Bahía Blanca | Sabado, 05 de julio

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Sergio Olea: "Una vez nos quisieron comprar, pero yo no quería saber nada y los mandé a hablar con el 'Pulia'"

Un "2" de lujo que sobresalió en Liniers de la mano de Néstor Herrero. Integró los equipos campeones de las temporadas '96 y '97, y el ascenso del Argentino A (99/00). También ascendió con Libertad en 1987 y se retiró en Pacífico en 2004. 

Fotos: Jano Rueda y archivo-La Nueva.

 

Por Javier Oscar Schwab / [email protected]

(Nota publicada en la edición impresa)

 

   Entró al club sacando pecho, con la cabeza levantada y la camiseta colgada sobre uno de los hombros. Atravesó el largo pasillo hasta la cancha de fútbol, miró para los costados e hizo un gesto de aprobación y, en los últimos metros, largó la carcajada.

   Sergio Ricardo Olea recibió el primer abrazo, conmovedor por cierto, de un excompañero, Guillermo Puliafito, y luego otro, mucho más tierno, de un viejo amigo: José María Bilbao.

   “¡Estás igual…, sin la melena, pero igual que cuando jugabas…!”, disparó el “Pato”.

   “Un poco más gordo, igual que yo, que ando en los 98, jajaja”, tiró “Pulia”.

   “Ya no estoy para estos trotes. ¿Te acordás lo que corríamos con el “profe”? ¡Que linda época…!”, remató el “Negro”, quien vistió la casaca del “Chivo” en 443 partidos, con 25 goles y varios títulos: campeón liguista en las temporadas ’96 y ’97 y un ascenso al Argentino A en la temporada 99/00.

   -¿Hacía mucho que no venías al club?

   -Muchísimo. Estos cambios son increíbles, el tremendo gimnasio que se está terminando, y éste otro pegado al de básquetbol con toda la aparatología de primera. La verdad hay que felicitar a toda la gente que hoy está a cargo del club.

   “Ahh…, me olvidaba de la iluminación. He visto las fotos de la cancha de fútbol, parece un estadio de otro lugar. Es hermoso para los socios de Liniers”, dijo Olea.

   -¿Qué recuerdos tenés de tu época como futbolista?

   -El primer partido lo jugué a los 17 años, en 1983, de “6” en cancha de Sporting. Era un torneo Preparación. Ese día también debutó Alejandro Pérez.

   “Mi debut oficial fue un año después en cancha de Sansinena (0-2). También me acuerdo de mi época en menores, cuando mi viejo me trajo al club. Tenía 9 años y empecé en octava división”, aseguró.

   “Hice todas las inferiores: séptima, sexta y Reserva, donde jugué pocos partidos porque me subieron. Arriba estaban el ‘Garza’ Diomedi y Osvaldo Carrica, además de Adrián Echeverría, que había debutado unos años antes”, señaló.

    -¿Qué pasó entre ’84 y el ’96, cuando cortan la racha de 48 años?

   -Fueron muchos años de lucharla, de arrimar y no poder ganar, como en el '92. Se iba gestando el equipo con muchos chicos del club y Néstor (Herrero) en la conducción. Anteriormente había pasado por las manos de Higinio Restelli, Alfredo Maldonado, Daniel Prat. De todos fui incorporando conceptos que me sirvieron para afianzarme.

   -¿Cómo era ese equipo del ’96?

   -Nos fuimos consolidando con el correr del torneo. Decían que el equipo no gustaba, pero era muy efectivo. Sabíamos que si convertíamos difícilmente nos podían empatar. 

   “En el ’97 se pudo reafirmar todo lo bueno que tenía ese plantel. Cada puesto estaba bien cubierto, nos conocíamos de memoria”, remarcó.

   “Tuvimos una linda etapa en los torneos del interior y un ascenso en 2000 al Argentino A. El grupo estaba formado por chicos a los que, junto con Echeverría, vimos crecer. Había amistad, y con varios de ellos la relación aún perdura”.

