Bahía Blanca | Sabado, 05 de julio

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“Algún día voy a volver a Sporting, que el hincha se quede muy tranquilo”

Mauro Sabatini, el último ídolo del club rojinegro, ya está en Venezuela, esperando empezar a entrenar con su nuevo equipo, el Zulia Fúbtol Club. Renunció a su trabajo para ir en búsqueda de un sueño y reconoce que, a los 29 años, su vida cambió. Que sea para bien, “Topo”.

Fotos: Emmanuel Briane y Archivo La Nueva.

Por Sergio Daniel Peyssé / [email protected]

   “Hoy me despido, con lágrimas en los ojos, del club más grande de la Liga del Sur. Y con la frente en alto porque intenté dar lo mejor de mi en cada partido. Espero haberle devuelto al hincha todo el cariño que me dio. Sporting me cambió la vida y lo voy a llevar por siempre en mi corazón. Gracias a los dirigentes por confiar en mi. Abrazo y nos vemos a la vuelta”.

   Con un mensaje en su cuenta de Instagram, que fue correspondido por sus casi 5.070 seguidores, Mauro Sabatini se alejó de la entidad rojinegra, dejó su casa en Punta Alta y ya se encuentra en la ciudad venezolana de Maracaibo, a donde llegó el jueves a las 14.05.

   El “Topo” es uno de los diez refuerzos que sumó el Zulia Fútbol Club para el torneo de Primera división de aquel país, cuyo inicio esta previsto para el domingo 25 de abril.

   “A los 29 años me llega la oportunidad que tanto estuve esperando; poder firmar un contrato profesional era el sueño que venía persiguiendo desde hace un largo tiempo”, le dijo a La Nueva. el mejor jugador de la LDS en 2019, el último gran ídolo de la afición “sangre y luto”.

   “¿Cómo estoy? Todavía en la luna de valencia. No sabés lo que es esto, la ciudad es hermosa, pero hay que bancarse el calor, entre 35 y 40 grados todos los días y sin una gota de viento. Estoy en una casa enorme, con pileta y cuatro habitaciones. Vivo con dos paraguayos y un colombiano, jugadores que acercó como refuerzos el mismo representante que me trajo a mi (el boliviano Juan Carlos Peñalba)”, contó el goleador que en dos temporadas y media se ganó los corazones de los seguidores rojinegros.

   Maracaibo es la capital del estado de Zulia y se ubica en el noroeste de un país que hoy vive una crisis económica angustiante. Conocida como “La Primera Ciudad de Venezuela”, cuenta con 1.551.539 habitantes y es la segunda con mayor población, detrás de Caracas.

   Además de la exportación de café, su principal eje de crecimiento y desarrollo pasa por las numerosas industrias petroleras que operan en las riberas del lago Maracaibo.

   “Es una ciudad con mucho movimiento, hay camionetas de todo tipo y, por lo que me dijeron, la gran parte de la riqueza del país se origina en Maracaibo”, comentó Sabatini, quien viajó 12 horas en avión desde Ezeiza y con una única escala en Panamá.

   “El calor es parecido a una tarde de verano en Pehuen Co, te quema, pero acá es más pegajoso por la humedad. Me tengo que acostumbrar, no hay otra”, expresó el punta, quien se incorporó al Zulia como futbolista libre y con un contrato garantido de dos años.

   Al serle denegada la licencia por seis meses sin goce de haberes, Mauro renunció a su trabajo para ir en busca del gran sueño.

   “Me costó tomar la decisión, pero sentía que era ahora, que no iba a existir una segunda oportunidad. Estoy muy ilusionado con este paso en mi carrera, sobre todo porque se dio redondito y hubo muchas señales positivas”, subrayó Mauro, autor de 59 goles en 86 partidos con la casaca del “negro”.


Nuevito, nuevito

   El Zulia se fundó el 30 de junio de 2006, lleva 13 temporadas en Primera división y ya cuenta con intervenciones internacionales en las Copas Libertadores (2017) y Sudamericana (2019).

   Empezó en la Tercera categoría, en 2007-2008 ascendió a Segunda y en la 2008-2009 subió a la elite del fútbol venezolano, donde conquistó el torneo Clausura 2016. Obtuvo dos veces la Copa Venezuela y actualmente es el único participante de su región en el campeonato superior.

