Bahía Blanca | Sabado, 18 de mayo

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Bahía Blanca | Sabado, 18 de mayo

​​​​​Escenario político: día clave para Juntos por el Cambio, que se encamina a una interna

Los máximos referentes nacionales no llegan a un acuerdo para evitar las primarias entre el Pro y la UCR, que se enfrentarían en toda la Provincia. Hoy habrá definiciones. Y, mientras se calienta la temperatura electoral, se encienden las alarmas por una probable tercera ola de contagios con la variante delta.

Emiliano Alvarez Porte (UCR) y Adrián Jouglard (Pro).

Maximiliano Allica / mallica@lanueva.com

   Hoy es un día clave para la conformación del tablero político 2021. Llegó la fecha límite para inscribir alianzas en la justicia electoral y también es hora de definir las reglas de juego internas de cada coalición para competir en las primarias. Decisiones de altísimo impacto en Juntos por el Cambio, que este año se encamina a una puja trascendental.

   Uno de los puntos a resolver antes de la medianoche es la incorporación o no de dos polos, el GEN que lidera Margarita Stolbizer y Avanza Libertad de José Luis Espert, para ampliar el espectro de votantes. La primera está muy cerca de acordar y el segundo quiere garantías de que podrá ir con boleta propia a septiembre.

   El otro ítem decisivo es que cada coalición de partidos, como es el caso de JxC, tiene la potestad de establecer sus propias reglas para la competencia en las PASO. Un aspecto central a determinar hoy es cuál será el porcentaje de votos que necesitarán los perdedores para ubicar candidatos en la boleta final. A ese porcentaje se lo llama "piso" o "meter la minoría". 

   Por ejemplo, si dentro de Juntos por el Cambio se presentan en primarias los partidos A, B y C, se toma el total de votos que obtengan los tres espacios y se mide el porcentual de cada uno. Uno de los tres va a ganar y los otros dos necesitarán llegar al piso para que sus precandidatos metan la minoría en la boleta final. Si el umbral a superar es del 30% y el partido A obtiene 45%, el B un 30% y el C un 25%, la lista que competirá en las elecciones generales se compondrá en sus primeros lugares con las figuras de A, más algunas del B, pero los representantes de C se quedan afuera.

   Dos casos concretos. En agosto de 2015, Héctor Gay (Pro) compitió en las primarias contra Roberto Ursino (UCR). Como el radicalismo consiguió pocos votos y no llegó al piso, la boleta de concejales que finalmente acompañó en octubre a Gay solo incluyó a los propios y dejó afuera a los radicales. Otro ejemplo en Bahía fue Unidad Ciudadana en las legislativas de 2017, donde se midieron en agosto las listas encabezadas por Carlos Quiroga y Rodolfo Lopes. Allí se impuso Quiroga, aunque Lopes sí superó el piso y en la boleta final tuvieron que incluir al exintendente en el cuarto puesto, además de cederle los casilleros 8 y 12.

   ¿Cuál es la relevancia de esa matemática este año? Juntos por el Cambio está a punto de poner un piso bajo, del 20%, lo cual estimularía la competencia porque aumenta las chances de los partidos que parten con desventaja en sus distritos.

   Desde que existe Cambiemos sería el modelo más permisivo elegido por los socios de la coalición. Hasta ahora esas normas internas tuvieron pisos más exigentes, del 30%, tendientes a dificultar la disputa en primarias. Sobre todo en 2017 y 2019 cuando había gobiernos amarillos alineados en Nación, Provincia y muchos municipios importantes.

   Pero hoy el Pro debe ratificar su supremacía dentro de la coalición y se encontró con un obstáculo: el radicalismo. Hasta aquí bastante subestimado, esta vez presionó para ir a primarias o que les entreguen mayor protagonismo.

   En la Provincia de Buenos Aires, a diferencia de CABA donde la coalición selló la unidad, casi con seguridad habrá competencia entre el Pro y la UCR en todos los tramos, tanto diputados nacionales como legisladores provinciales y concejales. Hoy habrá una nueva cumbre entre los jefes partidarios para definir los detalles.


Diego Santilli y Facundo Manes

   El radical Facundo Manes es un candidato competitivo contra el probable contendiente amarillo Diego Santilli, enviado por Horacio Rodríguez Larreta. El neurocientífico mira encuestas y no ve por qué tendría que ceder el primer puesto de la lista en una boleta de unidad de JxC, entonces pide competir en las PASO contra el vicejefe porteño o que el número 1 de una eventual boleta única sea suyo. 

   Si María Eugenia Vidal jugaba en Provincia, la cara indiscutible hubiera sido ella, pero al ir a la Ciudad y anular a Patricia Bullrich, el Pro no tiene nombres bonaerenses sobresalientes.

   Con Manes como punta de lanza, muchos radicales quieren dejar el rol de subalternos y pelear por más. Sin embargo, hay otros muy pragmáticos que entienden que en numerosos distritos no tienen tanto músculo como para ganarle al Pro y que en definitiva de esa interna saldría demasiada gente herida. Bahía sería un caso.

   Hasta anoche, la posibilidad más firme era una competencia total. De confirmarse, en la línea de concejales bahienses se enfrentarían el 12 de septiembre las boletas encabezadas por Adrián Jouglard del Pro y Emiliano Alvarez Porte de la UCR. Curioso: se trata del secretario de Gobierno y su subsecretario en el área de Seguridad. En el corte de diputados bonaerenses aún no hay nombres, pero la danza está por comenzar.

