“Mi viejo me hizo practicar todos los deportes para evitar que llegara al automovilismo”
Emanuel Alaux demostró que la sangre tira y que aún hay bastante recorrido entre los fierros para la familia pigüense.
Por Tomás Arribas / [email protected]
(Nota publicada en la edición impresa de hoy)
El sistema circulatorio del clan Alaux tracciona a combustible. Parece que los integrantes masculinos de la familia oriunda de Pigüé están destinados a experimentar la sensación de acelerar un vehículo de carreras.
A continuación nos referiremos al cuarto integrante de la dinastía, Emanuel (30), el menor de los hijos de Oscar, quien diera el puntapié hace más de 40 años. Un camino que al tiempo continuaría, con enorme suceso deportivo, el reconocido Sergio.
Por si fuese necesario a esta altura, “Manu” nuevamente dejó en claro que la sangre tira.
La notable actuación en la primera fecha del Turismo Regional disputada en nuestra ciudad, en la apertura del calendario 2021, fue una muestra más que elocuente.
Su participación en “La Vedette” zonal asomaba como una aventura deportiva y una imperdible oportunidad para volver a despuntar el vicio.
Sin embargo, tras lo ocurrido hace exactamente siete días, los planes de Alaux inevitablemente tomaron otro color.
“El Turismo Regional era un objetivo que me estaba planteando desde hace un tiempo al observar lo buena que se ponía. Desde que dejé de correr en TC del Sudoeste, la idea a futuro era poder competir en algún auto con tracción delantera. Surgió la posibilidad con el equipo de Javier (Weimann) y le metimos”, expresó Manu.
“Impensado arrancar la temporada así--agregó--. Después de cinco años sin correr, poder ganar la primera carrera oficial y estar puntero del campeonato es mucho más de lo que pude imaginar. Ahora cambian los objetivos y la forma de correr. No queda otra que estar en la pelea”.
Antes de proseguir analizando el presente y su gran performance a bordo del Chevrolet Corsa que alista el Claverie Racing en nuestra ciudad, vale ahondar en un tema recurrente ante estos casos.
El automovilismo fue ¿una "obligación" para Manu? En absoluto. Puede que su desembarco en el deporte mecánico se haya dado por decantación, pero la propia familia procuró darle a Manu las herramientas para que descubra su pasión por sí mismo.
“Mi viejo me hizo practicar todo tipo de deportes: fútbol, básquet, tenis, etc., con la idea de que no encare el automovilismo. Pero se ve que está en la sangre de los Alaux. No le quedó otra que subirme a un auto de carreras. Por suerte demostré que podía hacerlo y allí se decidieron a ayudarme y estar al pie del cañón”, aclaró el hincha de Racing.
—¿Te pesó el apellido en algún momento o sentiste presión de ser un Alaux?
—No, al contrario. Mi hermano Sergio tiene una experiencia bárbara, y gracias a él empecé en todo ésto. Recuerdo un día que me llamó y me dijo: “Manu, mañana probás en un Fórmula Renault. Y así empezó todo. Lejos de pesarme, ser un Alaux me benefició mucho. Tener a papá, a Sergio y Marcelo (el tercer integrante del clan) tan cerca es lo mejor que me puede pasar.
“Arranqué a correr directamente en un auto de Fórmula, en 2008. Llegué a hacer una fecha en la Metropolitana, pero me focalicé en la Fórmula Renault Pampeana, que en esa época era muy fuerte, con muchas máquinas y muy buenos autos. En 2009 salí subcampeón y en 2011 logré el título”, recordó.
—¿Y cómo se da la llegada al TC del Sudoeste?
—En 2013 me fui enojado de La Pampa, gané un campeonato en pista y me lo quitaron por circunstancias que no me parecieron legales. No quería saber más nada, pero tenía la Chevy que había corrido Marcelo en 2004 en el Supercar (auto utilizado por papá Oscar en su momento), se la adaptó al reglamento y mis amigos me empujaron para correr.
"Logré el subcampeonato en 2014, mi único año completo. Y ese torneo lo peleo con Matías Iseppi, que estaba en el equipo de Javier (Weimann). Ahí quedó una muy buena relación, mantuvimos el contacto y así surgió esta posibilidad", recordó.
"Me acortan el camino"
La transición del tracción trasera al delantera no fue tan costoso como muchos pudieron imaginar.
Mucho tuvo que ver el potencial del auto y el asesoramiento de lujo en cada salida a pista.
"Pensé que iba a ser más difícil el cambio y la adaptación. Pero también tengo que reconocer que ayudó mucho correr con el auto campeón 2019 y que el equipo rápidamente lo acomodó a mi manera. Tuve la ayuda de Eloy (Huarte), Rodrigo (Fernández) y Gonzalo Fabi, quien hace las veces de coaching deportivo. Eso me ayuda a acortar el camino", reconoce Alaux.
"Son dos cosas totalmente distintas. El TC es un auto mucho más pesado y eso modifica mucho el manejo. Con el Corsa voy mucho más de costado, con el tren trasero más en el aire, pero hasta ahora me pude adaptar muy bien", cerró.