané por adentro a Robañera y como venía le pegué con la canilla y la calvé en un ángulo. Me agarró una desesperación, no sabía qué hacer. Todos encima mío y Bazerque a los gritos: ‘Déjenlo al pibe que lo van a ahogar…”

   “Cuando llegué a casa toda la familia asombrada. ¿Jugaste en primera? Escuchaban el partido por radio, ni idea tenían. Mi madre me pegó un buen reto: ‘Te acostaste como a la 4 de la mañana…, jajaja’”, recordó.

 

Su etapa en Patagones

   Volvió a Reserva, pero también integró el plantel -citaron  14 jugadores- en la final de 1968 contra Rosario, en cancha de Villa Mitre.

   "Un triunfo para cada uno -en Villa Mitre y Liniers- y en el tercero fue 3-3, otra vez en cancha de Villa Mitre. Seguimos empatados en el suplementario, pero había un apartado en el reglamento para definir por córners a favor. Barrado y Mosconi la llevaban a un costado, cerca del banderín y el ‘Mellizo’ Marcos la mandaba al córner. Ganamos 11 a 4.

   "Rosario tenía un equipazo, no fue lo más sensato definir el torneo de esa manera", aseguró.

   -Como campeones se ganan el derecho de jugar el Regional del ’69.

   -Claro. La famosa final con Desamparados de San Juan que se definió por la moneda. Perdimos 2-1 allá y ganamos 2-1 acá. En los penales "tato" Zapata convirtió los tres que se ejecutaban y ellos también los marcaron. La moneda nos jugó en contra.

   -¿Cómo fue su etapa en Patagones?

   -Maravillosa, mi mejor momento y pude jugar de “9”, como quería. Fui a El Ciclón, porque me habían visto en un amistoso contra el Independiente campeón del mundo. Tenía un cabezazo terrible, me la pasaba todo el día con una pelota de goma contra la pared.

   "En el partido contra el ‘Rojo’ fui capitán, un halago de Carapella porque sabía que yo era hincha. Lo tenía enfrente a (Ricardo) Bochini, que venía de marcarle el gol de la final Intercontinental a Juventus. Estaba emocionado, ligué el banderín de seda con la cara de todos los jugadores de Independiente, una belleza”.

   -¿Te dejan ir de Olimpo?

   -(Mario Oscar) Macagno no quería, pero insistí porque traían figuras y quedaba tapado. Allá estaba Daniel Rosas, que había jugado conmigo en Olimpo. A fines del ’74 me vinieron a ver. Ganaba el sueldo de un bancario, más casa y comida. Se arregló el pase a préstamo y un partido en Patagones con la recaudación para Olimpo.

   "La cancha reventaba de gente, con tres o cuatro filas de asientos donde no había tribunas; le ganamos e hice un gol. Teníamos un equipazo. En el Regional, primer partido, empatamos con Cipolletti; marqué un gol de penal porque el encargado no quería patearlo. Para mí era el bautismo en esa liga pateando penales; desde ese momento el técnico me bancó y empecé a patearlos a todos, jajaja”.

   -Lo recuerdan porque hizo muchos goles.

    -Muchísimos, más de 100. Salí goleador en todos los torneos. Ganamos los tres campeonatos jugados desde el 75 al 77. Le gente me llama, me invita a ir. Estoy en deuda con mucha gente aunque guardo los mejores recuerdos.

 De Mattía vistiendo la casaca del seleccionado de la Liga Riongegrina.
 
 Juan Carlos De Mattía junto a Luis Vargas, jugador formado en Chacarita Juniors.

 

   -¿Porqué no se quedó?

   -Porque mi mamá (Elvira) estaba enferma. Me vine y al poquito tiempo falleció. Se lo había prometido, la palabra en mi caso tiene un gran valor.

   -¿Y apareció Liniers?

   -En un amistoso, antes del Regional ’78. El técnico era Carapella. Le ganamos 2 a 1 y le comenté que me venía para Bahía y que todavía no tenía equipo. “Te venís conmigo”, dijo. Liniers estaba en la B, pero ese año ascendimos; en 8 partidos salí goleador.

   “Eduardo Diomedi, el 'Gringo' Giuliani, Miguel, Carlos Quinteros, Cornachini, Villar…; un equipo bárbaro. En la A anduve muy bien, hice más de 20 goles en 26 partidos”. 

   -¿Carapella se va y te lleva a Pacífico?

   -Al año siguiente. Pacífico me compra el pase, que lo tenía El Ciclón. Jugaba de “7”. Estaban Alberto Isidoro González, “Quique” Panelli, Yaconi y el “Ruso" Pekel. Tres años consecutivos subcampeones, porque nos cruzábamos con Olimpo, que era tremendo.

   -¿Qué atesora de su paso por Pacífico?

    -La multitud que iba a la cancha. Una pasión tremenda, una vez llenó la tribuna visitante de Sporting un día de lluvia. En el ’81 llegó “Perico” Pérez, incorporó muchos refuerzos, entre ellos tres delanteros, y ya me tocaba alternar.

   -¿Es cierto que estando en Liniers se le frustró un pase a un equipo de Buenos Aires?

   -Ufff… Jugaban Liniers-Pacífico, cancha repleta. Veía que los dirigentes andaban dando vueltas cuchicheando. El árbitro era Juan Carlos Loustau. A los 10 minutos tiran un centro, la paro con el pecho, esquivo al "1" y hago el gol. Levanta la bandera el línea, Loustau lo anula y a la par mía sale corriendo ‘Pancho’ Ghidini, que tenía bigote igual que yo. El línea informa insulto del de bigote, y me expulsan a mí.

