El caso Cuchán y el dilema de su reinserción en la sociedad
Condenado a 17 años de cárcel por descuartizar y quemar a Luciana Moretti, en pocas semanas cumplirá la pena y quedará libre, pero los informes psicológicos desaconsejan esa medida. Especialistas analizan la situación.

Audionota: Mariano Muñoz (LU2)
Pablo Víctor Cuchán quedará libre cuando en dos meses cumpla la pena de 17 años de prisión por asesinar, descuartizar e incinerar a Luciana Jimena Moretti en 2004 en Ingeniero White pero, paradójicamente, psicólogos del Servicio Penitenciario Bonaerense aseguran que hoy aún no cuenta con “pronóstico favorable” para su reinserción social.
Cuando la Justicia le otorgó la libertad condicional y estuvo excarcelado entre 2016 y 2019, la conducta del homicida no fue la pautada por la ley.
En 2017, una expareja de Cuchán lo denunció en Monte Hermoso por violencia de género y ese mismo año la supuesta foto del asesino en Tinder, una aplicación para relacionarse, generó repudio en redes sociales.
Al año siguiente, la mujer radicó otra denuncia en su contra por amenazas.
Finalmente, en 2019 se le revocó la excarcelación porque fue acusado de intentar ahorcar a una chica y chocar su auto, que conducía en estado de ebriedad.
El dilema es claro: este sujeto, de 42 años, que siempre proclamó su inocencia tiene derecho a recuperar la libertad porque en octubre agota la pena aunque, por otro lado, sigue siendo peligroso para la vida en sociedad.
Rasgos de “omnipotencia y narcisismo”, dificultades para relacionarse pacíficamente con el otro sexo, actitud “exculpatoria con la que minimiza y justifica su responsabilidad” en el asesinato de la chica de 15 años y falta de “reflexión y autocrítica” son las principales conclusiones de psicólogos de la cárcel de Saavedra, donde Cuchán está preso.
Esta evaluación del interno fue clave para que la justicia de Ejecución Penal bahiense le denegara hace poco la libertad asistida por agotamiento de pena.
Según la licenciada en Criminalística Olga Fernández Chávez, un individuo que llega al punto de desmembrar a una mujer “no revertirá esa estructura ni tendrá una vinculación sana” con el sexo femenino.
“El problema de la personalidad narcisista es que no se puede cambiar porque es un trastorno de la personalidad; es una estructura de base. Su dificultad para vincularse con mujeres implica una grave disfuncionalidad que generaría el riesgo de reincidir en una actitud de este tipo”, analizó Fernández Chávez.
“(El condenado por homicidio) demuestra tendencia a la agresividad, bajo control del impulso y escasa responsabilidad por las consecuencias de sus acciones, por lo cual quizá no cometa el mismo delito pero sí posiblemente ilícitos de menor envergadura, aunque no dejan de ser hechos delictivos”, agregó.
Para la especialista, una persona con las características de Cuchán “no mejora ni empeora porque se trata de su estructura de base”.
“Uno puede entrenar a un narcisista para que vaya a una reunión a horario, pero no obligarlo a que quiera escuchar lo que le dicen. Son como una bandita de goma que siempre vuelven a su estructura inicial”, ejemplificó
“Hay muchos intentos de teorías y tratamientos, pero hasta ahora no se desarrolló ninguno que haya logrado resultados efectivos. Si tiene un trastorno de la personalidad no veo cómo pueda mejorar, más allá de que sea un delincuente o no”.
“Una acción de reflexión es esperar demasiado de alguien que cometió un homicidio de esta entidad”, continuó la perito.
También se refirió al estado de “distorsión” al tener que vivir todos los días “sin culpa”, porque de lo contrario “no podría sobrellevar las consecuencias de sus actos”.
Para Fernández Chávez, la psiquis de cada recluso incide en la eventual resocialización intramuros.
“Hay internos que alcanzan estudios universitarios y se reforman, mientras que otros empeoran muchísimo porque conviven con otros delincuentes. La reincidencia depende del tipo de delito cometido y de la estructura de base”, finalizó.
Derecho Penal
A criterio del médico legista Daniel Navarro, el Derecho Penal no castiga por la peligrosidad de una persona sino que condena por un delito.
