Bahía Blanca | Viernes, 04 de julio

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Larraburu: “El peronismo siempre tiene a los mejores candidatos”

El dirigente del PJ repasó la historia y, más allá de las últimas cinco derrotas consecutivas, dijo: “Estoy convencido de que podemos ganar en 2023”.

“Yo no tengo nada contra las minorías, porque hay que sumarlas, pero el peronismo es de mayorías”, dijo el Dr. Larraburu. / Fotos: Rodrigo García-La Nueva

Antes de escuchar las preguntas, el referente del peronismo bahiense en tiempos contemporáneos pretende dejar, de movida, un tema en claro.

“Si vamos a lo real, el peronismo siempre ha sido peronismo en la ciudad. Aunque a veces le haya ido mal en las elecciones”, dice el Dr. Dámaso Larraburu, en un tiro por elevación a esta suerte de competencia entre peronistas y radicales que surge del relevamiento de las elecciones —legislativas y presidenciales— desde 1983 a las últimas del domingo 14.

“Distinto es el caso del radicalismo. No es una crítica, pero en los últimos años tuvo escasa representatividad en el plano electoral local luego de haber sido, eso sí, el partido que más votos cosechaba”, explica.

“Es cierto que en la última elección sacó algo más (de votos) y que quiere volver, pero no sabemos si lo logrará; la gente lo dirá”, admite.

De acuerdo con un trabajo realizado por La Nueva., el radicalismo (y aliados, u otras denominaciones) se impusieron en 15 ocasiones y acumulan un promedio de 39,47 % de sufragios.

El PJ (y afines), en tanto, llegó al 32,52 %. El resto de las fuerzas políticas ha logrado el 28,01 %.

Al repasar la historia, el dirigente elige una gestión en la que tuvo directa injerencia: 2003. Fue 43,15 % contra 31,67 % cuando el Dr. Rodolfo Lopes le ganó al Agr. Jaime Linares, quien iba por la tercera reelección. Fue la segunda mejor votación del peronismo desde 1983. También la más impactante.

“El peronismo hizo una estrategia de unidad en serio. No fue una frase hecha, sino algo real y concreto. Hubo una ingeniería perfecta, algo que no siempre es sencillo de lograr. La primera encuesta la hicimos a fines de enero de 2003: perdíamos por 40 puntos: 50 a 10. No me lo olvido más”, recuerda.

“Con la gente que nos asesoraba entendimos que lo bueno era hacer una gran interna peronista. Y poco menos que la fabricamos, porque en aquel momento estábamos tan mal que pensábamos que ni siquiera valía la pena, pero fuimos igual. Y salió muy bien”, indica.

“Enfrente tuvimos a Víctor Benamo, quien realizó una elección excepcional y con mucha movilización. Se hizo el mismo día de la interna entre (Juan Pedro) Tunessi y Linares. Fueron las primeras elecciones abiertas que, en realidad, eran casi cerradas. No como las PASO de ahora”, rememora.

Peronismo bahiense en febrero de 2004. Habla Larraburu; escuchan Hugo Márquez (izq.), Víctor Benamo, Adalberto M. Simón y Ana Civitella.

“Tras la derrota de Benamo sellamos la unidad; sin rispideces. Y luego hubo un manejo genial de la campaña por parte de Ernesto Savaglio (NdR: falleció en 2020), quien era de lo mejor que conocí a nivel nacional. Entre otros, fue quien hizo la campaña del bulldog de (Ricardo) López Murphy, aunque venía de la publicidad”, dice.

“Lopes hizo un gran trabajo territorial y tuvo una empatía muy fuerte con la gente. Teníamos la esperanza del triunfo, pero no por 11 o 12 puntos. Esa vez ganamos hasta en el Palihue, algo que no sé si alguna vez sucedió”, relata.

Al analizar las elecciones del justicialismo, se aprecia que las mejores fueron en los segmentos presidenciales y las de menores porcentajes se produjeron en legislativas.

“Las puntas que más se votan son las de los extremos, si se considera a un presidente y a un intendente fuertes. Las boletas del medio no son de referencia de tirada; es decir, de arrastre”, argumenta.

“Pero hay excepciones y no existe un correlato perfecto. En las últimas elecciones quien más votos tuvo fue Lorenzo (Natali, candidato a diputado provincial), que sacó más que (Adrián) Jouglard y que (Diego) Santilli”, sostiene el Dr. Larraburu, quien fue diputado nacional por tres períodos.

“A la recíproca es lo que le pasó a (Jaime) Linares en 1995, que soportó a (Horacio) Massaccesi con una elección presidencial de 17 % y él obtuvo casi el 59 %”, indicó.

También recuerda que, en 1983, se votó con boletas separadas y la lógica era que gane Ezequiel Crisol, pero Raúl Alfonsín arrastró a Juan Carlos Cabirón, a la comuna, y a Alejandro Armendáriz, a la gobernación bonaerense.

