Paso Urbano: la obra de los casi $ 10.000 millones ya ronda el 22 % de concreción
Se trata del emprendimiento más importante de la historia distrital. El derrame económico mensual, en varias pymes de la ciudad, es de alrededor de $ 150 M. Los retrasos por las interferencias.
Guillermo D. Rueda / [email protected]
La obra de Paso Urbano, de sólo 11,082 kilómetros, se ha constituido en uno de los desafíos más importantes de la historia del distrito de Bahía Blanca y sus alrededores.
Se trata de un enclave que transformará a la ciudad en uno de los ingresos vitales de su estratégica geografía. No es menor, entonces, la continuidad lograda en este último tiempo hasta alcanzar el 22 % de concreción de obra.
Más allá del desafío de la ingeniería, hasta arquitectónico como puede suponerse en un trabajo que, en algunos tramos, tendrá tres niveles de circulación en altura, impacta el monto actualizado de redeterminación: a este octubre, 9.376.000.000 pesos. Y también el derrame económico para no pocas pymes de la ciudad que intervienen en la compleja construcción.
Pero para arribar a estas cifras las dificultades no han sido pocas.
“Cuando asumimos, a fines del año 2019, la obra estaba en un porcentaje de realización del 11 %. Y con la empresa en retirada por falta de pago y a punto de vaciar el obrador”, dijo el Lic. Gustavo Trankels, jefe del Distrito 19 de Vialidad Nacional, con sede en Bahía Blanca.
Lic. Gustavo Trankels, jefe del Distrito 19 de Vialidad Nacional, en La Nueva.
“Cuando logramos acordar el pago de la deuda y la confirmación de la llegada de fondos para la continuidad, la cantidad de interferencias de obra no paraban de aparecer”, agregó.
“En el proyecto original figuraban 30, pero hasta el momento (por esta semana) hemos llegado a 89. Todas imprevistas. Y acaso aparezcan más”, sostuvo.
Las interferencias son los caños, los cables y determinadas obras de arte que cruzan por la zona del camino a concretar y que, de una u otra manera, se consideran antes de hacer la obra vial; pero que no necesariamente se encuentran en un mapa.
Los trabajos pueden advertirse en el primer tramo de la ruta nacional 33, que se inicia a unos 800 metros al noreste del paraje El Cholo, donde se encuentran la ruta nacional 3 y el Camino Sesquicentenario, por un total de 6,7 kilómetros.
En otro segmento se prevé, por una extensión de 3.496 metros, la autopista de la RN 3 que rodea a Bahía Blanca. El enlace entre los dos tramos es de 886 metros, para aquel total de 11,082 kilómetros.
La obra está a cargo de una UTE controlada por Esuco SA, en la que participan Centro Construcciones SA y Tecnopisos SA.
Trankels añadió que en las interferencias intervienen empresas diferentes y con técnicas distintas. Uno de los trabajos más importantes fue el corrimiento del colector cloacal de la RN 3, de la tercera cuenca de ABSA que va a General Cerri, que debió concretarse por medio de una empresa especializada.
“Con los electroductos pasó algo semejante; siempre fue un desafío diferente. Y por eso trabajamos casi un año de la pandemia en papeles y en proyectos, que no sólo llevaron tiempo, sino dinero extra para agregar al presupuesto original”, explicó.
“Recién este año las máquinas empezaron a moverse y, tras la adecuación de las interferencias, viene la obra vial, la que todos queremos ver”, dijo.
Respecto de los plazos, el Lic. Trankels comentó que es muy complejo dar una fecha sin riesgo de equivocarse.
“Podemos poner un piso de no menos de tres años para terminar la obra, pero no mucho más. ¿Por qué? Porque lo que resta del trabajo no son sólo obras viales”, dijo.
“Si estuviera toda la cancha despejada, con la gente del área de Proyectos en una mañana se podría dar una fecha tentativa, porque sabemos cuánto lleva armar un puente o levantar un talud o una cinta asfáltica, pero el problema acá es que dependemos de cuestiones que no son de nuestra injerencia”, argumentó.
“Uno de los temas es que un tramo debe pasar debajo de las vías del tren. Pero para eso nos tenemos que poner de acuerdo con los métodos constructivos, porque si es por Vialidad cortamos la vía, hacemos un puente convencional y dejamos todo cerrado por seis meses”, contó.
“Pero el tren necesita pasar nueve veces al día y es un lucro cesante impresionante. Ellos nos sugieren que utilicemos otra técnica, que usan los ingleses en el arte ferroviario, que es todo preconstruido y acaso en una semana vuelva a estar operativo. Pero los trámites llevan tiempo. Mucho tiempo”, aseguró el Lic. Trankels, quien fue intendente de Tornquist en el período 2007-2015.
“A la altura de la FISA cruza otro oleoducto, que es de Oldelval, y estamos coordinando para ver cuándo pueden hacer el corrimiento. Ahí no podemos intervenir, sino hacer el perímetro de obra, ya que sólo ellos tocan los caños por razones de seguros y de seguridad, como debe ser”, afirmó.
“Es todo tan complicado que se parece a un dominó. Si no resolvés una, te demorás con otras que no se pueden ejecutar hasta tener lista la primera. Y como esa primera no depende de Vialidad, surge la demora”, comentó, para aclarar: “De todos modos, la predisposición de las empresas a encontrar rápidas soluciones siempre está”.
Tampoco eludió el funcionario la cuestión económica que garantiza la continuidad de obra.
“Hay algunas certezas. Cuando llevamos al ministro Gabriel Katopodis (de Obras Públicas de la Nación) a recorrer la obra de Paso Urbano, se comprometió a conseguir los recursos para reanudarla y la priorizó a nivel nacional. Así fue que se pagó la deuda por certificaciones caídas de seis meses y, hoy, estamos al día, pagando entre el día 23 y el día 27 de cada mes”, comentó.
“Pero como son obras de magnitud económica está claro que dependeremos de la renegociación del Gobierno con el Fondo (Monetario Internacional), y con los acreedores, para seguir destinando recursos a la obra pública”, admitió el funcionario.
El aporte de pymes locales
Respecto del aporte del Gobierno nacional, el Lic. Trankels dijo que, en el caso de Paso Urbano, el derrame económico es de alrededor de 150 millones de pesos por mes.
“Eso siempre depende de qué tipo de obra se haga en ese tiempo, ya que los pagos se hacen por certificaciones”, aclaró.
“Pero hay muchas pymes involucradas. Son empresas locales que trabajan con la principal adjudicataria. Y la única que no lo es, que construye las vigas y es de origen mendocino, está radicada en el Parque Industrial de Bahía Blanca y toman a empleados de acá”, detalló el funcionario.
Si se extienden a otra obra no menos importante, que es la autovía de la ruta nacional 33, que ya llegó al 44 % de concreción, los recursos económicos de la Nación llegan al orden de los 450 millones de pesos mensuales.