Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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El otoño arranca con una agenda llena de pendientes

La columna semanal de Ricardo Salas, corresponsal de La Nueva. en la capital provincial.

   El escenario de clima otoñal frente al contexto de la pandemia y la politización en torno del plan oficial de vacunación contra el coronavirus siguen ocupando el centro de la agenda  bonaerense con el despliegue de distintas estrategias discursivas en materia sanitaria. 

   En la provincia ya se analiza aplicar una sola dosis de la vacuna contra el Covid-19 y retardar la segunda para poder dar mayor cobertura a la población ante la inquietante posibilidad  de que pueda comenzar  una segunda ola de contagios. 

   La oposición legislativa de Juntos por el Cambio no se quedó de brazos cruzados. De inmediato, salieron a pedir que sea el ministro de Salud bonaerense Daniel Gollán quien explique sobre los posibles faltantes de la segunda dosis para llevar tranquilidad “a todos los bonaerenses que están a la espera de ser vacunados”. 

   Mirando por el espejo retrovisor puede advertirse que buena parte de la población -de acuerdo a su propia “agenda social”- hace rato ya autodecretó el final de la pandemia, sin más motivos que el hartazgo de un largo año de encierro. 

   También desde hace rato, intendentes y legisladores del arco opositor cuestionan a la Provincia por el manejo y organización del plan de vacunación contra el coronavirus. La difícil situación creada por la falta de vacunas genera que el proceso de inmunización sea criticado por su “paso de tortuga”.  

  “No hay posibilidad de avanzar si no existe una conjunción muy fuerte con todos los intendentes y las intendentas: la vacuna no tiene color político”, afirmó el ministro Gollan, en tono con una frase que amplifican desde los despachos del oficialismo a modo de respuesta contra los cuestionamientos. 

   En paralelo a la crisis sanitaria, la gobernación busca sumar respaldos para poder avanzar con el plan de reactivación económica que anunció el gobernador Axel Kicillof ante la Asamblea Legislativa a principios de este mes.

   En esa etapa de recuperación económica y generación de empleo dentro de cada municipio podría inscribirse la decisión política de Kicillof de apurar convenios con los intendentes para reactivar obras paralizadas y construir 1.200 soluciones habitacionales en la Provincia.  Fue lo que hizo días atrás en el Salón Dorado de la sede gubernamental junto a un puñado de alcaldes de la Sexta, entre otros. 

   “Nuestros lineamientos implican reiniciar las obras que habían sido paralizadas en la Provincia y, a su vez, iniciar un proceso de construcción de viviendas que generará la oportunidad para  que muchos bonaerenses puedan tener acceso a la vivienda digna”, remarcó el ministro de Infraestructura y Servicios Públicos, Agustín Simone. 

   “Cuando salgamos de la pandemia no alcanzará con recuperar lo perdido, sino que deberemos aprovechar las oportunidades para darle una dirección a la reactivación económica”, proyectó Kicillof ante varios ministros durante una reunión de gabinete itinerante en Trenque Lauquen. 

   "Debemos reconstruir ese círculo virtuoso de la Provincia, que no es ni más ni menos que el círculo del trabajo, la generación del salario, el consumo, la producción y el trabajo digno para todas y todos", afirmó por su parte la vicegobernadora Verónica Magario. 

   Mientras tanto, en la oposición de Juntos por el Cambio el debate sigue abierto entre las expectativas por el resultado de las elecciones internas del radicalismo bonaerense   y las repercusiones por la reaparición del expresidente Mauricio Macri, quien presentó su libro “Primer tiempo”, con el que respasa su gestión como presidente y con el que piensa realizar una gira de presentaciones, buscando instalar la idea de que habrá un “segundo tiempo” que nuevamente lo tenga como protagonista central de la escena política. 

  A partir de mañana comenzará a despejarse el panorama, cuando se sepa si, internas mediante, la UCR bonaerense sigue bajo la conducción actual, esta vez encabezada por el diputado marplatense Maximiliano Abad, o da un golpe de timón y elige al intendente de San Isidro, Gustavo Posse. 

   El dato no es menor. De darse el primer caso, hacia adentro de JxC se garantizaría un statu quo con relación al resto de los partidos integrantes de la coalición -con algunos matices, claro-, y en el caso de triunfar Posse, las consecuencias podrían ser impredecibles.  

   “Hoy la interna de Juntos por el Cambio es como un hormiguero, si gana Gustavo (Posse), sería como patear ese hormiguero”, coloreó un reconocido militante boina blanca en las diagonales. 
Está claro que una victoria de Abad sería un alivio para la exgobernadora María Eugenia Vidal y sus huestes, a pesar de las pocas cartas que muestran en público. Hacia adentro, un espaldarazo hacia los sectores federales del radicalismo, encabezados por Alfredo Cornejo, Mario Negri, y los gobernadores  Suárez, Morales y Valdés. 

   De ganar Posse, podría inaugurarse una tercera vía dentro de JxC, más cerca del grupo de los intendentes Pro, y de la pata peronista que intenta hilvanar el extitular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó. 

   Para adentro de la UCR, una victoria possista en la Provincia, significaría abrirle la puerta a Enrique Nosiglia -el histórico operador todo terreno de Raúl Alfonsín- con su proyecto presidencialista encarnado en la figura de Marín Lousteau.