Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Gustavo cree que, a pesar de todo, "juntos podemos lograrlo"

Con su esposa Claudia, las pasaron todas. Después de años de sacrificio y casi sin dormir, lograron levantar su casa. "El calor entre las chapas es más jodido que el frío". Hoy, le dan de comer a 40 familias y quieren comprar una olla grande y una garrafa.

Fotos: Emmanuel Briane. "Tavo " San Martín en su casa. Detrás, su gato "Salem".

Laura Gregorietti

lgregorietti@lanueva.com

 

   Como a gran parte de los argentinos, la crisis llegó en 2017 al hogar de Gustavo "Tavo" San Martín y con la pérdida del trabajo, pagar el alquiler se convirtió en una utopía.

   "Con Claudia siempre alquilamos pero cuando me quedé sin el trabajo en la Termoeléctrica, con el fondo de desempleo más una moto grande que teníamos compramos un terreno en el barrio Tierras Argentinas, que tenía un galponcito de chapa en el fondo. Guardamos todos los muebles en lo de mi suegra y nos fuimos a vivir ahí. Tengo que admitir que pasamos dos inviernos muy duros y veranos también, ya que el calor entre las chapas es terrible, mucho más jodido que el frío", recuerda "Tavo".

   Con el pasar de los días y mucho esfuerzo, comenzaron a construir su casa de material.

   "Pasaron unos dos años hasta que nos pudimos mudar a nuestro hogar. Todo lo levantamos con nuestras manos,  los días se me hacían interminables porque en ese entonces había conseguido un trabajo en el Parque Eólico de Tornquist y la combi me pasaba a buscar a las 6 de la mañana, por lo que a las 5 me levantaba y volvía a las 7 de la tarde. Mi señora me esperaba con el material preparado y trabajábamos hasta las 12/1 de la madrugada, así eran todos los días hasta que pudimos levantar todo".

   El trabajo en el Parque Eólico llegó a su fin y el nuevo destino de trabajo de Gustavo también resultó estar fuera de la ciudad y mucho más lejos: Piedra del Aguila.

   "Me costaba irme porque mi señora se quedaba sola con los chicos, pero no quedaba otra porque el trabajo se había terminado. Yo le giraba dinero y ella compraba los materiales, mi cuñado nos terminó de revocar todo y con la pandemia, y el final del contrato, volví a Bahía. Con toda esta crisis, hubo varios problemas con la entrega de los bolsones de mercadería y mi señora comenzó a pedir ayuda para la gente del barrio".

   Con el préstamo de un mechero y una olla grande, Claudia y "Tavo" hicieron "milagros" y comenzaron a cocinar para 5 familias. Así nació el comedor "Juntos podemos lograrlo".

    "Hoy ya son 40 familias, unas 160 personas en total, pero la cosa está muy difícil y nos está costando conseguir las donaciones para cocinar. Pero no bajamos los brazos y seguimos porque es mucha la necesidad y en cada entrega de comida, se nos suma otra nueva familia".

   Por estos días la necesidad más grande pasa por comprar una olla grande, cuyo precio ronda los 11.000 pesos, un mechero y una garrafa, para tener una de repuesto, ya que les ha pasado quedarse sin gas en mitad de una comida.

   "Tenemos a la venta una rifa con diez premios para recaudar fondos pero no hemos tenidos mucha repercusión. Quizá con los números que logramos colocar podamos comprar solo la garrafa, pero si hay gente que nos quiera ayudar, pueden llamar a mi teléfono 291-6434926 o al de mi señor Claudia, 291-5083950, ya que recién sortea el 14 de agosto".