Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Lanzan nueva traducción Argentina de los clásicos de Samuel Beckett

"En el Río de la Plata, la lengua de Beckett es extranjera de una manera local”, aclaró Battistón.

Samuel Beckett.

   La trilogía de Samuel Beckett es una de las obras literarias más importantes del siglo XX: las novelas que la componen (“Molloy", "Malone muere" y "El innombrable”) acaban de ser actualizadas en la Argentina con una nueva traducción que sigue poniendo en vigencia y valor este clásico de las letras de todos los tiempos.

   Cuando el sello argentino Ediciones Godot consiguió los difíciles derechos que desde hace décadas tenía la editorial española Alianza, le propusieron al escritor y traductor Matías Battistón (Buenos Aires, 1986) hacer una nueva versión de las tres novelas para una edición que tuviera un enfoque algo más amplio y que incorporara diversos elementos que salieron a la luz desde las traducciones anteriores.

   La trilogía es el inicio de la etapa en la que Beckett, nacido en Dublín (1906), deja de escribir en inglés y aborda el francés como lengua literaria para profundizar la mirada trágica del mundo luego de la Segunda Guerra Mundial. Los tres textos describen este mundo contemporáneo a través de imágenes grotescas que dan fuerza al patetismo y a la desolación en la que vive el hombre. En esta saga, para el novelista irlandés ni la muerte constituye una respuesta al mundo sin sentido de la locura, la soledad y el anonimato en la que sobreviven sus personajes.

   Es la primera vez que toda la trilogía es traducida por una sola persona al castellano, cuando antes siempre se la desmembró entre varios traductores que trabajaron con criterios distintos. Por ese trabajo, Battistón obtuvo una beca de traducción en Irlanda que organiza el Trinity Centre for Literary Translation.

    Además de traducir a Beckett, también lo hizo con autores como Édouard Levé, W. B. Yeats, John Cage, Fernando Pessoa y John Waters.

   En 2016, Battistón fue designado traductor en residencia en Trinity College Dublin, y ha recibido becas del Programa Looren América Latina y la Fundación Jan Michalski en Suiza, de la ALCA en Francia, y del Fondo Nacional de las Artes.

   —¿Cómo pensás que se actualiza la trilogía y la figura de Samuel Beckett en el siglo XXI?

   —La trilogía es sobre la desintegración, el absurdo y la resistencia, que vendrían a ser, me parece, tres ejes de nuestra vida diaria, hoy por hoy. Son, además, tres obras con referentes muy difusos, que saben acomodarse o incomodar a lectores sin importar desde dónde se las lea. Pero antes que nada son pruebas de todo lo que puede hacerse, y lo que queda por hacer, con la lengua.

   “Beckett tiene un negativismo que entusiasma y que, quizás a pesar suyo, termina siendo celebratorio. Estas tres novelas siguen causando tanta inquietud y tanta gracia como en el momento de su primera publicación.

   —¿Cuáles son los aportes que la lengua rioplatense le da a una traducción del francés?

   —La de Beckett es una lengua descentrada, exiliada, que en cierto sentido busca destruirse. No me parecen rasgos atípicos del Río de la Plata. Creo que para lectores de América no está mal que circule una versión que está más cerca de nuestros giros, que permita que las partes más naturales de la prosa de la trilogía tengan cierta espontaneidad y que las partes más extrañas cobren relieve, y no que quede todo un poco achatado por la rareza pareja que muchas veces sentimos al leer algo vertido al español de España. En fin, creo que una versión nuestra le permite a la lengua de Beckett ser extranjera de una manera local.