“Por su personalidad, (Cuchán) hipotéticamente tiene más posibilidades de cometer actos violentos contra una mujer que los demás, pero esas características no son motivo de una (nueva) sanción penal”, explicó Navarro.
“En todo caso, el cuidado lo debe tener la mujer que se relacione con él, pero también se da la particularidad que algunas mujeres tienden a buscar este tipo de pareja. En 1996 Fabián Tablado mató a su novia (Carolina Aló) de 113 puñaladas y volvió a armar una pareja con la que tuvo un hijo”, comparó.
“A veces la mujer no tiene el debido cuidado e incluso algunas personalidades se sienten atraídas por estos sujetos, porque creen que pueden cambiarlos o salvarlos”, sostuvo el legista.
Por otra parte, consideró que la cárcel “no reforma ni reeduca” y afirmó que si Cuchán ingresó “mal” en el sistema carcelario egresará de prisión en “peores” condiciones.
“No va a salir hecho un angelito sino al contrario, pese a que en las cárceles se brinda educación universitaria que posibilita la resocialización de presos”, destacó Navarro, que además es psiquiatra.
El profesional también dijo que “hay que tener cuidado con los informes que se realizan en el Servicio Penitenciario, porque tienden a ser bastante negativos para el interno. Tienen una mirada prejuiciosa, peligrosista y se inclinan más por dejarlo preso que liberarlo. Qué es portarse bien adentro de una cárcel”, continuó.
“Dicen que cuando un alumno no pasa de grado, el problema no es de él sino del profesor. Entonces de quién es el fracaso si no se logró modificar al sujeto después de tenerlo 17 años preso y someterlo a tratamiento. La gente se alarma, pero la Justicia no puede hacer nada después de que cumpla la condena”, concluyó Navarro.
¿Está apto o no?
Maximiliano de Mira, abogado de Cuchán, desconoce si su cliente está apto o no para reinsertarse socialmente y remarcó que esta cuestión también “escapará al control de la Justicia” una vez que su defendido cumpla la pena.
“Para eso está el sistema (penal), para hacerle un seguimiento. Cuando estuvo libre, el Tribunal (en lo Criminal Nº 1, que en 2007 lo condenó) ordenó hacerle un seguimiento psicológico que cumplió y recibió el alta. Si el sistema funciona, Cuchán estaría apto; de lo contrario no le hubiesen dado el alta”, reflexionó el defensor.
El letrado aseguró que su pupilo seguirá siendo blanco de la condena por parte de la sociedad.
“Lamentablemente no hay una conducta cívica de respeto a las decisiones judiciales, tanto las que están bien como las que están mal. Por eso alguien que cumplió la totalidad de la pena impuesta va a seguir siendo blanco de la condena social”, indicó De Mira.
“También es preocupante que un organismo público (en referencia a la Municipalidad de Monte Hermoso) lo haya declarado persona no grata”, añadió.
De Mira, por otro lado, criticó la sentencia judicial mediante la cual se le negó la libertad asistida a su cliente y argumentó que los informes del SPB sobre Cuchán, en los que se basa el decisorio, están desactualizados.
Monto de pena “bajo”
Paralelismo. El fiscal Marcelo Romero Jardín hizo hincapié en el monto de pena “bajo” que recibió Cuchán y trazó un paralelismo con el caso de Galo Ochoa, condenado a 12 años de cárcel por atropellar y matar a Matías Streitenberger en 2018.
Perpetua. “Lo de Cuchán hoy sería perpetua. Vaya a saber por qué le dieron esa pena tan baja, si se tiene en cuenta por ejemplo que a Ochoa le confirmaron 12 años por un hecho que no deja de ser de tránsito. No hay relación”, señaló.
Proceso. Al nombrado se lo detuvo el 25 de octubre de 2004 y permaneció privado de su libertad hasta el 19 de abril de 2016, cuando se lo excarceló. A fines de abril de 2019 le revocaron la libertad y desde esa fecha continúa encarcelado.
Domicilio. Cuando el 24 de octubre venza su pena, Cuchán se radicaría nuevamente en la vivienda de su padres, en Monte Hermoso.