Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Un repaso por los ascensos de Villa Mitre, que puede sumar otra página a su rica historia

Protagonistas de los tres ascensos del tricolor recordaron aquellas gestas y palpitaron la final del Torneo Federal A que se viene. Ezequiel Palacio, Daniel Paz y Rodrigo Sánchez le ponen palabra a los recuerdos. Mañana puede ser otro gran día.

Palacio celebra con los brazos en alto en plena Ciudadela tucumana, Villa Mitre había hecho historia lejos de casa. Fotos: Archivo-La Nueva.

 

Por Mikel Iñurrategui / minurrategui@lanueva.com
(Nota publicada en la edición impresa)

 

   Luego de casi 15 años de espera y de atravesar distintos momentos deportivos e institucionales, Villa Mitre está ante la posibilidad concreta de regresar al segundo escalón del fútbol argentino.

   El tricolor se encuentra a 90 minutos de volver a un sitio que ya ocupó en dos ocasiones, mientras disfruta de un gran presente en todas las áreas que componen al club.

   El partido que afrontará mañana el equipo bahiense ante Güemes de Santiago del Estero por la final del Torneo Federal A (la primera chance que tendrá para intentar dar el salto), removió los recuerdos y protagonistas de los ascensos de la Villa recordaron aquellas gestas, que en las próximas horas puede tener una nueva compañera.

   Ezequiel Palacio (capitán del Tucumanazo de 2006), Daniel Paz (goleador en Tandil en 1999) y Rodrigo Sánchez (capitán del regreso al Federal A en 2015) dialogaron con La Nueva. en la previa a otro encuentro histórico.

Todos colaborábamos

Palacio (el primero a la derecha), corre junto a Zwenger (tapado), Minor, Schumacher, Mancinelli, Escudero y Monforte para celebrar con el héroe: Ferím Ponte.


   El dorreguense Ezequiel Palacio fue el encargado de llevar el brazalete y representar a un grupo de jugadores que quedó para siempre en la historia villamitrense, al conseguir el épico ascenso en Tucumán, ante San Martín, con una multitud en contra.

   Una tarde soñada de Fermín Ponte en los penales, le dieron el ascenso a Villa Mitre luego de empatar en Bahía (2 a 2) y en la Ciudadela Tucumana (1 a 1) en 2006.

   “Son partidos importantes, trascendentes, que te marcan y que uno como jugador lo lleva para siempre. Hoy las condiciones no son las que uno espera, en medio de una pandemia. En ese momento era una situación más normal. Conozco a varios chicos del plantel, tengo amigos ahí y sigo en contacto con ellos, están de la mejor manera para poder conseguir el ascenso”, reconoció Palacio.

   Aprovechando su paso por la ciudad durante las Fiestas y su relación con varios de los integrantes del plantel y con el utilero “Pipi” Echeverría, Pala se dio una vuelta por el club a saludar y recordar viejos tiempos.

   “Hoy estando desde otro lugar, sin entrar en muchos detalles, he visto un nivel de crecimiento muy importante en cuanto a infraestructura. Creo que ese traspié deportivo en su momento, generó más fervor del que ya tiene el hincha de Villa Mitre y la gestión ha sido buena, porque uno ve mucho crecimiento a nivel institucional. Y coronarlo con lo deportivo sería un premio, no solo para esta directiva sino para todos los que han sido parte del proceso para llevarlo a cabo y por las obras que van llevando adelante, va para mucho más esto”, entendió Ezequiel.

Yo estuve ahí: podrá decir este grupo de hinchas de Villa Mitre que viajó a la Ciudadela.
 

   “Soy de los que quiero que le vaya bien a los clubes que hacen bien las cosas –agregó–, que están ordenados, que avanzan, que le dan un servicio al socio, los clubes que tiene una mirada más allá del corto plazo y una visión clara. Cuando es así, las decisiones que tiene que tomar en el día a día se hacen mucho más fácil, porque ya sabés si eso te acerca o te aleja de tu objetivo. Muchas veces se carece de visión, por eso se toman decisiones apresuradas y por eso no tienen sus frutos”.