   ¿A quién apoyarán los demás partidos de la alianza, como la Coalición Cívica, el Peronismo Republicano y otros satélites? A nivel local parece haber una inclinación a pintarse de amarillo, pero los ordenamientos dependerán de los acuerdos de arriba. Los más preocupados son los extra Pro que ostentan cargos en el Municipio, porque suponen que si los obligan a pararse de manos contra las huestes de Gay estarían poniendo en riesgo sus lugares. Nada es seguro a esta hora.

   Lo que sí está claro es que se trata de una primaria con olor a 2023. Larreta ya les torció la muñeca en la interna partidaria a Bullrich y Mauricio Macri, pero todavía puede tropezar con el eje Manes-Martín Lousteau y dejar el campo abierto. 

   "El pelado ganó las batallas en el mar, mirá si pierde la del desembarco", dice un observador con información de primera mano. La pica Larreta-Lousteau viene desde las elecciones en CABA de 2015, cuando el actual jefe de Gobierno porteño debió transpirar hasta el ballottage para ganarle al exministro del kirchnerismo y hoy senador por la UCR.

   En cuanto a Bahía, Jouglard es un dirigente bien perfilado para lo que viene, un dialoguista. Y tiene quien lo banque en la mesa muy chica. Hay mucha historia por escribir todavía.


Dirigentes de Todos por Bahía.

   El Frente de Todos bahiense no está menos inquieto pero, al tener liderazgos claros en Nación y Provincia, espera por estos días las últimas reuniones con los armadores nacionales para terminar de afinar el lápiz. Por ahora, todas las expectativas de ocupar casilleros en las listas siguen casi en el mismo lugar que la semana pasada.

   A su vez, detrás de la hiperpolarización, mueven sus fichas dos espacios vecinalistas. Todos por Bahía, ya sin Leonardo Valente, se anotará para volver a participar. Su referente Sebastián Gómez, de relación cercana con el intendente villarinense y también vecinalista Carlos Bevilacqua, pretende cerrar la nómina de precandidatos esta misma semana, quizás mañana.

   También regresará una opción que tuvo protagonismo en la primera década de los 2000. Integración Ciudadana confirmó que se anotará en la carrera e incluso ya definió a los primeros tres nombres de su nómina de concejales: María de los Angeles Rosón, Nicolás Marín y Vanesa Troncozo. 

   El otro protagonista, por supuesto, será el Frente de Izquierda, que suele crecer en las elecciones de medio término e intentará acceder por primera vez a una banca local.

   Una incógnita es quién se pondrá la camiseta de Florencio Randazzo. Silencio de radio. Aunque siempre alguien está dispuesto a salir en la foto.

   El objetivo de mínima de los espacios con menos alcance será lograr el 1,5% en septiembre que les permita competir en las generales del 14 de noviembre. El de máxima, perforar la cifra de 8,33% que les otorgue una banca en el Concejo Deliberante. 

   No parece haber lugar para terceros este año, pero ninguna carrera se pierde antes de empezar.

   Apagada, al menos por un tiempo, la discusión sobre las fases gracias a la baja en la curva de contagios y en la ocupación de camas hospitalarias, hoy buena parte del debate en torno a la gestión de la pandemia volvió a centrarse en la detección de casos y la vacunación. La política también mira atenta estos datos.

   La tasa de positividad en Bahía Blanca, es decir la cantidad de positivos en función de los testeos realizados, se ubica en torno al 40%, una cifra altísima. La explicación suena sencilla: la mayoría de la gente se hisopa cuando tiene síntomas, pero desde el año pasado distintos médicos advierten que se necesita rastrillar la ciudad en busca de los innumerables asintomáticos para aislarlos de inmediato, creando barreras sanitarias.

   Es una discusión que va a volver a cobrar fuerza en los próximos días, porque así como la segunda ola parece que ya es espuma, acecha la amenaza de una tercera con la circulación masiva de la temible variante delta, que por ahora solo registra casos dispersos en el país pero que podría propagarse en estas vacaciones de invierno, donde el turismo interno casi no tendrá restricciones. La segunda ola, vale recordar, comenzó a despegar luego de los feriados de Semana Santa.

   Una diferencia a favor respecto de abril es que hay más gente vacunada. De hecho, en este momento en Bahía Blanca y el resto de la Provincia prácticamente no se vacuna quien no quiere. Las primeras dosis son libres en todas las postas para los mayores de 35 años, los grupos de riesgo de cualquier edad, el personal de salud, de seguridad y los docentes.

   Un par de datos sobre la situación local. Ya cuenta con al menos una dosis el 47,66% de la población total y, con dos dosis, el 12,59%. Son cifras levemente por encima del promedio nacional, que se ubica en 44,05% y 11,08% respectivamente. Además, el pasado miércoles fue el día récord en cantidad de aplicaciones en Bahía con casi 3.600 y el promedio de julio se mantiene alto, por encima de 2.800 vacunaciones diarias.

   No obstante, la tercera ola, inevitable según la mayoría de los expertos, podría arreciar muy cerca de las elecciones PASO. Tres preguntas: ¿Si se da un pico en esos días se mantendrá el calendario o todavía caben modificaciones? ¿Si las primarias se llevan adelante en un momento de alza de contagios cuánto bajará la participación del electorado? ¿Si el aumento de casos pega en los hospitales y las fases, cuánto afectará al gobierno en las urnas? 

   Son dilemas que comenzarán a inundar el periscopio de la política.