“(Carlos) Menem, en la presidencial de 1989, hizo ganar la boleta local de Emilio Fernández. El peronismo completo triunfó en concejales en Bahía Blanca por 5 puntos. En 1987, cuando fui candidato, se hizo una buena elección. (Antonio) Cafiero era gobernador, pero perdió con (Juan Manuel) Casella en Bahía. Si hubiera tenido arrastre, acaso llegaba a la intendencia”, admite hoy.

Jaime Linares, Juan Pedro Tunessi y Dámaso Larraburu, en abril de 1995, antes de las elecciones.

Otra bisagra el Dr. Larraburu la sitúa en la elección presidencial de 2007.

“El peronismo se presentaba con dos candidatos. Y uno solo a presidente. El candidato a jefe comunal de uno de los sectores era (Cristian) Breitenstein; del otro (Federico) Susbielles. Los dos llevaban a Cristina (Kirchner) en Bahía, que medía cerca de 30 puntos. (Juan Pedro) Tunesi, al revés de Breitenstein, no dividía; sino sumaba, porque iba en la lista de (Elisa) Carrió) y de (Roberto) Lavagna, que tiraban cerca de 60 puntos. Me habían dicho que era imposible que Tunessi perdiera, porque Breitenstein iba a sacar 20 puntos y él 40. La realidad fue que Cristian ganó 37 a 27, cuando Lavagna y Carrió tiraron más de 55 puntos. Por eso, nada es lineal y, si bien muchos ya ni se acuerdan, estos son hitos”, asegura.

Peronismo 2.0

El PJ local ganó por última vez en el año 2011.

“¿Cómo se puede revertir? Hace unos días algo dijo el presidente (por Alberto Fernández), que yo venía sosteniendo desde el 12 de septiembre. Digo, por las internas”, sostiene.

“A priori, el peronismo siempre tiene mejores candidatos que Juntos. O el radicalismo. A la vista, y no a la vista. Van a pensar que estoy loco, pero tengo el convencimiento de que el peronismo tiene enormes chances de ganar en 2023 en Bahía Blanca, tal como sucedió cuando lo dije en 2003, cuando Lopes no estaba a la vista en 2001, ni en 2002. Y hasta casi ni a principios del mismo 2003”, recuerda.

“Ahora depende de cómo se trabaje en la construcción política. Hay que preparar el partido, con táctica y estrategia. Si el peronismo es inteligente, puede ganar”.

“Para eso debemos dejar una PASO ordenada y con proyecto de ciudad. Hay que tener apertura para sumar gente no peronista. Hay muchos que no quieren estar en Juntos y están buscando un lugar; se lo debemos ofrecer”, dice.

El Dr. Larraburu fue un poco más allá en el análisis coyuntural.

“Hoy hay muchos jóvenes con soberbia; eso no sucedía cuando nosotros empezamos porque nunca nos creímos los dueños de la pelota. Fuimos abiertos y participativos; teníamos los humos (sic) bien controlados; hay que tener en claro que la política no es un conchabo”, manifiesta.

También dice el referente que, en los últimos tiempos, el peronismo se dedicó a ser condescendiente con las minorías.

“Yo no tengo nada contra las minorías, porque hay que sumarlas, pero el peronismo es de mayorías. Y en las últimas elecciones quedaron afuera las mayorías. Y así nos fue”, añade.

El Dr. Dámaso Larraburu, en una imagen de esta semana.

“Cuando la prensa alude a los ‘líderes del peronismo’ yo no estoy tan de acuerdo. Y no es una crítica al periodismo, pero para ser líder no alcanza con tener buenas encuestas. Linares tenía una imagen positiva del 60 % días antes de las elecciones de 2003. Y ya sabemos qué pasó luego”, aclara.

El Dr. Larraburu también se refirió a las nuevas formas de comunicación en política.

“Es la selfie y el coucheo. Los discursos son más o menos parecidos, pero los candidatos no discuten ni el fondo ni las estrategias; no lo hacen respecto de un proyecto de ciudad y de sus temas centrales”, comenta.

“Hoy no tenemos médicos en las guardias. ¿Eso se discutió en la campaña local? No. Se apunta al coucheo y donde se habla mal del otro, cuando en realidad hay que escuchar a la gente”.

“Ahora, el peronismo local debe armar un modelo de ciudad y explicar cómo, cuándo y de qué forma se puede hacer”, asevera.

“Otro punto a tener en cuenta es que a Juntos le puede pasar lo mismo que a Linares (en 2003), a quien considero un talentoso, de una enorme capacidad política y un gran jefe comunal. Pero ya se analiza quién va a ser el intendente: (Marcos) Streitemberger; (Pablo) Romera; (Andrés) De Leo. Esa es la discusión política hoy. Creo que se van a llevar una gran sorpresa”.