Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Anto Tacchetti: “La real inclusión es cuando no importa si es hombre o mujer”

Luego de mucho bregar, su apellido que se impuso en el referato local. Ya se ganó el respeto de sus pares y hoy está consolidada en el fútbol local y regional.

Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

Por Fabián O. Rodríguez / La Nueva.

(Nota publicada en la edición impresa)

   El 20 de mayo de 2018 quedó marcado a fuego en la historia de la Liga del Sur. Antonella Tacchetti dejó para siempre su marca indeleble al arbitrar La Armonía 1, Comercial 1.

   La pionera del referato femenino en el ámbito doméstico ya lleva hoy tres años dirigiendo y se consolidó en un ambiente siempre complejo.

   Mientras el fútbol local espera por el regreso a las canchas, Anto se abrió en un mano a mano con La Nueva.

   --¿Sentís que marcaste un antes y un después?

   --Tal vez. Pero me parece que la real inclusión es cuando no importa si es hombre o mujer, sino priorizar la capacitación y si esa persona hizo el mérito suficiente. Ni por ser mujer tengo que ir, ni por ser mujer no tengo que ir. Ahora por ahí cambió, pero yo hace 7 años que soy árbitro y en ese entonces no era como ahora. Yo al principio decía 'vos dame la oportunidad y después si te gusto o no vemos', pero no me frenés por decir que soy mujer. Si mi compañero tiene los mismos pergaminos que yo, y a él lo mandarías para probarlo, ¿por qué a mí no? Ahí es donde se hace la diferencia, pero creo que las posibilidades tienen que ser iguales para todos, por mérito. Creo que ahora ya se perdió eso de 'ah, va a ir la chica'. No, es Antonella Tacchetti. Lo que tiene de bueno, lo que tiene de malo. Ya me conocen, ya tengo un estilo marcado, nadie se sorprende por cómo soy en la cancha.

   --Sos la única que dirige en Primera. ¿Eso qué te genera?

   --Que debería haber más. Tengo un montón de compañeras: somos cada vez más. Entonces, me gustaría ahora que se les den oportunidades al resto. Que digan bueno, 'un asistente, sea hombre o mujer, quien sea. El mejor asistente para este partido, independientemente del sexo'.

   --¿Cómo llegás al referato?

   --Llegué por el fútbol, soy enferma del fútbol. Además de dirigir y jugar, me encanta mirar: vos vas a mi casa a cualquier hora y estoy mirando partidos del ascenso, de lo que sea. Me gusta, lo disfruto. Y estaba jugando, organicé un torneo, y los árbitros que llevé no me habían gustado. Y una chica me dijo '¿por qué no te animás y hacés el curso?' y dije 'bueno, voy a probar'. Hice el curso, cuando arranqué me animé enseguida a ir de asistente, me empezó a ir bien y listo.

   --Y lo disfrutás.

   --Es un trabajo para nosotros, pero además, si es una vocación es más lindo. Lo tomo como una vocación, como tu carrera, tenés que ocuparte en la semana, entrenar, saber los partidos, el último cambio de la regla. Tenés que dedicarte para mejorar; yo siempre lo digo, lo primero que soy es árbitro. Después soy profe, bailo... pero soy árbitro. Es lo que vine a hacer y lo que me encanta. Creo que estaba destinado a que en algún momento desembocara en eso.

   "Ahora arranco el curso de instructora porque el día que deje de dirigir quiero seguir ligada al arbitraje. Está buenísimo que haya una mujer también para las próximas árbitras porque hay cosas que son experiencia: el haberlo vivido ayuda. Cuando arranqué había un montón de cosas que nadie me decía, creo que también es sumar desde ese lado: 'te va a pasar esto, te van a decir esto'. Por ahí yo me doy cuenta recién cuando una chica me escribe y me dice 'ay Anto, salgo con vos, qué suerte'. Pero si no, en el día a día pierdo noción de esto. Pero de acá a unos años, lo que hice no fue poco: la Liga del Sur es la más antigua del país y soy la primera. Ese mérito no me lo quita nadie y creo que fue uno de los mayores logros de mi vida".

Con personalidad

   --¿Tuviste que pagar derecho de piso?

   --Y... Son las reglas del juego. Con el tema de las oportunidades, es parte de esto. Cuando empecé a meterme en el mundo del arbitraje sabía que iba a ser difícil, el hecho de ser la primera también es una presión extra: Si me hubiera ido mal en los primeros 3 o 4 partidos, también era muy difícil para la que viniera después.

   --¿Te sentías presionada?

   --Esa presión extra una también la tiene en la cabeza, porque yo quiero ser un ejemplo, no una vergüenza para todas las chicas que vienen detrás mío. Hoy creo que me lo pude sacar de encima, pero al principio esas cosas influyen, es una presión más que a que salga todo bien ser la primera.

   --¿En qué aspectos sentís que creciste?

   --Creo que mejoré el carácter, en no enojarme ni entrar en esas cosas. Después, tengo que seguir mejorando en muchas cosas, el Flaco (por Alberto Martínez) nos marca muchas cosas: el posicionamiento en la cancha, las marcaciones... Creo que son detalles los que tengo que ir mejorando de a poco. Creo que las cosas que más debía mejorar las fui cambiando: en no salir a comerme como loca el partido los primeros 5 minutos, sino relajarme un poco más. Del primer partido a hoy, estoy un poco más relajada. Un instructor me dijo que no disfrutamos los 90 minutos: se disfruta antes y después, pero quiero que en los 90 salga todo bien, si fuera por mí, perfecto. Ya que no lo disfruto, decir 'esto es lo que sé hacer y lo que vine a hacer'. Y estar tranquila.

