Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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La muerte de Nora Papucci, una docente entre periodistas

En su recuerdo, publicamos una nota de su colega, periodista y formadora de periodistas, Marta Nasiff.

   El pasado 28 de mayo falleció Nora Papucci, una de las gestoras de lo que fuera la Escuela de periodismo que funcionó durante muchos años en el Círculo del Periodistas deportivos, de donde surgieron varios de los principales comunicadores que hoy tiene la ciudad.

   Nora había nacido en Bahía Blaca el 27 de abril de 1941, hija de un trabajador ferroviario. Egresó como maestra del colegio María Auxiliadora. Perteneció al equipo técnico de la jefatura de Inspección 22 y luego participó convocada por Norma Bedetta de Mangiola en la creación de la histórica escuela de periodismo.

   En su recuerdo, publicamos una nota de su colega, periodista y formadora de periodistas, Marta Nasiff:

   Antes que nos cayera encima la impiadosa pandemia, en 2019, recuperé en este mismo espacio un texto que escribí en 1995. Lo coprotagonizaba con Nora Papucci, la directora por aquél entonces del Instituto Superior en Ciencias de la Comunicación Social, donde ejercí.

   Volvimos a reírnos al revivir aquella “Excursión por los pastizales” a la que ambas nos lanzamos sin pensarlo demasiado y de la que salimos embarradas, despeinadas y con las medias corridas sin haber cumplido el objetivo estrictamente académico.

   Hoy en cambio me toca llorar a mares por su muerte. Aquella delgada y atérmica profesora de Literatura que siempre priorizó y apoyó a sus colegas viabilizando sus proyectos –por inauditos que parecieran- se fue definitivamente a finales de mayo.

   No supe de esa cruel enfermedad con la que luchó los últimos dos años, a pesar de que nos manteníamos comunicadas a través de las redes. Nunca me comentó sus pesares como siempre fue su costumbre. Elegantemente reservada se llevó sus dolores a la tumba.

   Nora Papucci fue una docente de alma que, paradójicamente, se despidió de la tierra en momentos en que la profesión está en jaque… no por la gente como ella sino por los algunos de los “nuevos trabajadores de la educación” y los mentados y perniciosos gremialistas que, inauditamente, los representan. Juntas solíamos añorar aquellos tiempos en que un maestro era la autoridad suprema de cualquier lugar donde impartiera sus saberes y no dudábamos en acoplarnos a todos los reclamos que se vienen haciendo para re jerarquizar y recuperar la maltrecha educación.

   Aún me niego a darle un adiós… al punto que acabo de enviarle una solicitud de Change.org para que las nefastas autoridades que supimos conseguir permitan la apertura de las escuelas, cerradas hace más de un año. Cuando me di cuenta, ya era tarde y ni siquiera me tomé el trabajo de borrarlo. Lo recibirá y lo firmará como siempre, aunque no pueda contabilizarse.

   Por ahora y con la piel muy finita, me resulta insoportable aceptar su ausencia, agobiada como me siento ante tantos adioses que nos está tocando dar en estos tiempos… cuando los que aún sobrevivimos tenemos que soportar la displicencia de los que olvidan a quienes les trasmitieron lo mejor. Nadie pareciera ameritar tamaña labor.

   Que el país y nuestra ciudad se vayan quedando sin docentes “modelo sarmientino” es otra pandemia que nos azota sin que nos cuidemos de sus consecuencias.

   Ojalá Nora Papucci pueda retomar sus clases allí donde esté hasta que lleguemos otros a ayudarle en tan ímproba tarea.