   Volviendo a lo sucedido en Tucumán el 28 de mayo de 2006, Palacio fue uno de los que metió su penal en la definición que la Villa ganó por 4 a 3.

   “En ese equipo éramos todos iguales. Recuerdo el nerviosismo y la adrenalina que se tiene antes de esos partidos, era una cancha con un marco que hiciera que todo sea más especial. Vivimos un momento único, el capitán siempre era Ale Hidalgo, alguien que quiero mucho y me ha enseñado mucho en mi forma de actuar. Reconozco que el hecho de llevar la cinta era algo simbólico, porque después tenía el mismo protagonismo que cada uno de los chicos”, reconoció el exzaguero.

   Aquel grupo comandado por Juan Carlos Zapata conjugó grandes rendimientos individuales con una gran labor equipista.

Todos con Fermín, la tarde que se conviritió en Héroe.
 

   “En ese plantel todos tuvimos, en algún momento, algo determinante a favor del grupo. Creo que esa es la parte clave que tenía ese equipo, incluso a veces sin saberlo, pero todos éramos colaboradores para lograr un objetivo y eso a veces es difícil encontrarlo. Hoy lo puedo ver con claridad, pero en ese momento capaz que no. Reconozco que éramos distintos jugadores, pero que todos colaborábamos por un objetivo”, recordó.

   “Villa Mitre a nivel de equipo siempre ha sido eso, hasta el mismo barrio es así. Si hay alguien en el barrio que hace relojes con los colores de Villa Mitre, entrás a todos los negocios y lo van a tener. Por ahí uno no tiene dimensión en sí, pero esas cosas significan ser colaborador. A mí me gusta mucho la palabra colaborador, porque no te da protagonismo, pero sos fundamental para conseguir un objetivo. Creo que esa palabra queda justa, todo el equipo colaboraba para conseguir el resultado. A nosotros nos pasó que hubo varios de los chicos que tuvieron su momento durante el torneo y aportaron su granito de arena”, enfatizó.

Perugini, una de las figuras del ascenso.
 

   “En eso veo una similitud (con este equipo). Fijate que al Tanque  (Zárate) no le está tocando jugar tanto y el otro día entró e hizo un gol fundamental (NdR: ante Deportivo Madryn en el primer triunfo en la historia del club en esa ciudad). De eso se trata, de poder entender, que a veces es difícil para uno como jugador, que somos colaboradores para un objetivo primario que tiene el equipo o la institución. Y que podamos disfrutar de eso. Yo creo que lo más difícil dentro de la vida útil del futbolista es poder disfrutar de lo que está viviendo”, redondeó Palacio.

   Pasaron muchos años y el Tucumanazo, con todos sus condimentos, sigue presente en la memoria de todos los futboleros de Bahía.

   “Vivimos algo hermoso y también se le dio mucho valor a medida que fueron pasando los años. Hoy vemos que fue algo muy difícil de conseguir por los años que pasaron sin que se repita. Ojalá que los chicos puedan conseguirlo ahora, sería algo extraordinario”, se ilusionó Palacio.

Un grupo de amigos lleno de gloria

La celebración del vestuario.

   Daniel Paz es uno de los nombres ilustres de la historia reciente de Villa Mitre y uno de los protagonistas del primer ascenso a la B Nacional, conseguido en 1999, en Tandil.

   Dani fue autor de uno de los tres goles con los que la Villa venció a Douglas Haig de Pergamino, por 3 a 1, para conseguir un logro inédito para la institución.

   “Futbolísticamente es lo más importante que viví en mi vida, porque fue con un grupo de amigos que hacía 10 años que la mayoría estábamos juntos. Eso es un extra”, reconoció Paz.