   “Yo entreno y corro a la par de varones. Y esa diferencia física que va a estar siempre, es una dificultad que tengo que saltear y posicionarme mejor en la cancha. Eso lleva tiempo y se va adquiriendo con el correr de los partidos. La experiencia se hace no hay otra forma”, agregó.

   --¿Moldeaste el carácter?

   --Me parece que sí. Creo que la personalidad tiene que ver, porque yo te puedo expulsar, pero qué necesidad tengo de gritarte, de hacerte señas con las manos... Para mí Juani (Nebbietti) es el mejor árbitro que tenemos. Me encanta como dirige: te puede estar echando, pero no lo vas a ver gritando, gesticulando. Realmente creo que ese es el estilo que todos deberíamos tener".

   "Es menos de un segundo para decidir, y a veces no ves todo que pasó; a veces te tapa un jugador, tenés que mirar el asistente, etceterá. Yo siempre digo, ningún árbitro se quiere equivocar; yo voy y trato de dar el 100 y que salga todo perfecto, y a veces te equivocas. Me ha pasado de equivocarme y después darle la razón al jugador. Entonces el jugador se queda tranquilo porque sabe que fallé por ser humana y yo porque aprendí de eso. Los jugadores también se equivocan, pero el tema es que nosotros estamos para ser lo más neutros posibles: entonces, muchas veces nuestros errores perjudican a un equipo, aunque no queramos. Y ya está. Cierro ahí y sigo dirigiendo. No podés quedarte con el error en la cabeza porque así, lo único que podés hacer es empeorar el tema".

   --¿Cómo fue y es dirigir en la zona?

   --El de la zona es otro fútbol, totalmente distinto. El de la Liga del Sur es de lo mejor que hay en estos lados; en la zona es un juego más trabado, más físico, tenés más expulsados, mayor cantidad de faltas. Hay pueblos en los que yo voy y la novedad del partido es que dirijo yo. Acá en Bahía no, pero en los pueblos sí, sigue pasando. Pero ya con el tiempo cada vez pasa menos. Me ha pasado en un pueblo que me han querido cobrar entrada preguntándome si era la novia del árbitro. Hoy ya eso no pasa. Pero también es parte de ir rompiendo mitos, levantando barreras y también es lógico: en un pueblo de 5 mil habitantes, que sea una sorpresa que dirija una mujer. Yo no lo tomo como una ofensa. Es más duro porque tenés que estar más atenta y todo.

El día a día

   “Soy profe y estoy terminando la licenciatura, pasa que con la pandemia nos atrasamos. Para recibirme me falta la última materia y la tesis. Pero, lamentablemente, me pasaron el final para el 4 de junio", confesó Anto.

   --¿Y cómo llevas esta espera para que vuelva a rodar la pelota?

   --Se hace largo. Igualmente, en comparación al año pasado, hoy estamos mejor porque esperamos que sean un par de semanas más, pero con mucha intensidad: arrancás, frenás, arrancás, frenás... Y a mí me afecta en todos lados, pero con el fútbol es complicado.

   “Es difícil tener un ritmo y poder planificar cuando no sabés si el fin de semana se va a jugar o no, o cuándo vamos a volver. Una trata de estar siempre preparada como para que volvamos ya, pero bueno... Yo estoy acostumbrada a estar dirigiendo los sábados y domingos.  De todas maneras cuesta, porque no es lo mismo. Cualquier tipo de actividad se reduce con esto; y no es lo mismo entrenar, correr, que el desgaste en una cancha. Es como les pasa a los jugadores, vos podés entrenar, pero la velocidad para tomar decisiones y todo, la tenés en los partidos".

   --Va a costar retomar. ¿No?

   --El ritmo es lo que primero perdés. Vos podés salir a trotar, pero no podés ir corriendo, frenar e inventar un tiro libre. El primer partido que dirigí después de tanto tiempo, es como que al principio decís 'bueno, a ver ¿me acuerdo cómo es todo esto? Y después agarrás ritmo, pero nos pasaba a todos. Hablaba con los jugadores y estábamos todos con unos nervios y una ansiedad... se notaba"...

   --¿Qué se extraña?

   --La rutina, preparar el bolso, las designaciones, qué partido nos toca, ver la tabla, las devoluciones en el diario y en la radio. Eso también se extraña, no es solamente el partido del sábado o domingo. Y esa ausencia se nota, porque es lo que nos gusta".

   --¿Cómo te llevas con los comentarios?

   --Soy muy crítica, entonces trato de escuchar todo, más allá de que una cuando termina el partido sabe cómo dirigió, en qué se equivocó y qué aciertos tuvo. Pero leo, escucho y miro todo para ver si yo siento que acá me equivoqué y el periodista también, bueno, me equivoqué. Hay veces que no coincido, pero trato de escuchar todo porque creo que también me enriquece. Si yo salgo, digo que dirigí bárbaro y no escucho nada, parece que se pierde un poco de la posibilidad de crecer y de mejorar.

El número

12-- Son los partidos que Antonella dirigió en el ámbito de la Liga de Sur. Sancionó 5 penales (4 convertidos) y mostró 8 rojas: Armario, Carpensano, Pablo González, Lucas Irusta, Kippes, Juan Usuldinger, J. S Sáez y Sauco.

(*) Datos de Eduardo "Cocho" López.