Yesan, uno de los productores del momento: "No siento que me haya pasado al trap, el rock siempre está presente"
"Me gusta escuchar cosas distintas y entender la magia de cada género", dice Federico Yesan Rojas.
Productor de éxitos con Duki, Ysy A o Sara Hebe, Federico Yesan Rojas, "Yesan", se transformó en una de las mentes más interesantes de la actualidad de la música nacional que, con el rock como antecedente, se proyecta a nivel mundial.
"El paso del rock al trap lo viví muy orgánico, honestamente. Me considero fan de la música en general. Me gusta escuchar cosas distintas y entender la magia de cada género. Tampoco siento que me 'pasé al trap', mis influencias de rock suelen estar presentes en mi música y trato de combinar los dos mundos incorporando distintos elementos de cada uno", señaló el también productor de Trueno, Miss Bolivia, CRO y Lucho SSJ, entre tantos otros.
Además, Yesan, como se lo conoce en el mundo de la música, tiene su propia banda, Posando Tigres, y está en camino de tener su primer disco solista.
"Durante el encierro me mantuve bastante activo, fue un momento de mucha incertidumbre donde no se podía salir a la calle y había mucha desinformación. Yo no sabia si de repente se iba a extinguir la humanidad o si iba a estar todo bien… no quería quedarme de brazos cruzados sin expresarme", comentó.
"Pude canalizar el encierro terminando producciones que tenía pendientes y cuando las cerré aproveché para empezar a crear nuevas ideas: con Ysy A hicimos todas las sesiones de #YSYA2020; con mi banda Posando Tigres hicimos canciones para sacar un disco el año que viene y hasta hice una canción solista con mi productor amigo Ferlaflame", amplió.
Su carrera profesional comenzó en 2011 como el guitarrista y tecladista de CLAY, una banda de heavy metal alternativo con la que editó tres álbumes. Tras la separación del grupo en 2017, Yesan se volcó a la producción en el sello NEUEN, fundado por él y junto a ONIRIA, Ferlaflame y Taiu.
En 2018, acompañó como guitarrista y bajista a Duki en lo que fue su debut en el Gran Rex y en el Luna Park, y durante 2019 estuvo de gira por América Latina y España (país del que acaba de regresar) como corista y operador vocal de Duki, a la vez que asentó su labor en el estudio, trabajando en singles como "Se Quema" de Miss Bolivia.
—¿Qué elementos creés que se pueden armonizar entre el trap y rock? ¿O creés que hay elementos de ambos géneros que no pueden convivir?
—Aunque sean géneros distintos, tienen muchas cosas en común. Hay una cuestión de actitud en el rock/punk donde el trap se mimetiza. De hecho, actualmente la combinación de los dos géneros es cada vez mas normal y natural. El trap está lleno de instrumentales con guitarras eléctricas y, sin guitarra, el rock no existe.
—¿Cuál es el desafío que te ponés cada vez que tenés que producir?
—Depende. Cuando trabajo con artistas siempre el desafío es distinto. Para mí lo más importante a la hora de tener una sesión es conectar con el momento, aprovechar la energía y no dejarse de sorprender de lo que puede pasar. Siento que se trata de que el artista se vaya a su casa sintiéndose satisfecho al margen de que se haya podido concretar una idea o no.
—¿Te pesa el mote de "productor del momento" o es algo que te adosan desde afuera y que vos no lo vivís?
—Creo que la música argentina está en su "momento" y estoy muy contento de ser parte aportando lo que tengo para dar. Me considero muy apasionado por nuestra cultura y nuestro arte. Tomo mi pasión y trabajo con mucha responsabilidad, entendiendo que estamos en un momento que hace muchos años no se vivía. Argentina es una vidriera para la industria musical mundial en este momento y está lleno de artistas/productores increíbles con mucho para decir.
—Siendo tan jóvenes y casi habiendo creado un estilo, ¿se puede decir que nacieron para el éxito? ¿Cómo fue el proceso para llegar a donde están?
—Soy de los que creen que el éxito se encuentra trabajando. Fue un proceso largo…muchos días y noches dando todo, literalmente. A veces con más confianza en uno y otras veces lleno de dudas… pero siempre para adelante. Entre hacer y no hacer, hay que hacer siempre. Es la única manera de aprender y mejorar en lo que uno hace. No siempre las cosas salen como uno quiere y aprender del error es un tesoro. No hay mucho más secreto que invertir el tiempo en algo que realmente creés, las cosas llegan de una forma u otra eventualmente. (Agustín Argento-Télam)