   “Éramos la mayoría del club –agregó– y los que eran refuerzos hacía mucho que estaban y eso le dio un sabor especial. El jugador que hoy le está tocando vivir esta final es más o menos lo mismo, porque un ascenso al Nacional B no lo vivís seguido. No es fácil…”.

   Un gol de Pablo Gilardi y otro de Martín Carrillo le dieron el triunfo y la posibilidad de ganar aquel reducido al conjunto dirigido por Julio Román.

   “Al ser el primer ascenso siempre es especial, pero el segundo también fue igual o más meritorio por cómo se dio: de visitante en una cancha épica como la de Tucumán. Y después de 15 años estar a un paso, también es un logro muy importante. Si se da el ascenso, sería algo que Villa Mitre merece por cómo está la institución, porque tiene un plantel bárbaro y porque la gente se merece mucho. Ellos (la gente) hacen que Villa Mitre sea un club grande del interior”, reconoció Paz.

El plantel encabezado por Julio Román, en la redacción de La Nueva.
 

   Nacido y criado en el club, aquella tarde en Tandil marcó para siempre la vida del Dani.

   “Llegar a jugar el Nacional B con tu club, con el que viviste un montón de cosas, le da mucho valor. Y con el paso del tiempo más todavía, porque fíjate todos los años que tuvieron que pasar para que se repita. No es fácil; si se les da a estos chicos sería algo hermoso”, cerró.


Operación retorno

"Fue la alegría más grande que tuve como futbolista"

Con el alma lo gritó Rodrigo.
 

   En la previa al partido revancha ante Rivadavia de Venado Tuerto por el Federal B, Rodrigo Sánchez no dudó: “Es hora de que se cumpla el sueño que tengo desde chico”, le dijo el goleador a este medio.

   Horas después, el 20 de diciembre de 2015, Rodrigo marcó un gol de taco para celebrar con toda la barriada que por primera vez disfrutó un ascenso en El Fortín, para regresar al Torneo Federal A luego de cinco años.

   “Sabíamos que Villa Mitre, como mínimo, tenía que estar en el Federal A y hacía ya varios años que estaba en esa categoría que verdaderamente le quedaba chica. Poder lograr ese ascenso y devolver a Villa Mitre a un lugar que mínimamente merece fue un gran desahogo y una gran alegría ”, reconoció Rodrigo.

   "Era un gran equipo -agregó-, en ese momento tuvo la virtud de recuperarse ante un mal arranque, tenía muchísima personalidad porque en la difícil fue donde más apareció. Era un equipo que sabía lo que quería, si bien habíamos arrancado mal, teníamos esas dos virtudes: personalidad y el objetivo bien claro. El juego lo fuimos agarrando de mitad de torneo hacía adelante".

   Gastón Arroyo, de penal, y Marcos Litre marcaron los otros goles del tricolor, que se impuso por 3 a 1 con Sergio Priseajniuc como DT.

De lujo, fue el gol del Flaco que cumplió su sueño.

   "Fue una alegría inmensa poder compartir con toda la gente un logro tan lindo y tan importante. Fue completo, pude hacer un lindo gol y creo que ganamos merecidamente. Fue una final soñada", admitió.

   “Fue especial -agregó- porque soy hincha fanático del club y poder lograr un ascenso en el club del que sos hincha es lo máximo, es un sueño de chiquito. Fue la alegría más grande que tuve como futbolista”, reconoció Sánchez.

Cocciarini (uno de los que puede repetir mañana) llega a abrazar a Rodrigo; Arroyo y Mugabure celebran atrás.
 

   Ahora, Rodrigo aportará su granito de arena como hincha.

   “Tengo contacto con varios de los chicos, hablo seguido. La gente se siente identificada con este equipo, todos los hinchas nos sentimos identificados con este equipo que viene haciendo una gran campaña. Dios quiera que se corone con el ascenso”, cerró Rodri.