Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Vacunación: por necesidad, solidaridad o para volver a encontrarse con mamá

Tras el lento inicio de campaña, Bahía Blanca marcó nuevos récords de aplicación en los primeros días de marzo. Opina un especialista y personas de nuestra ciudad que ya gozan de inmunidad.

Fotos: archivo y Pablo Presti-La Nueva.
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Audionota: Danilo Belloni
Por Mauro Giovannini

Twitter: @MGGiova

Mail: mgiovannini@lanueva.com

(Nota publicada en la edición impresa)

 

   Analía tiene 61 años, se anotó en vacunatepba.gba.gob.ar y ya recibió la primera dosis de la vacuna de Oxford/AstraZeneca. Ahora espera con inquietud la segunda dosis, para la primera semana de abril, porque tiene un propósito muy importante que cumplir.

   “Decidí vacunarme porque creo en las vacunas. Hice la cuarentena impecablemente y estaba ansiosa porque pienso que es la única forma de poder salir de esto y de llegar a tener una vida parecida a la normal. Además, tengo a mi mamá en un geriátrico y hace un año que no la veo y no estando vacunada no la podía ir a ver”, resumió.

   El tiempo ayudó a comprender que de la pandemia no se salía en 15 días y que era necesario aprender a convivir con el virus.

   Ahora, nuevamente, el tiempo pone a relieve que la vacuna por sí sola no es la puerta de entrada a la normalidad, sino que se necesita una masificación de la vacunación para tal fin.

   Hacia allá va la Argentina, la provincia de Buenos Aires y Bahía Blanca en particular, que es lo que nos obliga a centrar la mirada.

   “Ahora estoy esperando que la vacunen a ella para podernos encontrar. Eso es una de las cosas que me movió. Y claramente creo en las vacunas; toda la vida me vacuné y vacuné a mi hijo y jamás se preguntó el origen ni el por qué”, agregó.

Al ser voluntario, quienes deseen recibir la vacuna deben inscribirse en el sitio web www.vacunatepba.gba.gob.ar. o en la aplicación.

   A Analía le llegó la confirmación del turno vía WhatsApp y acudió al Penna el último lunes.

   “Excelente es poco. Impecable la organización desde la primera persona que te recibe, te toma la temperatura y te pone alcohol en gel hasta cuando llegás al vacunatorio. Todos fueron sumamente amables y con una sonrisa dibujada que no parecía que estaban trabajando”, agradeció.

   En tanto, aseguró que no tuvo síntomas y que, por el contrario, salió con más “energía” del vacunatorio.

   “No tuve ningún síntoma, nada; no me dolió absolutamente nada. Creo que tuve una inyección de energía, entré con mucha alegría a vacunarme y salí mucho mejor. Como está todo tan bien organizado, en media hora ya estaba afuera del hospital, te hacen esperar 20 minutos por si tenés una reacción o algo”, comentó.

   “A la gente que no se quiere vacunar, que cada vez es menos, es difícil hacerle entender que de esto se sale vacunándose. Le diría que lo piense, que lea, que se fije”, sostuvo.

   La campaña dio inicio el 29 de diciembre en nuestra ciudad, cuando en el Hospital Interzonal General de Agudos Dr. José Penna recibieron con los brazos abiertos el primer lote de la rusa Sputnik V. Significó todo un acontecimiento, después de tantos meses de angustia, aunque sus primeros pasos fueron excesivamente lentos.

   Las promesas nacionales lejos estuvieron de cumplirse y, por ejemplo, en enero se vacunaron apenas 1.981 bahienses (o personas que residen en nuestra ciudad, claro está). El promedio del primer mes fue de 63 vacunas diarias porque, además, en varios días no se colocó ninguna.

   Febrero dio un salto de calidad, siempre observando de reojo que se aproximaba el comienzo del ciclo lectivo y que algunos ensayos debían modificarse.

   Así, por ejemplo, la Escuela de Educación Secundaria Técnica N°2 “Ingeniero César Cipolleti”, primer establecimiento abierto a la campaña a excepción de los hospitales Penna y Municipal, ya no está operativa.

   El segundo mes del plan se completó con 5.194 dosis suministradas. Allí, ya no solo se citó a personal de salud, sino que se fue aplicando a personas mayores de 60 años, incluyendo las provistas por PAMI destinadas a geriátricos, instituciones de salud mental y hogares de discapacidad.

   Luego llegaron la sede de Suteba en Caronti 126, la Universidad Nacional del Sur (Av. Alem 1.253) y la Mutual de los Suboficiales de la Armada (Saavedra 349) hasta que esta semana se habilitaron las dependencias de la Universidad Tecnológica Nacional en Montevideo 340.

   Federico tiene 35 años, trabaja en el Hospital Italiano Regional del Sur en el sector de electromedicina y ya recibió las dos dosis de la vacuna Sputnik V, los días 9 de enero y 3 de febrero, en el Penna.

   "Me anoté el primer día que salió el anuncio en la provincia de Buenos Aires para el sector de salud”, reconoció.

   “Decidí vacunarme por mis viejos y mi familia. Siempre confié en las vacunas y me parece que es algo que tenemos que hacer para lograr socialmente atenuar un poco la pandemia y la segunda ola que en algún momento va a llegar”, mencionó.

   Federico contó que con la primera dosis no tuvo síntomas, apenas un poco de cansancio, pero admitió que con la segunda tuvo dolor en el brazo y algunas líneas de fiebre, más allá de que “con paracetamol pasé bien el día”.

