Bahía Blanca | Viernes, 11 de julio

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El automovilismo argentino le rinde tributo al más grande, a 110 años de su nacimiento

De Balcarce al mundo, la figura del "Chueco" Juan Manuel Fangio rompió todas las barreras.

Foto: Archivo.

   En el país, hoy se celebra el Día Nacional del Piloto. El mejor recuerdo para uno de los más grandes volantes que diera la historia del automovilismo mundial: el “Chueco” Juan Manuel Fangio, quien hoy cumpliría 110 años de vida.

   La iniciativa se inició en 2007, a través de las autoridades de la Comisión Deportiva Automovilística y sus pares de la Asociación Corredores Turismo Carretera, como reconocimiento a la leyenda del automovilismo argentino.

   Fangio, nacido en Balcarce, se consagró primero en el Turismo Carretera a principios de la década del 40´ y luego logró su pico máximo de rendimiento en la Fórmula 1, donde conquistó cinco campeonatos mundiales, 24 triunfos en 51 Grandes Premios, 35 podios y 29 Pole Position.

   Aunque su trascendencia excedió todo tipo de logro estadístico. Fangio rompió barreras idiomáticas, culturas y generacionales.

   Una vez retirado de la competición en 1958, fue distinguido por distintos estamentos, tanto en la Argentina como Europa. En 1974 fue nombrado presidente de Mercedes Benz en el país, cargo en el que recibió la acusación sindical de no haber colaborado para la búsqueda de delegados detenidos desaparecidos durante la última dictadura militar.

   Su salud registró en 1971 tras sufrir un infarto y una operación cardíaca en 1982 a cargo del prestigioso cirujano René Favaloro, que le colocó cinco bypass coronarios. Con 84 años, su vida se apagó el lunes 17 de julio de 1995 a las 4.10.

   En toda la Argentina hoy se celebra el Día del Piloto, en honor al "Chueco" Fangio, al Quíntuple, al hombre que fue admirado en los cinco continentes y que sigue siendo emblema y referente del automovilismo nacional.

   Su leyenda se agiganta con el paso del tiempo entre las nuevas generaciones de pilotos, quienes hoy tienen su merecido homenaje, como reconocimiento a su esfuerzo y dedicación cada fin de semana de competencia, donde ponen en riesgo su vida arriba de un auto de carreras.

La obra maestra

   Fangio gestó varias hazañas durante toda su carrera. Pero no hay dudas que la “Obra Maestra” tuvo lugar el 4 de agosto de 1957, en el circuito de Nürburgring, Alemania, cuando el “Chueco” protagonizó la carrera más "alocada" de su vida.

   A bordo de su Maserati 250F, el balcarceño, como era costumbre, lideraba la competencia. Pero inesperadamente se detuvo en boxes para cambiar neumáticos, demorando más de lo esperado.

   Ese infierno de Nürburgring, de 22 kilómetros de extensión y 176 curvas, le dieron a Fangio la posibilidad de plantear una estrategia. El argentino pretendía sacarle 30 segundos de diferencia a sus rivales directos, los británicos Peter Collins y Mike Hawthorn, ambos con sendas Ferrari.

   El balcarceño había entrenado a sus mecánicos para cambiar las cubiertas en 30 segundos, pero cuando promediaba la competencia, tuvo que ingresar a boxes, con una ventaja de 29 segundos sobre las Ferrari.

   Los mecánicos no tuvieron una jornada feliz y realizaron el recambio de gomas en casi un minuto.

   "Pensé en ese momento que tenía la carrera perdida definitivamente, y volví a la pista algo desilusionado. Pero me juré a mi mismo que intentaría ganar", contó oportunamente Fangio.

   Con un automóvil con neumáticos nuevos y tanques flacos, Fangio asumió riesgos e hizo 'volar' la máquina en los lomos de asfalto, para recorrer como una bola roja los caracoles y toboganes del 'anillo embrujado', tal como le decían a Nürburgring.

   "Yo tenía un sitio donde recuperaba bastante y era un salto en el kilómetro 12. Ahí frenábamos y aún así el auto volaba como 50 metros. Decidí entrar a fondo y el auto cayó a medio milímetro del alambre. Como me salió bien, lo seguí repitiendo. Ese día hice lo que nunca había hecho: di espectáculo", relató el quíntuple campeón mundial.

   El resto de la historia, ya se la conoce. Fangio logró la hazaña y se colgó su quinto y último título mundial, despertando elogios y admiración hasta de sus propios adversarios por la corona, Hawthorn y Collins, quienes lo abrazaron como caballeros una vez que las máquinas ingresaban al parque de boxes.

La opinión de sus colegas

Ayrton Senna (triple campeón del mundo):

"Uno de los más grandes conductores de todos los tiempos en Fangio, no sólo porque obtuvo el Campeonato Mundial cinco veces sino por su actitud. Tuve la posibilidad de encontrarme con él en distintos lugares, eventos y carreras, y realmente me gusto su forma de ver las cosas, encarar situaciones, sus conceptos sobre la vida y sus ideas sobre el automovilismo de su tiempo y el de hoy. Para mí no es sólo un campeón en la pista sino también un verdadero caballero fuera de ella".

Stirling Moss (subcampeón de F1):

"Fue un hombre humilde, jamás culpó a nadie de nada. Nunca hizo una maniobra desleal. Un verdadero caballero en las pistas. Unno de los pocos que yo inscribiría en un reducido grupo de grandes conductores de la historia, pero él está en la cima de todos. ¿Qué lo hacía imbatible? Era más rápido que nosotros, vuelta a vuelta. Todavía me preguntan si me dejó ganar el Gran Premio de Inglaterra en 1955. La respuesta es que no lo sé. Puedo decir que hasta la última curva no pudo batirme porque corrí a fondo. No tiene importancia ya. Si me dejó ganar, le estoy agradecido. Y si no lo hizo, le pude ganar al mejor".

Peter Collins (piloto de F1 entre 1952 y 1958. Ganó 3 Grandes Premios):

“Podía calibrar un circuito y sus riesgos con una precisión de regla de cálculo, y alcanzaba sus conclusiones con una rapidez notable. Después relacionaba esas condiciones con las capacidades de su auto. Manejar detrás suyo y con él es la más exquisita forma de instrucción que cualquier piloto podría tener".

Michael Schumacher (siete veces campeón de F1):

"Nunca traté de compararme con él. Está en un nivel más alto del que yo me veo a mí mismo. Absolutamente, no hay comparación posible. Fangio fue muy superior a nosotros, no creo que sea justo compararnos con Fangio. Ahora los autos son más seguros y él logró sus campeonatos a una tremenda velocidad teniendo en cuenta los vehículos que existían en su tiempo", consideró en su época de gloria.

Carlos Reutemann (subcampeón de F1):

"Lo vi correr a Fangio en 1955 y me fui a dedo de Once hasta el autódromo. Fue emocionante ver desde la tribuna la idolatría del público, Lo conocí en 1966, estaba en Santa Fe e hicimos lo imposible para llevarlo a Rafaela a dar una charla. Lo llevé yo manejando, y con el tiempo me recordó ese paseo. Lo que le había impresionado que lo llevara a no más de 80 kilómetros por hora. Todos querían demostrarle a Fangio cómo manejaban. Tuvo enorme influencia en los pilotos argentinos de otras generaciones".