   "Nunca me habían echado. En el vestuario, los dirigentes se agarraban la cabeza. ¿Qué hiciste? Nada, vayan a peguntarle a Ghidini. Te vinieron a ver los dirigentes de Argentinos Juniors. A vos y a (Eduardo) Diomedi. ¿Quién era el 10 de Argentinos? Maradona. No sé si me llevaban, pero esa chance se frustró por culpa de otro”.

   “¿Por qué no me dijeron la verdad? Para no ponerme nervioso. Con mi experiencia ya no cabía esa posibilidad”, acotó.

 En el seleccionado liguista. "Tatín" (de bigote) acompañado por Hugo Vicente (Olimpo), Roberto Larroque (Sansinena) y el cordobés Fernández (Villa Mitre).

 

    -Una vez retirado se dedica a dirigir.

    -(Se emociona). Gracias a Alfredito Maldonado, el “Colo”. Era padrino de una de mis hijas. Va a Tiro Federal y un año después me llama para dirigir la Reserva.

   “Manejala como quieras, te tengo una fe bárbara porque ves bien el fútbol”, me dijo.

    “Esos chicos eran extraordinarios. Salimos campeones; y Alfredo hace un campañón con la primera. Cuando se va él, en el ’86, me la pasan a mí y ascendimos a la A. Llevé de refuerzos a Adrián Rodríguez, el ‘Chupi’ Miguel, Carlos García, el ‘Ruso’ Baraovsky y el ‘Oso’ Cuevas. En Tiro tenía al ‘Moncho’ Fernández, Fabio Menzabotta. Puse a pibes como Aceituno, Calderón, Gonzalo Rodríguez. En la final le ganamos 1-0 (gol de José Luis Salika, de penal) a Bella Vista en cancha de Olimpo”.

 

Una vez retirado acepta la propuesta de Alfredo Maldonado para dirigir a Tiro. "Era el padrino de una de mis hijas. Fenómeno de  persona", dijo De Mattía.

    -En Bella Vista dirigía el “Laucha” Jorge Ressio.

    -Sí. Nos dimos un gran abrazo, él me adoraba, jugábamos juntos y me decía “Monito”.

    -Y después las menores.

    -Otra linda etapa. Me gustaba enseñar. Lo tuve a Gonzalo Rodríguez, Mauro y “Rafa” Coletto, el “Loro” Derrac, Diego Pucci, Facundo Casale. Las categorías ’70 y ’71 eran muy buenas. En el ’92,  cuando me dejaron todos los pibes, volví a dirigir primera e hicimos una buena campaña.

    -En Olimpo también dirigió menores.

    -Sí, a las categorías ’81, ’82, ’83 y ’84 en 2005. Veía bien hasta que un pícaro del club me hizo una cama con una planilla de la categoría ’84. Estábamos por ganar el campeonato, pero los padres se quejaron que no había planilla. Lo había dejado en el vestuario y despareció. Ledo se enojó conmigo, discutimos y decidí dar un paso al costado.

    “La planilla estaba en la utilería, cuando la fui a buscar la hicieron desaparecer. Con el tiempo supe quiénes fueron, pero no me voy a rebajar a mencionarlos porque son poca cosa”, señaló.

    “En el ’89 volví y dirigí a la mejor categoría de menores, con 67 partidos sin perder. El arquero era Bilbao y estaban Valderrama, Salazar, Brian Scalco, Gastón Fidalgo, Agustín Tauro, entre otros. Y más tarde dirigí a la ’91, donde jugaba Gemán Pezzella. Era ‘5’, pero lo puse de ‘2’. Había venido de Kilómetro Cinco, lo mandé atrás y lo hice debutar. Lo reconoció en una nota en el diario”, acotó.

    -¿El mejor gol?

    -En cancha de Cipolletti, de cabeza. Me marcaban dos centrales de All Boys. Estaba de refuerzo para Villa Congreso de Viedma en 1979.

    “Le hice 4 goles a Cipolletti, dos en Viedma y dos en "La Visera". Tiró un centro el "Ruso" Castro, salté con los dos centrales, les saqué una cabeza y, desde el borde del área grande, la clavé en un ángulo. Todos me decían: 'No sabés el gol que hiciste...' . Cuando caía al piso sabía que era gol, pero no pude ver todo el recorrido”, contó.

 En Patagones, a cancha llena. Junto a Juan Carlos De Mattía entre José Luis Montero (izq.) y Daniel Rosas.

 

    -¿Un amigo del fútbol?

    -Coseché muchos. Alfredo Maldonado fue un hermano, más que un amigo; y Daniel Rosas otro amigazo.

    -¿Un técnico?

    -Rodolfo Carapella, un adelantado. Tenía facilidad de expresión, trabajaba bárbaro.

   -¿Un equipo?

   -Olimpo del 1974, Liniers ’78 y Pacífico de 1979 y '80.

   -¿Está conforme con lo que hizo en el fútbol?

   -Orgulloso. Nunca fui agrandado, siempre mantuve un perfil bajo. Agradecido de lo vivido en el fútbol, de la gente que conocí y de los reconocimientos recibidos.

   
 Cuando enfrentó al equipo de "Las Estrellas", posando junto a Raúl Armando Savoy (exChacarita, Independiente y Boca).

 

158
 

Partidos en Liga del Sur. Jugó entre Olimpo (1968/74), Liniers (1978),  Pacífico (1979/81) y Comercial (1982). Y la Selección de la Liga del Sur (1979).

 Datos aportados por Eduardo "Cocho" López.