   El presidente del Zulia, Luis Farías, es hermano del actual director técnico de la selección de Bolivia, César Farías, quien a su vez maneja las acciones del club y es una especie de manager deportivo de la entidad con camiseta similar a la del Inter: azul y negra.

   El técnico es (interino) Frank Flores, aunque la dirigencia estaría buscando un sucesor.

   “De eso no sé mucho, te lo puedo decir cuando empiece a entrenar (lo hará este lunes, después de unos días de aislamiento); todavía estoy con los trámites administrativos y la firma de los diferentes contratos”, deslizó quien también pasó por Comercial y Tiro Federal en el fútbol de la LDS.

   Acto seguido, el “Topo” explicó, con lujos de detalles, como se dio su llegada al Zulia FC.

   “Fue por intermedio de Juan Carlos Peñalba, quien durante varios años representó futbolísticamente a Rubén Darío Gigena. Se dio el contacto, me llamó sobre fines de 2020 con la intención de llevarme a Bolivia, pero justo coincidió que, por la pandemia, el fútbol de ese país no reanudó su campeonato”.

   —¿Y entonces?

   —Me prometió que en 2021 algo iba a surgir y apareció la chance de ir al Zulia, que este año solo participa en el certamen local. En 2017 jugó la Copa Libertadores y quedó afuera en la fase de grupos, pero en la Sudamericana, en 2019, perdió en cuartos de final frente a Colón, que después fue finalista.

   —¿Cuánto tiene que ver Darío en este paso alentador de tu carrera?

   —Muchísimo. Como jugador todos sabemos lo que es (compartió un año con él en Sporting), pero como persona es mucho mejor aún; un ser humano servicial y que está dispuesto a darle una mano al que la necesite. A mi me ayudó a crecer, con consejos y correcciones a tiempo, por eso le debo mucho de lo que soy hoy.

   “El hizo mucha fuerza para que se concrete mi llegada a Venezuela, manejó los contactos con mucha cautela. Creo, y estoy convencido, de que esta historia tuvo final feliz porque Darío estuvo siempre atrás de todos los pormenores”.

   Por el momento, en Venezuela la actividad futbolística está paralizada a causa de la pandemia, aunque el Zulia va a entrar en su último mes de pretemporada y Sabatini sabe que puede llegar a correr con cierta desventaja a la hora de ganarse un lugar en el equipo inicial.

   “Cuando arranque a entrenar veré como estoy, aunque ya tengo una base física y me siento bárbaro después de haber jugado dos partidos con Sporting. Me tendré que adaptar al calor y al nivel futbolístico del equipo, que se armó como para dar pelea”, esgrimió Mauro.

   “Lo que me dijo mi representante es que, por mis características, puedo andar muy bien, marcar diferencias con la velocidad y mi olfato goleador. Pero esto es fútbol, si la pelota pega en el palo y se va afuera, andá a cantarle a Gardel”, acotó.

   —¿Cuántos pares de botines te llevaste?

   —Dos, más dos de zapatillas. Según Darío (Gigena), al llegar, voy a tener todo a mi disposición, pero por las dudas me traje los últimos que usé en la Liga. Quiero imaginar que el vestuario del Zulia es, al menos, similar al de Sporting, que es de primerísimo nivel, porque tenés dos kinesiólogos, una utilería completa y donde se desviven por el jugador.

   Un video editado con las mejores acciones de Sabatini en la Liga del Sur fue suficiente para que el Zulia de el “ok” para su llegada. Es el único argentino que conforma el plantel de casi 30 futbolistas profesionales.

   “Te digo la verdad, la palabra de Darío fue lo que más pesó. El me recomendó y ese fue el motivo principal para que se inicien las negociaciones y yo pueda cumplir este sueño. Lo que dijo Darío de mi tuvo más valor que cualquiera de los goles que ellos hayan visto; es así”.


Es un “hasta luego”

   Con la partida de Sabatini, el club Sporting se queda sin su último gran ídolo.

   “Uhhh... Tengo el corazón destrozado; fue muy difícil alejarme de un lugar donde día a día te demuestran que te aman y te bancan a morir. A los 29 años llegué a pensar que me iba a retirar ahí, que me iba a jubilar en el trabajo donde estaba, que era muy bueno por suerte. Soñaba con un partido de despedida y el Mendizábal lleno”, se sinceró.