   “Recuerdo un viaje a Misiones, para enfrentar a Rosamonte de Apóstoles. Tardamos un día completo en llegar, era interminable. Encima yo venía mal porque me había lastimado la rodilla en un partido de la Liga ante Olimpo, durante la semana. Se me había trabado la rodilla, pero igual quería estar y alcancé a jugar media hora. Me volví en avión ya que pasamos a ver al médico en Buenos Aires”.

   “¿Diagnóstico? Ligamentos cruzados. No pude jugar el otro partido en Misiones, ante Bartolomé Mitre, y también me perjudicó un poco para el futuro”.

   -¿Por qué?

   -Porque entre 1992, cuando perdimos la final con Villa Mitre, y 1995 estuve en mi mejor nivel. Era rápido, tiempista, iba bien de arriba. Después ya no era el mismo, aunque igual compensaba con mi experiencia.

 Club Atletico Liniers 1997. Parados: Sergio Olea, Raul Malaspina, Octavio Araneta, Diego Rayes, Jorge Techera y Adrián Echeverría. Hincados: Walter Carrio, Silvio Mosegui, Marcel Suay, Fabricio André y Guillermo Puliafito.


   -¿Estuviste en la mira de Carlos Bilardo?

   -Todavía estaba haciendo el servicio militar y vamos a jugar un amistoso a Bariloche contra Boca. No sé porqué motivo Bilardo estaba presenciando ese partido y se había acordado realizar una prueba en Estudiantes para algunos jugadores de Liniers. Me dijeron que estaba en esa lista, pero nunca supe qué pasó.

 Rodeado de dos amigos: el "Pato" Bilbao y Guillermo Puliafito.

 

    -¿Tu mejor compañero de zaga?

   -Hubo muchos, pero ninguno como Eduardo Diomedi. No volví a ver un jugador como él, con calidad técnica, personalidad. También resalto la capacidad de Osvaldo López, quien llegó de refuerzo para un torneo regional.

   -¿Sos de ir a la cancha a ver partidos?

   -No. Miro fútbol por televisión. Por cuestiones laborales los domingos me quedo a descansar, salgo poco.

 

   -¿Tu mejor partido?

   -Los de los regionales eran bárbaros. El más recordado fue el del ascenso, contra Chacras de Coria (3-2 con tres goles de Silvio Mosegui). Fue un partido especial, de esos que no se olvidan.

   “También recuerdo un pentagonal con Villa Mitre, Gimnasia de Concepción del Uruguay, Barraca de Paso de los Libres y Patronato. En esos partidos me fue muy bien.”

   -¿El mejor gol?

   -Una volea contra Villa Mitre que sirvió para ganar el partido. Y uno del campeonato del ’92. Salimos 3-3, también con Villa Mitre, y yo hice el segundo.

   -También te diste el lujo de ascender con Libertad.

   -Sí. En 1987. Se jugaba mitad de año la B y la otra mitad la A. Me pidieron de Libertad, el club aceptó y se formó un equipo tremendo: Los Pekel, Rossi, Santamaría, Robinson Zambrano, Calvismonte, Quintana, Jara.

   “La final con Pacífico se jugó de noche en cancha de Olimpo. Pacífico fue mi último club, en 2004, el año que nació mi último hijo, Luciano”.

   -Tenías la costumbre de comprar el diario cada vez que les tocaba viajar. ¿Un vez se te perdió en el camino?

   -Me gustaba y me gusta leer todo el diario. Compraba La Nueva Provincia para informarme de los equipos contrarios, porque en ese tiempo no se conocían. Miraba los puntajes de los partidos, queríamos saber qué nos habían puesto.

    “Si alguien andaba flojito, o se mandaba alguna macana, lo volvíamos loco. En un viaje me faltó el diario, empecé a preguntar y se hacían los b…. Resulta que el “Paisano” Mosegui, fiel a su estilo, lo había tirado por la ventana. De ese muchacho podés esperar cualquier cosa, jajaja”.

   -Puliafito y (Fabricio) André se sumaban al lote.

   -Ufff. Fabricio te cerraba la canilla de agua caliente y te pegaba el chorro de la fría.  Y "Pulia" era de visitar el chalet de "Fabri", donde podías encontrar cualquier cosas (risas).

   -¿Al "Pato" le sacaron una foto algo extraña?

