Federico Elías se va a Instituto: "Bahía Basket te hace creer que podés jugar al básquet en serio"
El tirador creció, se desarrolló y se consolidó en la elite. Tendrá su oportunidad en un equipo de punta.
Por Fernando Rodríguez
Twitter: @rodriguezefe
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El flaquito que el 10 de abril de 2017 jugó su primer partido con Bahía Basket en la Liga Nacional se transformó, con 21 años, en una de las fichas más apetecibles del mercado, tras el descenso del equipo bahiense. Y fue Instituto el que ganó la pulseada para llevarse al tirador, que ha mostrado muchísima personalidad y capacidad para ganarse los puntos.
En la última temporada promedió 16,5 puntos, con 2,6-7,7/33,2% en triples, 2,9-6,1/48% en dobles y 2,9-4/73,5% en libres, en 29m32 por juego, durante 37 partidos.
—Tuviste varias posibilidades. ¿Fue difícil la decisión?
—Se presentaron varios equipos que ofertaron. Lo analicé durante todo este tiempo con papá (Gastón), que fue pieza clave y me ayudaba a pensar, al igual que Pepe (Sánchez). Instituto es un club grande, con un gran técnico (Lucas Victoriano) y un plantel con el que podemos luchar por grandes cosas.
—Es decir, priorizaste lo competitivo.
—Ni hablar. Quería estar en un equipo de punta, mostrarme a mí que puedo ser protagonista y pelear por cosas importantes.
—En Bahía Basket te ganaste el protagonismo, en un plantel plagado de juventud.¿Necesitás demostrarte a vos mismo que estás para responder en un equipo con real protagonismo, en el que tendrás minutos más contados?
—En Bahía se dio naturalmente y me lo gané. Ahora, no sé si necesito demostrarme a mí, sino más bien consolidarlo en un equipo que pueda pelear arriba, en el que haya competencia interna y que si un día que te relajás el de abajo te come. Es decir, sentir esa presión interna y externa que me gusta.
—En algún momento pareció que con Bahía se habían acostumbrado a perder. ¿Tenés que recuperar el hambre?
—No, para nada. Nunca nos acostumbramos a perder. Sí tuvimos que aprender a fortalecer la cabeza para saber que empezábamos los partidos en desventaja y que íbamos a tener que dejar el 150% para llegar al final parejos. Fue un año en el que fortalecí la cabeza como nunca, sabía que tenía que llevar el equipo adelante desde los puntos, desde la confianza y estar siempre con la cabeza en alto.
—El objetivo de Bahía siempre fue desarrollar al jugador. Ustedes, a medida que pasaba la temporada, ¿entendieron que eso, más que nunca, estaba por encima del resultado?
—Ni hablar. Primero, por el promedio de edad y el roster que teníamos y, segundo, a medida que fue pasando el tiempo cada uno fue tomando el rol que el juego mismo le daba. A mí me dio el rol de líder, de goleador, de llevar el equipo adelante, lo sabía desde el principio y lo asumí con muchísimas ganas y hambre.
—Tener, seguramente, que seleccionar más los lanzamientos, ¿te puede llegar a condicionar en tu juego?
—No, será parte de la adaptación y desafío que tomo en un equipo que juega diferente a Bahía. La selección de tiros será una de las cosas importantes que me ayudará a adaptarme al equipo.
—¿Cuánto te fortaleció la cabeza a medida que fue pasando la competencia y te fueron exigiendo cada vez más?
—Muchísimo. Pasada la mitad de la competencia los niveles de scouting suben; sabían que con Caio llevábamos el peso de los puntos, las defensas doblaban, cambiaban, atrapaban y hasta había algunos contactos físicos más fuertes. Todo eso me obligó a sacar cada vez más recursos, a asistir y generar juego, de lo contrario iba a quedarme sin puntos.
—Fuiste el sexto goleador de la Liga, con 16,5 de promedio. Este salto, a priori, probablemente te significará resignar minutos y protagonismo en lo inmediato. De todos modos, ¿considerás que puede ser un paso muy largo pensando a futuro?
—Voy dispuesto a demostrar durante los primeros entrenamientos hasta que arranque la Liga que puedo estar y tener minutos importantes para que sumen al equipo. Lo tomo como un paso muy adelante en los dos sentidos, porque cambio cantidad de minutos por calidad y eso será parte de seguir adaptándome a otro equipo, por lo que tendré que demostrar calidad y efectividad.
—Si bien es prematuro, ¿esta posibilidad vas a tomarla como un trampolín pensando en dar un salto a Europa?
—Ni hablar. Lo tomo como un trampolín para seguir dándome la cabeza contra el techo y buscarlo lo más alto posible, cuando lo encuentre veré para qué estoy. Y si llego a tener buenos años, la idea es poder seguir en el exterior.
—El final de la película muestra a Bahía descendiendo. De todos modos, después de tu experiencia, ¿podés ratificar que fue la mejor opción desarrollarte acá?
—Toda la vida. Creo que todos los chicos que pasan por Bahía van a estar más que agradecidos con la institución, con Pepe, por cómo te tratan, por las oportunidades... Bahía te abre las puertas del básquet y para saber dónde podés llegar. Bahía Basket te hace creer que podés jugar al básquet en serio. Estoy súper agradecido.