   “Mi vida, gracias a Sporting, cambió. Por Sporting, que desde un primer momento me trató como un jugador profesional y me dio todo lo que tenía a su alcance, renové la ilusión que alguna vez tuve de poder triunfar en el fútbol. Espero haber estado a la altura de las exigencias de semejante institución, y sobre todo poder devolverle parte del cariño y el afecto que me dieron”, sostuvo con cierta nostalgia.

   “Sé que a Sporting voy a volver, que el hincha se quede muy tranquilo. Y con el pase en mi poder, lo que es muy importante”, tiró como frase destacada.

   Antes de irse de Punta Alta, el martes, cuando fue a despedirse de sus compañeros, el “Topo” vivió una situación de amor incondicional en el portón principal del estadio rojinegro, en el acceso por calle Sáenz Peña.

   Como pudo, sin poder disimular la emoción y las lágrimas, el delantero bahiense contó la anécdota que recordará para toda su vida.

   “Un nene, de nombre Benjamín (10 años), se me acercó llorando, me abrazó y me pidió que no me vaya, que yo era todo para él. Me partió el alma, lloramos juntos y solo le pude decir gracias, a él y a su padre (Nahuel Morante). Esto es lo que uno generó, lo lindo, y lo que me voy a llevar a la tumba como tesoro más preciado”.

   —Uff, fuerte.

   —Los comentarios en las redes sociales fueron todos esperanzadores, ahí te das cuenta cual es el sentimiento de la gente. El hincha no chamuya, me dice que me va a extrañar y me desea lo mejor. Pensé que alguno no iba a entender esto de irme a tres fechas de iniciado el campeonato de la Liga, pero el que quiere a Sporting entiende todo. Me hicieron saber que está todo bien y que me quieren ver otra vez con la rojinegra puesta.

   “Son todas palabras de aliento, me agradecen y me aclaran que me van a esperar con las puertas abiertas. Me dicen por mensajes que no me van a olvidar y, como vos dijiste, para ellos soy el último ídolo de la institución”.

   “Cuando digo que voy a volver a Sporting con el pase en mi poder, quiero remarcar que, el hecho de estar firmando un contrato profesional me permite quedarme con la ficha. Cuando regrese, el club no va a tener que poner plata por mi préstamo, y a eso apunto para un futuro no muy lejano”, detalló.

   “Mi idea es, después del retiro, seguir ligado a Sporting, como formador o como un simple colaborador, no sé, pero no me canso de repetir que le debo mucho a la institución y a su gente”, acotó.

   “Nunca imaginé que un club tenga hinchas tan pasionales, que para algunos de ellos Sporting sea lo más importante de sus vidas. Cuando llegué me avisaron que era una parcialidad loca y complicada, pero conmigo tienen la mejor, es como que hubo una atracción mutua de antemano, sincera y sin misterios”.

   “Lo que jamás creí es que me iba a ir tan bien y que me tomen tanto cariño; te juro que si se lo contás a alguien que no vive acá y no conoce el fútbol de la Liga, no te lo cree”.

   —Tampoco te creerían si le contás que los hinchas hicieron una rifa para pagar los 200.000 pesos que Comercial pedía por el préstamo.

   —No pasa en ningún lado que una hinchada quiera comprar el pase de un jugador, es increíble, aunque yo lo viví en carne propia. Hicieron la rifa y se vendieron 3000 bonos; una locura. Se pagó el préstamo por un año, no la opción de compra, que era un millón de pesos más.

   —¿Y cómo te quedaste con el pase en tu poder?

   —Al firmar un contrato profesional, sos jugador de ese equipo, y el día que se vence automáticamente quedás en libertad de acción.

Para aceptar ir al elenco venezolano, Sabatini estableció algunas condiciones en su contrato que rápidamente fueron consideradas y aceptadas por las partes.

   “Al firmar contrato profesional, Sporting no entra en la negociación y no recibe ningún dinero. Yo, exclusivamente, pedí que de la transacción le quede algo al club; caso contrario no me iba a mover de Punta Alta”.

   “Hablamos, hubo muchas idas y vueltas, pero al final Sporting recibirá una parte por mi transferencia. Además, llegamos al acuerdo que, en caso de una futura venta, Sporting se quedará con un porcentaje. Sentí que debía actuar así, porque estoy a muerte con este club y con su gente”.

   “En pocas palabras, se le devolverá a Sporting la plata que puso por mi préstamo (los 200.000 pesos que juntó la gente con la rifa) y también recibirá un porcentaje en caso de una futura venta”.