   -Sí. Bilbao estaba sentado en el borde de la cama y yo, con el pelo largo, me tiré atrás acostado simulando ser una mujer. La foto se la mandamos a la señora del "Pato", que en lugar de enojarse se mataba de risa; porque ya nos conocía a todos.  

 

474

   Partidos. Jugó 443 en Liniers, 16 en Libertad y 15 en Pacífico BB. Anotó 26 goles. Debut: 21/09/84 ante Sansinena: 0-2. (Datos: Eduardo López).

   -¿En Mendoza tuvieron una noche movidita y no pudieron dormir?

   -Sí. Estábamos concentrados en un salón, donde nos habían puesto camas tipo colimba, y al lado había un local de fiestas festejando un 15. No durmió nadie de semejente ruido. Al otro día jugamos ante Luján de Cuyo y no la veíamos ni cuadrada, jajaja.

    "El partido arrancó mal, perdíamos 1-0, nos estaban bailando, pero en una apareció Silvio Mosegui y clavó un golazo al ángulo. Después nos siguieron bailando, y en entretiempo nos agarró Herrero: 'esto es un partido de solteros contra casados, les tenemos que pintar la cara'. Nos mirábamos asombrados por lo que había visto. En el segundo tiempo nos metieron tres goles y perdimos 4 a 1 o 4 a 2. A la vuelta le preguntamos: '¿Qué partido estaba viendo usted Néstor? (risas)".

   "Otro lugar complicado fue en General Pico, contra Costa Brava. Perdimos 4 a 0, pero la gente igual estaba enojada con nosotros. No sabemos porqué, si es algo natural de ese lugar. Salimos de la cancha rumbo al colectivo y al "Cabezón" (Echeverría) le metieron una patada en el culo. Había como 100 personas y en so me dice: 'Uhh..., me pegaron una patada'. Lo miré y le dije: 'Seguí caminando, hacete el boludo y vamos a subir al colectivo porque si reaccionamos nos matan, jajaja".

   

   "El 'Negro' es una persona leal, un buen compañero. Para nosotros él y el 'Vasco' Echeverría eran verdaderos espejos a imitar", dijo Puliafito.

La familia:  Paula (nietos Juan Ignacio y Lola), Susana, Sergio Silvano y Luciano (va a cumplir 18) . Mi señora actual es Fabiana, madre de Luciano.

 

   -Visitaron algunos lugares complicados...

   -¿Cómo? Cutral Co, contra Alianza. Nos pegaron un baile tremendo, pero metimos un gol que el árbitro no vio o no quiso ver. La pelota entró pegada al palo y como la red de fondo estaba agarrada con el alambrado la pelota pasó de largo. Después lo vimos por televisión, ya que estaban filmando, y fue un golazo. El árbitro estaba tocado y menos mal que no ganamos porque ahí sí te cascoteaban el rancho, no salías de la cancha.

   -¿Qué pasó en Entre Ríos?

   -No me acuerdo, jajaja. Nos comimos un baile terrible. Perdimos 2 a 0 contra Gimnasia, pero nos hicieron precio. En ese equipo jugaba "Fito" González, que después pasó por Olimpo.

   "Recuerdo de ese Pentagonal que Patronato, con chances, jugaba ante Villa Mitre y ellos dependían de un triunfo nuestro ante Gimnasia para clasificar. Llamaron a Puliafito a la casa para ofrecer plata para ganar el partido. Primero me llaman a mí, y me salió del alma: 'Hablá con Puliafito..., yo no quiero saber nada'. El "Pulia" los atendió, pero ni por plata ni queriendo podíamos ganar ese partido; de hecho perdimos 2 a 1".

   Claro que José María Bilbao, por entonces dirigente de Liniers, no sabía nada de lo ocurrido.

   "No lo sabía, no sé y no quiero saber nada", remató Bilbao.

    Olea se despidió entre anécdotas y abrazos, pero antes se acordó de otro amigo que ya no está.

    "No quiero olvidarme del 'Beto' Pelizario, otra persona querida por todos nosotros. El 'Pato' y el 'Beto' merecen una estatua en el club", concluyó.