Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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La Argentina se pone cada vez más la camiseta del trigo y el maíz

En esta fecha se recuerda la primera exportación de trigo argentino, concretada en 1926. Hoy, casi un siglo después, los cereales más importantes del país siguen ganando protagonismo, generando una agricultura cada vez más productiva y sustentable.

Foto: Pablo Presti-La Nueva.

   El 14 de agosto de 1926 se concretó la primera exportación de trigo desde la Argentina. Por ese motivo, en esta fecha se celebra el Día del Cerealista, para recordar lo que constituyó un hito para los cereales del país. Desde entonces, en los casi 100 años que pasaron, los cereales argentinos atravesaron múltiples circunstancias hasta alcanzar el momento actual, que los encuentra en pleno crecimiento.

   Los dos principales cereales argentinos son, justamente, el trigo y el maíz. Siendo el trigo el de mayor superficie sembrada, pero superando el maíz por volumen de producción. Entre ambos constituyen la mayor parte de la cosecha del país, lo que marca el perfil cada vez más sustentable que viene adquiriendo la agricultura argentina en los últimos años.

   Justamente, estas dos gramíneas son los dos principales cultivos a los que se destina la urea que produce Profertil en Bahía Blanca, ya que el nitrógeno provisto por la urea es el nutriente clave para la producción de estos cereales, aumentando su rendimiento, calidad (proteínas) y, al mismo tiempo, protegiendo el suelo.

   El suelo es un recurso estratégico en la producción de alimentos y cuidarlo es fundamental para asegurar la sustentabilidad ambiental en un mundo amenazado por el cambio climático.

   En ese contexto, que cereales como el trigo y el maíz muestren un crecimiento sostenido en la Argentina es una muy buena noticia, que vale la pena destacar en el Día del Cerealista.

   Para esta campaña que ya comenzó, la 2021/22, las estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario indican que se cosecharán 54 millones de toneladas de maíz y más de 20 millones de toneladas de trigo. Casi 75 millones entre ambos cereales. Para la soja, por su parte, se calcula una cosecha que podría acercarse a 50 millones de toneladas.

   Como lo muestran claramente los números, los dos principales cereales del país generarían un volumen de producción casi 50% mayor al de la oleaginosa.

   Si en lugar de medirlo en volumen de producción se mide en hectáreas, el crecimiento que registraron ambos cereales desde la campaña 2015/16 es igualmente impresionante. En ese ciclo, entre ambos cultivos se implantaron 8 millones de hectáreas. En el actual, los dos explican casi 13 millones de hectáreas sembradas, una expansión largamente superior al 50%.

   Junto con el crecimiento del área sembrada, la tasa de aumento en la productividad de estos cultivos crece con cada campaña, ya que el uso de herramientas de diagnóstico para la mejor nutrición y nuevas tecnologías en genética y manejo del cultivo, ayudan a mejorar la eficiencia de uso de los insumos y del agua, y así de a poco, se van achicando las brechas de rendimiento que existen entre los actuales y los que se pueden lograr.

   En este escenario, el rol de Profertil para la agricultura argentina es cada vez más importante. Como hace 20 años, cuando comenzó a operar su planta en Bahía Blanca, sigue apuntalando el crecimiento del sector, para que, además, el país pueda seguir conquistando mercados de exportación, como los que abrieron aquellos pioneros que ahora se recuerdan en el Día del Cerealista.