   —Me comentaron que hubo un movimiento de hinchas que quisieron retenerte con la intención de igualar la cifra que puso el Zulia para llevarte. Decime que no es cierto...

   —Ja, ja. La gente de Sporting es capaz de cualquier cosa, hay que estar ahí para comprobarlo; no es casualidad que muchos jugadores de la Liga quieran pasar, en algún momento de su carrera, por las filas rojinegras.

   —¿Por qué esa “ligazón” entre ellos y vos?

   —No sé, me lo pregunto todos los días. En Sporting me fue muy bien en 2019, convertí goles importantes y por momentos la metía hasta de espaldas. Más allá de que son muy fanáticos, el gol de la final 2018 fue determinante, porque Sporting volvió a ser campeón tras 16 años de sequía.

   “Igual soy dado, concurro al día del hincha, me saco fotos y hablo con todo el mundo”.


Su mamá lo mima

   “Me quedan 6 o siete años de carrera viviendo exclusivamente del fútbol, y es lo que quiero aprovechar”, puntualizó.

   —Me imagino las vueltas que diste para renunciar al trabajo que tenías.

   —No sabés. Fue un mes y medio pensando y analizando todo lo que perdía, porque esto es un salto al vacío, es creer que me puede ir bien en un país y en un club que apenas conozco.

   “Mi mamá (Viviana) fue la que más ánimo me dio, aclarándome que si perdía todo iba a estar la familia entera para apoyarme. Me dijo que podía llegar a conseguir otro trabajo, que viaje tranquilo y que apueste de lleno por la decisión que había tomado. Además ella es fanática del fútbol, lo practicó y fue la voz que más quise escuchar. Me apoyó a muerte, por eso deseó que me vaya bien por ella”.

   —¿Es cierto que también te dio un “empujoncito” el llamado de César Farías?

   —Sí, un empujón grande. Me dijo que vaya tranquilo, que no me iba a dejar solo y que si el dio el ok no me iba a soltar la mano. Me manifestó que veía características de mi juego que no observó en otros delanteros que le habían ofrecido al club y que mi capacidad goleadora puede ser clave en un fútbol como el venezolano.

   “Hizo hincapié en mis gestos técnicos y que no me preocupe por la edad, que estoy a tiempo de vivir del fútbol y de poder hacer mi libertad financiera; que lo que pueda ganar de ahora en más iba a depender pura y exclusivamente de mi. Es un técnico de selección, y sé que su palabra, en el Zulia, es santa”.

   —El primer sueldo, ¿a qué estará destinado?

   —Te soy sincero, no voy por una cuestión económica, mi idea es hacer experiencia, tener un buen campeonato, meter goles y dar un salto de calidad, si se puede a un equipo de mayor relevancia, de ese país o sudamericano.

   “Voy a ganar en dólares, pero no es una fortuna como muchos pueden pensar. La idea es hacerme conocido, sé que será un año de mucho sacrificio, pero estoy dispuesto a crecer y trascender, porque tengo el carácter y las condiciones para lograrlo. Estoy en un equipo que me puede abrir una puerta más grande, solo tengo que estar afilado e iluminado en ese preciso momento”.

   —A todo esto, ¿qué dice Yamila, tu novia?

   —Está destrozada. Por ahora se queda en Punta Alta, tiene dos hijos y no me puede seguir. Está contenta por esta chance que me toca, pero llora todos los días porque le cuesta superar la situación.

   “Para que vaya allá hay que avaluar un montón de condiciones, sobre todo por los nenes, que están en edad escolar. Es muy complicado, Venezuela, en este momento, no es un país con las mejores condiciones de vida para una familia. Primero me tengo que adaptar yo, y después veremos”.

   “Venezuela está muy mal como país pero el fútbol es un oasis en el medio del desierto. No ganás fortunas pero el jugador vive muy bien. Se puede hacer una diferencia; ojalá se de todo como lo estoy pensando”.

   —El último mensaje para el hincha de Sporting es...

   —El cariño y la comprensión que tuve en Sporting no lo voy a encontrar en otro lado, y llevaré al club y a sus colores en mi corazón por siempre. Lo juro por quien sea.


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Gritos. En 86 cotejos en Sporting, entre mitad de 2017, todo 2018 y 2019 y dos fechas de 2021. En Comercial 46 tantos en 112 partidos y en Tiro 9 en 21.