   “Hay que aprovechar la vacunación —continuó—, la gente se tiene que vacunar para ayudar a los demás, sobre todo a la gente mayor”.

   “Los jóvenes lo deberían hacer, no tanto por ellos, porque de última tendrán algún síntoma y sufrirán un poquito, sino más que nada por el resto de la sociedad, por los que al virus les puede traer consecuencias más graves. Es una cuestión de solidaridad, ni más ni menos”, remarcó.

   En ese sentido, marzo mostró en su amanecer una tendencia favorable, con más de 6 mil vacunas en las primeras diez jornadas.

   Ese envión le permitió a la ciudad superar las 10 mil aplicaciones el último viernes 5 y alcanzar a otorgar más de mil en un día, por primera vez, el miércoles pasado.

   Sin embargo, son pocas las personas que completaron el esquema. Es decir, quienes ya recibieron las dos dosis que garantizan una alta inmunidad.

   Hasta febrero, se trataba de apenas 1.641 privilegiados. Y marzo no cambió el rumbo; sobre todo porque últimamente se comenzó con la aplicación de la china Sinopharm que, hasta el momento, solo está autorizada para menores de 60 años (con enfermedades preexistentes).

   Recordamos que de acuerdo a lo informado por el Ministerio de Salud de la Nación, según los datos disponibles a la fecha, las diferentes vacunas contra el COVID-19 no son intercambiables debiéndose completar el esquema con la misma vacuna con la que inició.

   Y ni hablar de los docentes, quienes en su gran mayoría comenzaron el ciclo lectivo sin siquiera haber recibido la primera dosis.

   Hasta su último informe, ofrecido ayer por la tarde, la Provincia señaló que se colocaron 15.636 vacunas en Bahía; siendo 2.913 las personas que ya recibieron la segunda dosis.

   Maia, de 36 años, es maestra y recibió la primera dosis de la vacuna Sinopharm el miércoles en la sede de Suteba.

   “Solo sentí algo de cansancio. Decidí vacunarme porque tengo padres que pertenecen al grupo de riesgo y porque estoy expuesta con mucha gente, otros docentes y administrativos”, señaló.

   No obstante, confía en los cuidados que se toman y en los protocolos que se respetan en Nuestra Señora de Pompeya a la hora de dar clases.

   “No me preocupó comenzar el ciclo lectivo sin tener la vacuna, pero me hubiese gustado que sea distinto. Por los protocolos que se aplican, en la escuela me siento segura. Ahora estoy contenta y más tranquila, esperando la segunda dosis”, expresó.

“El problema es que no se están produciendo las vacunas que pensábamos”

   “Por el momento, uno no sabe hasta cuándo protege la vacuna. Lo más seguro es que al menos durante tres meses haya una cobertura cierta, pero no sabemos tampoco en qué momento podremos llegar a tener circulación de nuevas variantes en el país”, sintetizó Diego Maurizi, médico infectólogo.

    “La vacuna es eficaz en los primeros meses. En esta fase 3 acelerada que se le dio aprobación a la vacuna, se vio que impiden en un cien por ciento la aparición de casos graves e impiden en menor porcentaje la aparición de cuadros leves”, continuó el doctor.

   “El principal problema que tenemos en el mundo es que no se están produciendo las vacunas que pensábamos. Además, las que hay las están acaparando los países más poderosos; eso está muy mal”, afirmó Maurizi.

   Para el infectólogo, que los famosos se vacunen genera “confianza” en la gente; sobre todo en casos como este donde la aparición de los distintos inyectables emergió en tiempo récord.

   “En muchos países se hacen campañas para que la gente le pierda el miedo a la vacuna. Mostrar que se vacuna Biden o Merkel o Kamala Harris, se hace para que la gente tome confianza. Claramente, las vacunas se desarrollaron muy rápidamente y todas comenzaron a darse con aprobaciones de emergencia”, sostuvo.

   El futuro inmediato implica centrar la atención en lo que ocurre en Brasil.

   “Las vacunas han demostrado que no traen grandes efectos adversos. En todo caso, sería mucho mejor a dejar que el virus siga circulando, como está pasando ahora en Brasil que está haciendo todo lo que no hay que hacer”, reflejó.

   “Al circular libremente por todos los millones de personas que hay en Brasil —continuó—, permite que en algún momento se generen mutantes que tengan mayor habilidad para infectar. Y si además tiene más gravedad, estamos en problemas”, completó.

A Bahía arribaron tres vacunas contra el coronavirus

   Diferencias. La de origen británico (Oxford/AstraZeneca) consiste en un vector viral no replicativo (utiliza adenovirus de chimpancé); la rusa (Sputnik V del Instituto Gamaleya) contiene un vector viral no replicativo (utiliza dos adenovirus humanos, 26 y 5); y la china (Sinopharm), funciona con virus inactivados, según explica el ministerio de Salud de la Nación.

   Prioridades. Debido a la disponibilidad gradual de dosis de vacunas fue necesario establecer un orden de prioridad de los grupos de población a vacunar en cada una de las etapas establecidas.

   Escalonamiento. Respeta el siguiente orden: personal de salud (en función de la estratificación de riesgo de la actividad); adultos de 70 años y más y personas mayores residentes en hogares de larga estancia; adultos de 60 a 69 años; fuerzas armadas, de seguridad y personal de servicios penitenciarios; adultos 18 a 59 años de grupos en riesgo; personal docente y no docente (inicial, primaria y secundaria); y finalmente otras poblaciones estratégicas definidas por las jurisdicciones y la disponibilidad de dosis.