Bahía Blanca | Domingo, 19 de mayo

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Un Banco suizo admite que lavó 25 millones de dólares para Grondona y sus herederos

El Julius Baer declaró ante la Justicia de Estados Unidos que “lavó al menos” esa cifra para el expresidente de la AFA; el dinero provenía del “pago de sobornos recibidos a cambio de los derechos de TV de los mundiales de 2018 a 2030.

La amistad entre Joseph Blatter y Julio Grondona, quienes fueron las máximas autoridades de la FIFA.

   El escándalo de corrupción que afectó al fútbol mundial tiene nuevos antecedentes sobre la mesa. El Banco suizo Julius Baer reveló a la justicia norteamericana que lavó 25 millones de d´lars provenientes de sobornos relativos a los derechos de televisión en favor del fallecido presidente de la AFA Julio Grondona.

   El informe también considera la canalización de incentivos indebidos para el ex presidente de la ANFP y vicepresidente de la Conmebol, Sergio Jadue.

   Según informó la entidad bancaria, los millonarios recursos provenían de estímulos relacionados con la asignación de los derechos televisivos de los mundiales de 2018, 2022 y 2026, además de otros torneos internacionales.

   La información forma parte de los antecedentes el Departamento de Justicia estadounidense presentó ante la corte federal de Nueva York.

   En el caso del dirigente argentino, la operación de lavado de dinero también benefició a sus herederos, sus hijos Liliana, Julio y Humberto.

 Grondona con sus hijos, Julio y Humberto, también beneficiados.

 

   El Banco fue más allá y reconoció que la operación también se extendió a otros directivos, entre los que incluye al expresidente del fútbol chileno.

   Según la información entregada por la entidad, el calerano percibió US$ 400 mil dólares obtenidos de forma irregular.

   La lista de beneficiados es más extensa y los montos, en varios casos, son mucho más cuantiosos.

   Así, por ejemplo, los ex presidentes de la Confederación Brasileña de Fútbol Marco Polo del Nero y José María Marín se embolsaron US$ 3,9 millones; el ex presidente de la Conmebol y de la Asociación Uruguaya de Fútbol, Eugenio Figueredo, recibió US$ 2 millones y el ex tesorero de la Conmebol, el boliviano Romer Osuna, percibió US$ 600 mil dólares.

   También está mencionado otro ex timonel de la Conmebol, el paraguayo Nicolás Leoz, aunque en su caso no se precisa la cifra que le pagaron.

   Como parte de ese acuerdo, Julius Baer detalló que Alejandro Burzaco y otros ejecutivos de la empresa Torneos y Competencias SA crearon dos sociedades pantallas (FPT Sports SA y Arco Business and Developments Ltd) con las que abrieron cuentas y subcuentas en Suiza.

   Con ese entramado ya dispuesto, Burzaco y otros acordaron pagarle a Grondona, como titular de la AFA y vicepresidente de la FIFA, cerca de US$ 30 millones por los derechos de televisación de los mundiales.

    De esos fondos, y a través del ejecutivo argentino de ese banco, Jorge Luis Arzuaga, giraron US$ 25 millones a una subcuenta de FPT Sports.

   “El propósito de colocar los fondos en una subcuenta, en vez de en la cuenta principal”, explicaron ante la jueza Chen, “era esconder los fondos, al mismo tiempo que le permitía a Torneos recibir resúmenes bancarios (que pudiera mostrarle al Oficial del Fútbol N°1) para confirmar que los pagos se habían hecho”.

   A lo largo de los documentos que presentaron ante la Justicia, los investigadores aluden a Grondona de ese modo: “Oficial del Fútbol N°1”. Pero aportan los indicios suficientes para identificarlo. Entre ellos, detallaron que presidía la AFA, que falleció el 30 de abril de 2014 y dejó tres herederos.

   En esa línea, el Julius Baer precisó que Grondona se reunió con Arzuaga en repetidas ocasiones para darle instrucciones sobre cómo invertir los fondos depositados en esa subcuenta.

   Y tras su muerte, detalló, giró en noviembre de ese año más de US$ 16,5 millones a otra cuenta en el mismo banco a nombre del primero de sus herederos, apoyado en “contratos fraudulentos” para los que contó con la ayuda de Torneos.

 Alejandro Burzaco, Nicolás Leoz, Julio Humberto Grondona y el paraguayo Juan Angel Napout, hoy preso en Estados Unidos; el banco Julius Baer reconoció en la justicia de Estados Unidos que “lavó al menos 25 millones de dólares” para Grondona y sus hijos.

 

   En marzo de 2015, en tanto, el banco giró otros US$ 8 millones a través de una cuenta corresponsal en Nueva York hacia otra cuenta en otro banco suizo para el segundo heredero de Grondona. Y para entonces, Arzuaga ya había colaborado con su tercer heredero para abrir otra cuenta en el banco y aprobar el depósito de tres cheques de la FIFA.

   Las revelaciones, sin embargo, no se agotan allí. El banco también admitió que canalizó los sobornos vinculados a los derechos de televisión de las copas América, Libertadores y Sudamericana para múltiples ejecutivos del fútbol continental. Entre ellos, para Grondona y varios otros que identificó por sus nombres: 

   -Eugenio Figueredo, presidente de la Conmebol y de la Asociación Uruguaya de Fútbol, con “al menos” US$ 2 millones.

   -Nicolás Leoz, presidente de la Conmebol y de la Asociación Paraguaya de Fútbol, sin detallar el monto preciso.

   -Marco Polo del Nero y José María Marín, presidentes de la Confederación Brasileña de Fútbol, con “al menos” US$ 3,9 millones.

   -Romer Osuna, boliviano miembro del comité de auditoría de la FIFA y tesorero de la Conmebol, con US$ 600.000.

   -Sergio Jadue, vicepresidente de la Conmebol y presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional de Chile, con US$ 400.000.

 El empresario argentino Alejandro Burzaco (ex CEO de Torneos) también fue salpicado por el acuerdo del Banco Julius Baer y la Justicia de Estados Unidos.

 

   Tras detallar que tanto Burzaco como Arzuaga negociaron con los investigadores y declararon sobre los delitos cometidos a cambio de una reducción de sus condenas, los documentos presentados ante la Corte de Nueva York detallan que los argentinos dueños de la firma Full Play, Hugo y Mariano Jinkis, también participaron en estos acuerdos delictivos.

   Ambos se encuentran en libertad, en la Argentina, luego de que en 2016 el juez federal Claudio Bonadío rechazó extraditarlos a Estados Unidos.